Bueno, estoy emocionado de comenzar a leerte las palabras del Éxodo, y mi título para este estudio es: “Las cosas cambian”. ¡Oh, cómo cambian! Quiero leerte Éxodo 1:1 en adelante:
"Estos son los nombres de los hijos de Israel que vinieron a Egipto con Jacob, cada uno con su familia: Rubén, Simeón, Leví y Judá, Isacar, Zabulón y Benjamín, Dan y Neftalí, Gad y Aser. Todas las personas descendientes de Jacob eran setenta en total; José ya estaba en Egipto. Luego José murió, al igual que todos sus hermanos y toda aquella generación. Pero los hijos de Israel fueron fecundos y aumentaron mucho, se multiplicaron y llegaron a ser sumamente fuertes, de modo que la tierra se llenó de ellos.
Entonces surgió un nuevo rey sobre Egipto, que no conocía a José. Y dijo a su pueblo: “He aquí, el pueblo de Israel es demasiado numeroso y poderoso para nosotros. Vengan, seamos astutos con ellos, no sea que se multipliquen, y si estalla una guerra, se unan a nuestros enemigos, luchen contra nosotros y se vayan del país”. Por eso pusieron sobre ellos capataces para oprimirlos con duras cargas."
Así, de setenta personas pasaron a ser una multitud intimidante que se convirtió en la pequeña nación de Israel viviendo dentro de Egipto; ese grupo de personas llegó a intimidar al nuevo faraón.
Es sorprendente lo rápido que pueden cambiar las cosas para nosotros. Tendemos a ir por la vida pensando que las cosas permanecerán igual, pensando que nuestro pequeño plan para la vida es lo que sucederá. Pero Dios a menudo tiene un plan muy diferente para nosotros del que nosotros mismos hubiéramos tenido. Desde el momento en que José ascendió al poder, Egipto se había convertido en un lugar de rescate, crecimiento y prosperidad para los hijos de Jacob. Sus descendientes prosperaron y crecieron hasta el punto de convertirse en una amenaza para el faraón egipcio. Y en lugar de enviarlos lejos, eligió esclavizarlos y usarlos para construir la riqueza y el prestigio de Egipto.
Ahora bien, quizá te preguntes: “¿Dónde estaba Dios en todo esto? ¿Dónde estaban sus promesas? ¿Dónde estaba el ejercicio de su poder en favor de su pueblo?” Hay dos cosas que el Éxodo deja muy claras. Primero, Dios nunca dejó de cuidar a su pueblo y no había abandonado su plan para ellos. La segunda cosa, y esto es mucho más difícil de aceptar, pero es muy claro: a través del sufrimiento de Israel, Dios demostraría su poder y gloria omnipotentes, no solo para reclamar y profundizar la fe de su pueblo, sino para mostrar su gloria a Egipto y a todas las naciones.
La Biblia nos enseña que Dios nos llevará a lugares a los que no teníamos intención de ir y a los que no queremos ir, para producir en nosotros y a través de nosotros cosas que no podríamos producir por nosotros mismos. La Biblia tiene un nombre para eso: “Gracia”. Verás, la gracia de Dios a menudo nos llega en formas incómodas. Muchas veces clamamos: “¿Dónde está la gracia de Dios?” Y la estamos recibiendo, pero no es una gracia cómoda. No es una bebida refrescante y una almohada suave, es la gracia de la dificultad. Porque en esa gracia, Dios va a demostrar su gloria. Y al demostrar su gloria, va a transformar la manera en que pensamos sobre nosotros mismos, sobre nuestra vida, y sobre nuestra entrega, descanso y servicio a Él.
Una cosa que el Éxodo nos pone delante es: “¡La dificultad, en las manos del Rey de reyes, es un taller donde la gracia de Dios hace su obra y su gloria es mostrada!”
Preguntas para reflexión personal o discusión en grupo:
1. ¿Qué dificultades personales estás atravesando en este momento? ¿Te has preguntado dónde estaba/está Dios en medio de tu sufrimiento? En el pasado, ¿cómo has visto a Dios usar la “gracia incómoda” para cambiarte a ti y a otros para bien?
2. Si has luchado por encontrarle sentido a la dificultad en el pasado, ¿por qué crees que no pudiste verla como gracia en ese momento? ¿Cómo ha profundizado tu fe tu sufrimiento personal?
3. Antes de hoy, ¿cómo habrías definido la palabra “gracia”? ¿Cómo ha impactado tu definición de “gracia” la manera en que ves a Dios obrar en tu vida? ¿Cómo ha fallado esa definición en cumplir tus expectativas?
4. ¿Por qué la gracia no consiste simplemente en darte lo que quieres? ¿Cómo la gracia de Dios en tu vida finalmente trae gloria a Dios, aunque al principio no veas esa gracia como algo bueno?
5. ¿Cómo puedes orar intencionalmente para que Dios obre en tu vida a través de su gracia? ¿De qué maneras puedes preparar tu corazón para la gracia de Dios, sea cómoda o incómoda?
Sugerencias de conversación para usar con niños:
Para niños pequeños:
1. ¿Puedes pensar en alguna historia donde algo malo se convirtió en algo bueno? ¿Cuál es una historia de la Biblia donde sucedió algo horrible, pero luego Dios lo convirtió en algo maravilloso?
2. ¿Por qué crees que siempre podemos confiar en Dios, incluso cuando experimentamos cosas difíciles en la vida? ¿Cuál crees que es el ejemplo supremo de Dios trayendo cosas maravillosas de cosas horribles? (Aprovecha este momento para hablar de la cruz de Cristo con tu hijo)P
Para niños mayores:
1. Aunque podemos estar confundidos cuando pasamos por momentos difíciles, ¿por qué los cristianos nunca están inmunes a las dificultades de la vida?
2. En el pasado, ¿cómo has visto a Dios transformar una mala situación en una buena? ¿Puedes pensar en alguna historia de la Biblia donde sucedió algo malo, pero luego Dios sacó algo bueno de ello?
3. ¿Por qué crees que siempre podemos confiar en Dios incluso cuando experimentamos cosas difíciles en la vida? ¿Cuál crees que es el ejemplo supremo de Dios trayendo cosas maravillosas de cosas horribles? (Aprovecha este momento para hablar de la cruz de Cristo con tu hijo)
Este artículo fue publicado originalmente por www.paultripp.com
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