La Muerte de Elimelec | Parte - Parte 3

La muerte de Elimelec- Serie Rut

"Y murió Elimelec, marido de Noemí, y quedó ella con sus dos hijos."
La esposa de Elimelec se llamaba Noemí, y sus dos hijos eran Mahlón y Quelión (v.2a). Al llegar a la tierra de Moab, decidieron establecerse allí (v.2b). Sin embargo, Elimelec murió en Moab (v.3a) dejando a su esposa Noemí viuda (v.3b). La Biblia parece indicar que Elimelec murió cuando sus hijos eran jóvenes y que ellos se casaron después de la muerte de su padre (v.4). Fue un tiempo sumamente difícil para Noemí.

¡Qué triste desenlace! Los sueños de Elimelec quedaron truncados. Hubiera sido mucho mejor quedar en Belén y morir de hambre allí, si esa era la voluntad de Dios, antes que huir a la tierra de Moab y morir allí, fuera de la Tierra Prometida. Es mejor morir honrando a Dios que vivir deshonrándolo. Evaluemos nuestras vidas a la luz de la experiencia de Elimelec y recordemos que mientras tengamos vida, tenemos tiempo para cambiar nuestro futuro. Pidamos a Dios que nos guíe en cualquier decisión que debemos tomar para cambiar el rumbo de nuestras vidas.

Aunque el ser humano es responsable por sus acciones, por encima de él está la soberanía de Dios. Elimelec fue responsable por traer esta tristeza sobre su familia, sin embargo, la Palabra de Dios nos indica que Él puede sacar algo bueno de la situación más triste. Dios había prometido no sólo bendecir a Abraham y a sus descendientes, sino también hacer que sus descendientes sean de bendición para la humanidad (Gn. 12:1-3). El Salvador del mundo vendría de la descendencia de Abraham, pero la historia de los ancestros de Cristo estaba por tomar un giro totalmente inesperado. Elimelec se fue a vivir a Moab, huyendo de la hambruna, y eso abrió las puertas para que un día, una de sus futuras nueras, viajara de Moab a Belén e ingresara a la lista de los ancestros de Cristo. En la providencia divina, Rut llegaría a ser la bisabuela del rey David, de quien vendría el Mesías Salvador mil años después. El plan de Dios, trazado en la eternidad, estaba en marcha a pesar de los errores y los fracasos de los hombres.

"¡Oh profundidad de las riquezas de la sabiduría y de la ciencia de Dios! ¡Cuán insondables son Sus juicios, e inescrutables Sus caminos! Porque ¿quién entendió la mente del Señor? ¿O quién fue Su consejero?" (Ro. 11:33-34). Pidamos a Dios que nos ayude a entender cómo aún nuestros errores se convierten en bendición por la gracia de Dios y cumplen un propósito en los planes del Señor.

La vida de Elimelec es un cuadro de la vida de algunos creyentes. Cuando Dios nos salva, Su plan es darnos una vida placentera: una vida llena de los frutos del Espíritu Santo; una vida abundante; una vida "que fluye leche y miel". Sin embargo, a veces descuidamos nuestra vida espiritual y dejamos que algún pecado nos domine. Cuando eso pasa, una suerte de hambruna espiritual se apodera de nuestras vidas y perdemos el gozo que debemos sentir como hijos de Dios.

Lo más triste es que muchas veces, cuando estamos en esa condición de decaimiento espiritual, en lugar de volver al Señor en arrepentimiento, buscamos satisfacernos con las cosas del mundo o de la carne. Un pecado lleva a otro, hasta que al final terminamos lejos de la presencia de Dios, como el Hijo Pródigo. Eso fue lo que le pasó a Elimelec en este relato. En la tierra de Moab, lejos de volverse en sí, como lo hizo el Hijo Pródigo, Elimelec permaneció insensible en su vida espiritual hasta que al final la muerte lo recogió. Nunca tuvo la oportunidad de arrepentirse y volver a disfrutar las bendiciones de Dios. Terminó su vida lejos de Belén y lejos de su Padre Dios.

Aprendamos de la experiencia de Elimelec. ¿Estás en una condición de decaimiento espiritual? Mira a Dios. ¿Hay alguna hambruna espiritual en tu vida? Pide Su dirección. ¿Te sientes alejado de Dios? ¿Por qué no tomas la decisión, por difícil que sea, de dejar el pecado y volver a Dios en arrepentimiento? No seamos como Elimelec sino como el Hijo Pródigo, que volvió a su casa a tiempo y se reconcilió con su padre.


Fuente: Publicado originalmente por Grupo Editorial PleromaDabar con el título La Novia de Cristo Comentario Bíblico sobre el libro de Rut © 2018 por Alex Donnelly.

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