Al principio del libro de Gálatas hay un resumen del evangelio: "Gracia y paz a ustedes de parte de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo, que Él mismo se dio por nuestros pecados para librarnos de este presente siglo malo, conforme a la voluntad de nuestro Dios y Padre" (Gálatas 1:3-4).
Aquí vemos dos dimensiones del evangelio: lo que Jesús hizo por nosotros en la cruz (se entregó por nuestros pecados) y lo que Jesús hace en nosotros por el Espíritu (nos rescata del presente siglo malo). Estas dos están unidas inseparablemente.
El evangelio trata de lo que Jesús hizo por nosotros 2,000 años atrás en la cruz y también de lo que hace ahora en nosotros por Su Espíritu. El evangelio es más que el perdón y la entrada al cielo, se trata de la obra continua de Cristo por medio de Su Espíritu en tu vida hoy. En otras palabras, el evangelio trata tanto de tu santificación como de tu justificación.
Nuestra dificultad para comprender esto no es un problema nuevo, por eso se escribió Gálatas. Los creyentes de Galacia, que habían venido a la fe en Cristo, encontraron el perdón de los pecados y la seguridad del cielo, pero al poco tiempo se estaban preguntando ¿y ahora qué sigue?
En sus mentes, el evangelio trataba sobre el principio y el final de la vida cristiana, pero no tenía nada que decir del durante, así que decían: «Sé que mis pecados han sido perdonados, sé que voy a ir al cielo cuando muera, pero ¿cómo debería vivir la próxima semana?».
No es una sorpresa que algunos emprendedores motivados intervinieran y aprovecharan la oportunidad para ofrecer una respuesta. Ellos no dijeron directamente que el mensaje de Pablo fuera falso, dijeron que era inadecuado; no negaron la verdad del evangelio, más bien cuestionaron su suficiencia. ¿Alguna vez te has preguntado o has dudado de la suficiencia del evangelio?
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Colin S. Smith