Los Nombres de Dios en general
En tanto que la Biblia registra diversos nombres de Dios, también nos habla del nombre de Dios, en singular, como por ejemplo, en las siguientes declaraciones. "No tomarás el nombre del Señor tu Dios en vano", Exodo 20:7; "Cuán grande es tu nombre en toda la tierra", Salmo 8:1; "Conforme a tu nombre, oh Dios, así es tu loor", Salmo 48:10; "Su nombre es grande en Israel", Salmo 76: 1; "Torre fuerte es el nombre de Jehová: a Él correrá el justo y será levantado", Prov. 18:10.
En estos ejemplos "el nombre" da a entender la plena manifestación de Dios en las relaciones con todo su pueblo, o con una sola persona, de manera que se convierte en sinónimo de Dios. Este empleo se debe al hecho de que en el pensamiento oriental, el nombre jamás se consideraba como un mero vocablo; sino como la definición de la naturaleza de la cosa designada. Conocer el nombre de una persona era adquirir poder sobre ella, y en los encantamientos los nombres de los varios dioses se usaban para ejercer poder sobre ellos. Entonces, en el sentido más general del vocablo, el nombre de Dios es su propia revelación. Se designa El, no como existe en las profundidades de su Ser divino, sino como se revela en sus relaciones con el hombre.
Para nosotros el único nombre general de Dios se ha dividido en muchos nombres, los cuales expresan las muchas fases del Ser de Dios. Se debe únicamente al hecho de que Dios se ha revelado en su nombre (nomen editum) el que podamos ahora designarlo por ese nombre en sus varias formas (nomina indita). Los nombres de Dios no son de invención humana, sino de origen divino, aunque los vocablos se han pedido prestados al lenguaje humano y se derivan de relaciones humanas y terrenales. Son antropomórficos y señalan un condescendiente acercamiento de Dios al hombre.
Los nombres de Dios constituyen una dificultad para el pensamiento humano. Dios es el Incomprensible, infinitamente superior a todo lo que es temporal; pero en sus nombres desciende a todo lo que es finito y se hace semejante al hombre. Por una parte no podemos nombrarle y por la otra tiene muchos nombres. ¿Cómo puede explicarse esto? ¿Sobre qué base se aplican estos nombres al Dios infinito e incomprensible? Debe recordarse que no son de invención humana y que nada nos descubren del íntimo Ser de Dios. Fueron dados por Dios mismo con la seguridad de que contienen en cierta medida una revelación del Ser de Dios.
Tal cosa fue posible por el hecho de que el mundo y con él todas sus relaciones fue ideado para que constituyera una revelación de Dios. Debido a que el Incomprensible se revela en sus criaturas, resulta posible para el hombre nombrarlo como si se tratara de una criatura. Para darse a conocer al hombre, Dios ha descendido hasta el nivel del hombre para acomodarse a su conciencia limitada y finita, y para hablarle en el lenguaje humano.
Si darle a Dios nombres antropomórficos es limitarlo, como algunos dicen, entonces esto tiene que ser cierto en un grado muy superior cuando se trata de la revelación de Dios en la creación. Luego, pues, el mundo no revela a Dios, sino que lo esconde; y por tanto, el hombre no se relaciona con Dios sino que sencillamente forma la antítesis de Él, y lógicamente quedamos encerrados en un agnosticismo sin esperanza. De lo que dijimos acerca del nombre de Dios en general, se sigue que podemos incluir bajo el título de nombre de Dios no solamente los apelativos por medio de los cuales se le señala como un ser personal e independiente, y con los cuales le invocamos; sino también los atributos de Dios, y no sólo los meros atributos del Ser divino en general, sino también los que designan separadamente a cada una de las Personas de la Trinidad.
El Dr. Bavinck funda su división de los nombres de Dios sobre esta amplia concepción; distinguiendo entre nomina propia (nombres propios), nomina essentialia (nombres esenciales o atributos), nomina personalia (nombres personales, como Padre, Hijo, y Espíritu Santo). En este capítulo vamos a limitarnos a la discusión de la primera de estas tres clases.
Los Nombres del Antiguo Testamento y su significado
1. El, Elohim y Elyon. El más sencillo nombre por el que Dios se designa en el Antiguo Testamento es 'El, que posiblemente se deriva de 'ul, ya tenga el sentido de ser primero, ser señor, o de ser fuerte y poderoso. El nombre Elohim (plural) es Eloah (en singular) y probablemente se deriva de aquella misma raíz, o de 'alah, que significa, ser herido de temor; y por tanto, designa a Dios como el fuerte y poderoso, o como el que debe ser temido. El nombre en su forma singular casi nunca ocurre, salvo en poesía. La forma plural ('Elohim) se considera como intensiva, y por lo mismo sirve para indicar plenitud de poder. El nombre 'Elyon se deriva de 'alah, que significa subir, ser elevado, y designa a Dios como el Alto, el Glorioso, Gén. 14:19, 20; Núm. 24:16; Isa. 14:14. Ese nombre se encuentra especialmente en la poesía. Sin embargo, estos nombres no son nomina propia en el sentido estricto de la palabra, porque también se usan para los ídolos, Sal. 95: 3; 96: 5; para los hombres, Gén. 33:10; Ex. 7:1, y para los gobernantes, Jue. 5:8; Ex. 21:6; 22: 8-10; y Sal. 82:1.
2. Adonaí. El significado de este nombre se relaciona con el de los anteriores. Se deriva, bien de dun (se pronuncia din) o de 'adan, siendo en ambos casos su significado, juzgar, gobernar, y por eso sirve para designar a Dios, el todopoderoso Regente, a quien están sujetas todas las cosas y ante quien el hombre se relaciona como siervo. En los tiempos primitivos este era el nombre con que el pueblo de Israel se dirigía a Dios. Posteriormente lo sustituyó en mucho el nombre Jehová (Yahweh), Todos los nombres hasta aquí mencionados describen a Dios como el Alto y Sublime, el Dios trascendente. Los nombres que siguen indican el hecho de que este Ser sublime condesciende a entrar en relaciones con sus criaturas.
3. Shaddai y El-Shaddai. El nombre Shaddai se deriva de "shadad", que significa ser poderoso, y sirve para indicar a Dios, el poseedor de toda potencia en el cielo y en la tierra. Otros, sin embargo, lo hacen derivar de shad, que significa señor. En un punto muy importante difiere de 'Elohim, el Dios de la creación y de la naturaleza. En este nombre vemos a Dios sujetando todos los poderes de la naturaleza y subordinándolos al programa de la divina gracia. Aunque insiste en la grandeza de Dios, no lo presenta como al que debe verse con temor y terror, sino como al que es fuente de bendición y consuelo. Este es el nombre con que Dios apareció a Abraham, el padre de los creyentes, Ex. 6:2.
4. Yahweh y Yahweh Tsebhaoth. Este nombre Yahweh, es el que especialmente fue desplazando poco a poco a los otros primeros nombre, pues en éste Dios se reveló como el Dios de gracia. Siempre se ha considerado que este es el más sagrado y el más característico de los nombres de Dios, el nombre incomunicable. Los judíos tenían temor supersticioso de usarlo, ya que leían el Lev. 24: 16 como sigue: "Y el que pronunciare el nombre Yahweh, irremisiblemente ha de morir". De consiguiente al leer la Santa Escritura sustituían este nombre por 'Adonai o por Elohim; y los masoretas, aunque dejaban intactas las consonantes le asignaban las vocales de estos nombres y más frecuentemente las de 'Adonai'.
La verdadera derivación del nombre, su pronunciación original y su significado, están más o menos perdidos en la oscuridad. El Pentateuco conecta el nombre con el nombre hebreo hayah, que significa, ser, Ex. 3:13,14. La fuerza de este pasaje nos permite creer que el nombre, con toda probabilidad, se deriva de una forma arcaica de aquel verbo, es decir, hawah. Hasta donde tiene que ver con la forma puede considerarse como la tercera persona del imperfecto qal, o, hiphil.
Sin embargo, la semejanza es mayor con la primera. El significado está explicado en Ex.3:14, que se interpreta, "Yo soy el que soy", o, "Yo seré el que seré". Con esta interpretación el nombre apunta a la inmutabilidad de Dios. No obstante, no se refiere a la inmutabilidad del Ser esencial de Dios, sino a la inmutabilidad de la relación que tiene con su pueblo. El nombre contiene la seguridad de que Dios será para el pueblo del tiempo de Moisés, lo que fue para sus padres. Abraham, Isaac y Jacob. Insiste en la fidelidad del pacto de Dios usando su nombre por excelencia, Ex. 15:3; Sal, 83:19; Oseas 12:6; Is.42:8 y por esto no se usa con referencia a ningún otro, sino solamente al Dios de Israel. El carácter exclusivo del nombre se descubre en el hecho de que nunca ocurre en plural o con un sufijo. Las formas abreviadas de él que se encuentran especialmente en nombres compuestos son Yah y Yahu.
El nombre Yahweh se corrobora frecuentemente con la adición de tsebhaoth. Orígenes y Jerónimo consideraron la palabra compuesta como una aposición, porque Yahweh no admite formas compuestas. Pero esta interpretación no está suficientemente garantizada y difícilmente proporciona un sentido inteligible. Más bien, es muy difícil determinar a qué se refiere la palabra tsebhaoth. Existen especialmente tres opiniones:
a. Los ejércitos de Israel. Puede dudarse de lo correcto de este concepto. La mayor parte de los pasajes que se citan para sostener esta idea no comprueban tal afirmación; solamente tres de ellos contienen una aproximación de prueba, y son I Sam. 4:4; 17:45; II Sam. 6:2, en tanto que otro, II Reyes 19:31, es más bien desfavorable a tal concepto. En tanto que el plural tsebhaoth se usa con frecuencia a los ejércitos de la nación israelita, cuando se habla de un ejército se le señala por medio del singular, lo cual va en contra de la noción, inherente a este concepto de que en el nombre Yahweh Tsebhaoth, Tsebhaoth se refiere al ejército de Israel. Además, es claro que en los Profetas, el nombre "Jehová de los Ejércitos" no se refiere a Jehová como el Dios de la guerra. Y si el significado del nombre cambia, ¿por qué cambia?
b. Las estrellas. Pero hablando del ejército del cielo la Escritura usa el singular y nunca el plural. Además, en tanto que a las estrellas se les llama el ejército del cielo, nunca se les designa como el ejército de Dios.
c. Los ángeles. Esta interpretación merece la preferencia. El nombre Yahweh tsebhaoth se encuentra a menudo en relatos en que se mencionan ángeles 1 Sam, 4:4; II Sam. 6:2; Is. 37:16; Oseas 12:4, 5; Sal, 80:1, 4, 7, 14, 19; Sal. 89:6-8. Los ángeles se presentan, repetidamente, como un ejército que rodea el trono de Dios, Gén. 28:12; 32:2: Jos. 5:14; 1 Reyes 22:19: Sal. 68:17: 103:21; 148:2; Is. 6:2. Es cierto que también en este caso se usa generalmente el singular, pero ésta no es objeción grave, porque la Biblia también indica que había diversas clases de ángeles, Gén, 32:2; Deut. 33:2, Sal. 68:17.
Además esta interpretación está en armonía con el significado del nombre, que no tiene sabor guerrero, sino que expresa la gloria de Dios como Rey. Deut. 33:2; I Reyes 22:19; Sal.24:10; Is. 6:3; 24:23; Zac. 14:16. Jehová de los Ejércitos es, pues, Dios, como Rey de Gloria, que está rodeado por ejércitos de ángeles. Dios que gobierna el cielo y la tierra por el bien de su pueblo, y que recibe gloria de todas sus criaturas.
Los Nombres de Dios en el Nuevo Testamento y su interpretación.
1. Theos. El Nuevo Testamento tiene los equivalentes griegos de los nombres del Antiguo Testamento. Para 'El, 'Elohim y Elyon tiene Theos que es el nombre que más comúnmente se aplica a Dios. Como 'Elohim, también Theos podía adaptarse para usarse respecto a los dioses gentiles, aunque estrictamente hablando expresa esencialmente la deidad. Elyon se traduce Hupsistos Theos, Mar. 5:7; Luc. 1:32, 35, 75; Hech. 7:48; 16: 17; Hch. 7:1. Los nombres Shaddai y El-Shaddai se traducen Pantokrator y Theos Pantokrator, II Cor. 6:18; Apoc. 1:8; 4:8; 11:17; 15:3; 16:7, 14. Sin embargo, más generalmente, Theos se encuentra con genitivo de posesión, porque en Cristo, Dios puede ser considerado como el Dios de todos y de cada uno de sus hijos. La idea religiosa nacional del Antiguo Testamento ha dejado su lugar a la idea individual.
2. Kurios. El nombre Yahweh se explica unas cuantas veces por variaciones carácter descriptivo, tales como "El Alfa y la Omega", "el que es, el que era y el que ha de venir, "el principio y fin", "el primero y el último", Арос. 1:4, 8, 17; 2:8, 21:6; 22:13. Sin embargo, en lo demás, el Nuevo Testamento sigue a la Septuaginta, en la que se sustituyó Yahweh por 'Adonai, traduciendo éste por Kurios, que se deriva de kuros que significa poder. Este nombre no tiene exactamente la misma connotación que Yahweh, pero designa a Dios como el Poderoso, el Señor, el Poseedor, el Regente que tiene autoridad y poder legal. No se aplica solamente a Dios, sino también a Cristo.
3. Pater. Con frecuencia se dice que el Nuevo Testamento introdujo un nuevo nombre para Dios, es decir, Pater (Padre). Pero esto difícilmente puede ser correcto. El nombre Padre se usa para la Deidad aun en las religiones paganas. Se usa repetidamente en el Antiguo Testamento para designar la relación de Dios con Israel, Deut. 32:6; Sal. 103:13; Is. 63:16; 64:8; Jer. 3:4, 19; 31:9; Mal.1:6; 2:10; en tanto que a Israel se le llama el hijo de Dios Ex. 4:22; Deut. 14:1; 32:19; Is. 1:2; Jer. 31:20 Oseas 1:10; 11:1. En tales casos este nombre expresa la relación teocrática especial que Dios guarda para con Israel. En el sentido general de Originador o Creador se usa este nombre en los siguientes pasajes del Nuevo Testamento: 1ª Cor/ 8:6; Ef. 3:15; Heb. 12:9; Sant. 1:18. En todos los demás lugares en que se encuentra, sirve para expresar, bien sea la relación que la primera Persona de la Trinidad guarda con Cristo como HIJO de Dios, o bien el sentido metafísico, o el medianero; o la relación ética en la que Dios se coloca en cuanto a todos los creyentes como sus hijos espirituales.