Una encuesta reciente revela que un número cada vez mayor de asistentes a las iglesias de Estados Unidos se adhieren a creencias asociadas con el evangelio de la prosperidad. «En los últimos cinco años, muchos más asistentes a la iglesia están reflejando las enseñanzas del evangelio de la prosperidad», dice Scott McConnell, director ejecutivo de Lifeway Research, «incluyendo la creencia herética de que podemos ganarnos las bendiciones materiales que Dios nos da». El problema, como señala McConnell, no está en la idea de que Dios proporciona bendiciones materiales (todas las cosas buenas que se dan a los hijos de Dios proceden de Él [Ro 8:32]), sino en la falsa enseñanza de que podemos hacer cualquier cosa para ganarnos ese favor.
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Estas son nueve cosas que debes saber sobre el evangelio de la prosperidad.
1. El evangelio de la prosperidad tiene muchos nombres y marcas.
El evangelio de la prosperidad es un término que engloba el «evangelio de la salud y la riqueza» o la teología del «decrétalo y decláralo». Mucha gente reconocerá su marca más popular, el movimiento «palabra de fe». Se trata de un movimiento cristiano contemporáneo que ha cosechado seguidores masivos y una controversia considerable.
Esta doctrina enseña que Dios desea la prosperidad financiera y el bienestar físico de Su pueblo y que la fe, la confesión positiva y las ofrendas a determinados ministerios cristianos pueden aumentar la riqueza material y la salud. Como explica Stephen Hunt:
La doctrina de la seguridad de la sanidad física divina y la prosperidad a través de la fe está a la vanguardia de esta expresión de la fe cristiana. Significa que «la salud y la riqueza» son el derecho divino automático de todos los cristianos creyentes en la Biblia y pueden ser producidas por la fe como parte del paquete de la salvación, ya que la expiación de Cristo incluye no solo eliminar el pecado, sino también la enfermedad y la pobreza.
2. El evangelio de la prosperidad tiene sus raíces en el movimiento ocultista conocido como Nuevo Pensamiento.
El movimiento del Nuevo Pensamiento es una filosofía espiritual que se originó en Estados Unidos a finales del siglo XIX. Aunque no es explícitamente cristiano, tuvo influencias de ideas cristianas, así como de filosofías orientales, tradiciones metafísicas y los campos emergentes de la psicología y la autoayuda.
El movimiento se centra en el poder del pensamiento positivo (la creencia de que los pensamientos positivos manifiestan resultados positivos, mientras que los pensamientos negativos provocan circunstancias negativas), la ley de la atracción (la idea de que, puesto que «lo semejante atrae a lo semejante», visualizar y centrarse en los resultados deseados atraerá esas circunstancias a tu vida) y la creencia de que la mente tiene el poder de sanar el cuerpo y atraer la prosperidad.
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El Nuevo Pensamiento incorpora elementos del misticismo cristiano y de las Escrituras, pero los interpreta en un contexto metafísico. Frases de la Biblia como «Pidan, y se les dará» (Mt 7:7) se interpretan a menudo como afirmaciones de la ley de la atracción. Sin embargo, el Nuevo Pensamiento también incorpora ideas del hinduismo, el budismo y otras filosofías orientales, lo que lo convierte en un marco espiritual sincretista.
3. El “padre del evangelio de la prosperidad” fue un predicador de Oklahoma.
El hombre que podría considerarse el padre de la enseñanza moderna del evangelio de la prosperidad es Oral Roberts. Nacido en 1918 en el condado de Pontotoc, Oklahoma, Roberts saltó a la fama a mediados del siglo XX y desempeñó un papel importante en la configuración del pentecostalismo y el cristianismo carismático modernos. Creció en la pobreza y luchó contra la tuberculosis en su adolescencia. Afirma que decidió dedicar su vida al ministerio cristiano tras ser sanado milagrosamente durante una reunión de avivamiento.
Su ministerio fue uno de los primeros en darse cuenta del potencial de la televisión como medio para difundir el evangelio, y sus programas llegaron a millones de espectadores. El evangelista de la sanidad por fe llegó a ser tan influyente que fundó su propia escuela, la Universidad Oral Roberts. En el apogeo de su influencia, Roberts supervisaba un ministerio que generaba unos ingresos anuales de más de cien millones de dólares.
4. El movimiento Palabra de Fe ayudó a difundir el evangelio de la prosperidad.
Aunque Roberts fue uno de los primeros en combinar los principios del Nuevo Pensamiento con la sanidad por fe, el evangelista más destacado del evangelio de la prosperidad, y padre del movimiento «Palabra de Fe», fue Kenneth E. Hagin (1917-2003). En 1962, Hagin fundó los Ministerios Kenneth Hagin para difundir sus enseñanzas, que hacen énfasis en hablar «palabras de fe» como forma de manifestar salud, riqueza y otras bendiciones.
Una de sus ideas más influyentes fue su distinción entre el logos (la Palabra de Dios escrita) y el rhema (la Palabra hablada o revelada). Sostenía que el rhema es el medio por el que los creyentes activan las promesas de Dios. Como dice Russell S. Woodbridge: «Más que ningún otro factor, el movimiento Palabra de Fe fue el vehículo responsable de la difusión de la enseñanza de la prosperidad por todo Estados Unidos a finales del siglo XX».
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5. El concepto de semilla-fe es una piedra angular del movimiento.
La doctrina de la semilla y la fe postula que las ofrendas financieras, en particular a los ministerios que promueven a los predicadores del evangelio de la prosperidad, pueden compararse con plantar una semilla que con el tiempo producirá una cosecha de bendiciones. Usted siembra una «semilla» financiera en un ministerio como un acto de fe y, a su vez, Dios multiplicará esa semilla en forma de diversas bendiciones, que podrían ser prosperidad financiera, sanidad física u otras formas de favor. En esencia, representa una relación transaccional entre el creyente y Dios, facilitada a través de una dádiva económica.
Roberts articuló el concepto de semilla-fe utilizando un modelo triple: (1) plantar una semilla: dar algo valioso (normalmente dinero) como semilla a un ministerio; (2) esperar un milagro: tener fe en que el acto de dar desencadenará la intervención divina; (3) cosechar el milagro: recibir las bendiciones divinas de forma múltiple, a menudo se espera que sea en forma material o financiera.
6. La televisión fue la principal herramienta que ayudó a difundir las enseñanzas del evangelio de la prosperidad.
El televangelismo, la práctica de utilizar la televisión para retransmitir servicios y programas religiosos, empezó a florecer en las décadas de los setenta y ochenta con la desregulación de la radiodifusión y la expansión de la televisión por cable. Muchos de los televangelistas más famosos estaban relacionados con el movimiento del evangelio de la prosperidad y sus enseñanzas.
Roberts fue uno de los primeros en utilizar el medio para atraer a grandes audiencias. Su piloto y chofer, Kenneth Copeland, también se convirtió en uno de los predicadores de la prosperidad más notorios (y ricos). Roberts y Copeland allanaron el camino a los televangelistas que se hicieron famosos en la década de los ochenta, entre ellos Jim y Tammy Faye Bakker, Benny Hinn, Pat Robertson, Robert Tilton y Fred Price. En el siglo XXI, los líderes más destacados del evangelio de la prosperidad se iniciaron ante un público televisado, como Joel Osteen, Creflo Dollar, Joyce Meyer, T. D. Jakes y Paula White.
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7. El evangelio de la prosperidad descarta lo que enseña la Biblia, especialmente sobre la riqueza y el sufrimiento.
Muchos académicos y especialistas en ética cristianos sostienen que el énfasis del evangelio de la prosperidad en la prosperidad material desvirtúa las enseñanzas de Jesús, quien hizo énfasis en la humildad, la compasión y la normalidad del sufrimiento.
«No sé qué sientan ustedes respecto al evangelio de la prosperidad —el evangelio de la salud, la riqueza y la prosperidad—, pero les diré lo que yo siento de él», dijo el pastor John Piper en una reunión de más de mil estudiantes universitarios en noviembre de 2005. «Aborrecimiento».
En 2014, Piper expuso seis claves para detectar el evangelio de la prosperidad:
– No existe una doctrina bíblica robusta de la necesidad y de la normalidad del sufrimiento.
– No hay un llamado claro y prominente a negarte a ti mismo.
– No hay una exposición seria de las Escrituras.
– No se tratan las tensiones que vemos en las Escrituras.
– Líderes que viven estilos de vida exorbitantes.
– Prominencia del «yo» y marginación de la grandeza de Dios.
8. Las creencias en el evangelio de la prosperidad son comunes entre los asistentes a las iglesias estadounidenses.
Un estudio de 2023 de Lifeway Research revela que más de la mitad (52 %) de los asistentes a iglesias protestantes estadounidenses afirman que su iglesia les enseña que Dios les bendecirá si dan más dinero a su iglesia y a organizaciones benéficas, y uno de cada cuatro (24 %) está totalmente de acuerdo con esta enseñanza. En un estudio de 2017, solo el 38 % de los asistentes a las iglesias afirmaban lo mismo.
Los asistentes a la iglesia son más propensos hoy que en 2017 a creer que Dios quiere que prosperen financieramente (76 % frente a 69 %) y que tienen que hacer algo por Dios para recibir de Él bendiciones materiales (45 % frente a 26 %). En la actualidad, tres de cada cuatro fieles (76 %) creen que Dios quiere que prosperen económicamente, de los cuales el 43 % está totalmente de acuerdo. Menos (45 %) creen que tienen que hacer algo por Él para recibir bendiciones materiales de Dios, con un 21 % muy de acuerdo.
9. El evangelio de la prosperidad es un evangelio falso.
En un artículo de 2015 para TGC, el especialista en ética cristiano David W. Jones explicó cinco errores teológicos de la enseñanza del evangelio de la prosperidad:
– El pacto de Abraham es un medio para el derecho material.
– La expiación de Jesús se extiende hasta el «pecado» de la pobreza material.
– Los cristianos dan para ganar una compensación material de Dios.
– La fe es una fuerza espiritual autogenerada que conduce a la prosperidad.
– La oración es una herramienta para forzar a Dios a que conceda prosperidad.
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«A la luz de las Escrituras, el evangelio de la prosperidad es fundamentalmente erróneo», afirma Jones. «En el fondo, se trata de un evangelio falso debido a su defectuosa visión de la relación entre Dios y el hombre. En pocas palabras, si el evangelio de la prosperidad es verdad, la gracia es algo obsoleto, Dios es irrelevante, y el hombre es la medida de todas las cosas. Ya sea que estemos hablando del pacto con Abraham, de la expiación, del dar, de la fe, o de la oración, los maestros de la prosperidad convierten la relación entre Dios y el hombre en una transacción de dar y recibir».
Publicado originalmente en The Gospel Coalition. Traducido por Eduardo Fergusson.
Sobre el autor
Joe Carter es editor para The Gospel Coalition y el coautor de How to Argue Like Jesus: Learning Persuasion from History’s Greatest Communicator (Cómo discutir como Jesús: Aprendiendo persuasión del mejor comunicador de la historia).