Réma es la palabra griega menos conocida usada en la Biblia para palabra, y se refiere al hablar personal y para el momento de parte de Dios para nosotros.
Nuestro Dios no está callado; Él es un Dios que habla. Él desea comunicarse con nosotros no sólo por medio de Su palabra escrita, sino también por medio de hablarnos directamente en nuestras situaciones específicas. Este hablar para el momento de parte de Dios nos llega internamente y se basa en la Palabra externa, constante y escrita de Dios. Es por medio del réma que podemos conocer a Dios de manera subjetiva y experiencial.
A veces recibimos el réma de Dios mientras leemos u oramos con la palabra escrita. Otras veces, el Señor nos habla una palabra específica durante el día.
El réma va más allá de ayudarnos en situaciones particulares. También imparte a Cristo como vida en nosotros a fin de que crezcamos en Él. Y nos lava para que seamos transformados interiormente. Por medio de estas dos funciones del réma, Dios lleva a cabo Su propósito en nosotros.
1. Juan 6:63 dice: “El Espíritu es el que da vida; la carne para nada aprovecha; las palabras que Yo os he hablado son espíritu y son vida”.
Ciertamente, Dios desea que leamos, estudiemos y memoricemos Su palabra escrita; sin embargo, aún más, Él desea que recibamos Su hablar viviente para el momento. Que podamos dedicar más tiempo para leer y orar con el lógos, con corazones abiertos y espíritus ejercitados para que el Señor pueda hablarnos diariamente las palabras réma a fin de ayudarnos, impartirnos vida y lavarnos para el cumplimento de Su propósito y plan maravilloso.
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Teología