Oración de un pecador

Carta de un pecador

Mi Dios, sé que te he fallado, he hecho lo malo, delante de tus ojos; he obrado en contra de tu voluntad.

Hoy me acerco ante tu presencia, porque, desde lo profundo de mi corazón, siento que no puedo vivir un día más sin Ti.

Todo este tiempo que he estado lejos de tu presencia, he sufrido tu ausencia en mi vida. Ese espacio que te corresponde solo a Ti, añora tu regreso.

¡Te necesito, Señor!
¡Ven!
¡Ayúdame!
¡Sálvame!

Llena mi corazón de tu amor incomparable, porque han sido tantas las heridas que el mundo me ha dejado, es tan grande el vacío que estoy sintiendo, ese vacío que solo Tú puedes llenar, esa sed que solo Tú puedes saciar.

¡Te doy gloria, mi Dios!
Porque sé que haz atendido a mi petición. ¡Haz escuchado mi súplica! ¡Haz calmado mi dolor y mi llanto!

¡Bendito eres, mi Dios!
Porque no has desamparado al caído, no has borrado su nombre del libro de la vida, porque eres Tú quien preserva la salvación de los elegidos. No perderás a ninguno de los que te pertenecen. Todos ellos están protegidos en la palma de tu mano. 

En Cristo se encuentra aliento de vida y la esperanza de nuestra redención.

Autor: Madelin Reyes

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