Uno de los textos clave de la Escritura en relación a la búsqueda de la seguridad es 2 Pedro 1:10-11, donde leemos: "Por lo tanto, hermanos, esfuércense más todavía por asegurarse del llamado de Dios, que fue quien los eligió. Si hacen estas cosas, no caerán jamás, y se les abrirán de par en par las puertas del reino eterno de nuestro Señor y Salvador Jesucristo" (NVI). Aquí, sin ambigüedad, el mandato apostólico es que investiguemos sobre la certeza de nuestra elección, y no con liviandad y ligereza. Más bien debemos asegurarnos de nuestro llamado y elección mediante una diligente búsqueda.
El apóstol nos dice que esto es muy importante, y luego pasa a darnos razones prácticas para esforzarnos por asegurarnos de nuestro llamamiento y elección. A Pedro le preocupa mucho este concepto de elección. Su primera epístola se dirige a "los elegidos, extranjeros" (1 Pedro 1:1). Él escribe a los elegidos y enseña a los elegidos lo que significa ser elegidos. Pedro explica cómo se supone que es la elección en nuestro viaje espiritual. Es por eso que en la segunda epístola, cuando se dirige a las mismas personas, les recuerda lo importante que es asegurarse de su elección.
La mención que hace Pedro de la "elección" es muy importante, porque es aquí donde cruzamos la puerta de la teología. Muchas personas no creen en la elección, olvidando que es un concepto bíblico. Otros preguntan: "¿Cómo se sabe si uno está elegido o no?". Yo les digo a las personas que luchan con el concepto de elección que no se me ocurre qué otra interrogante puede ser más importante de resolver en la vida cristiana que la pregunta sobre si estamos incluidos entre los elegidos.
Si tenemos una sólida comprensión de la elección, y si sabemos que estamos incluidos entre los elegidos, ese conocimiento nos brinda un increíble consuelo mientras nos ocupamos de nuestra salvación con temor y temblor (Filipenses 2:12) y mientras enfrentamos las diversas aflicciones que se nos ponen por delante en nuestra vida cristiana (2 Timoteo 3:12).
En 2 Timoteo 1:12, Pablo escribe: "Yo sé a quién he creído, y estoy seguro de que él es poderoso para guardar mi depósito para aquel día". Aquí Pablo está hablando de su confianza sobre su propio futuro basado en su conocimiento de dónde ha puesto su fe. Él dice que no confía en su propio poder para perseverar hasta el final de la carrera. Su confianza más bien se basa en Aquel en quien ha creído, sabiendo que él es capaz de guardarlo. Ese es el tipo de certeza de la elección que Pedro nos dice que busquemos con esfuerzo.
Si estamos llamados a asegurarnos de nuestra elección, entonces se sigue que podemos asegurarnos de nuestra elección. Es posible que sepamos si estamos contados entre los elegidos. Por lo tanto, no deberíamos posponer la búsqueda de la seguridad hasta el final de nuestra vida. Deberíamos buscarla diligentemente ahora. Deberíamos dejar establecido que estamos incluidos entre los elegidos, que estamos en el reino de Dios, que hemos sido adoptados en la casa del Padre, y que estamos verdaderamente en Cristo, y él en nosotros. ¿Pero cómo lo hacemos? Un primer paso clave es adquirir una comprensión precisa de la doctrina de la elección.
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