¿Qué es lamentar?

Con cada información de los terribles actos de violencia en los Estados Unidos, y en varios lugares alrededor del mundo en las últimas semanas, una escritura viene continuamente a mi mente: “SEÑOR, yo sé que el hombre no es dueño de su destino, que no le es dado al caminante dirigir sus propios pasos” (Jeremías 10:23). Cada día que pasa en este mundo caído nos lleva más cerca del regreso de Jesús en gloria. Esa realidad me da una esperanza tremenda, ya sea que su regreso se lleve a cabo en mi vida o no. Mientras esperamos, continuaremos teniendo tiempo para llamar al pueblo de Dios a lo que se conoce como lamentar, como se señala en este reciente artículo en Patheos:

Lamentar es ponernos al lado de aquellos que sufren, sentarnos con ellos, literalmente o figurativamente, en silencio y reconocer que en la creación interconectada de Dios, su dolor es nuestro dolor. Podemos, en silencio, considerar cómo es que participamos en el mismo dolor. Lamentar no es ofrecer palabras de consuelo, no es tratar de solucionar el problema o evitar que jamás suceda de nuevo. …Lamentar es un tiempo para el duro trabajo de búsqueda de la rebelión y la violencia en nuestras propias almas, que si se descuidan podrían estallar en violencia contra otros. Me acuerdo aquí de las palabras de Thomas Merton: “En lugar de odiar a las personas que crees que hacen la guerra, odia los apetitos y los desordenes en tu propia alma, que son las causas de la guerra. Si amas la paz, entonces odia la injusticia, odia la tiranía, odia la avaricia, pero odia estas cosas en ti mismo, no en otros”.

Ahora es un tiempo de lamentar, y sé que os unís a mí orando por la misericordia y la gracia de Dios junto con la protección del inocente. Pidamos también que Dios apresure el día cuando celebraremos la llegada de la plenitud del reino. Ven Señor Jesús.


Referencia Bibliográfica:

https://www.comuniondelagracia.es

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