"Pon tu esperanza en el SEÑOR y marcha con paso firme por su camino. Él te honrará", (Salmos 37:34, NTV).
Si tan solo hoy fuera el día. Este pensamiento cruza su mente a menudo. ¿Cuántas veces ha empezado la mañana con la misma esperanza? Conforme pasa el tiempo, puede ser un reto mantener la confianza. Y sin embargo, usted se consuela a sí mismo con la promesa: «Con Dios todo es posible» (Mateo 19.26).
Sin dudas, esperar es difícil, pero también resulta necesario. Por medio de los tiempos de espera, usted descubre sus puntos débiles y es entrenado a confiar en el Padre.
Sin embargo, debe saber algo. Si lo que usted quiere lo aleja del Señor o hace que se olvide de Él si se niega a dárselo, hay un problema. Su deseo se ha convertido en su dios.
Así que examine hoy su corazón. ¿Seguiría amando al Padre si Él le dijera que no a su petición más preciada? ¿Sigue Él ocupando el trono de su corazón? Asegúrese de ello. Pídale que quite todo ídolo y le ayude a reconocerlo como Dios. Y confíe en que lo que Él tiene para usted es inmensurablemente mejor que todo lo que pudiera esperar o imaginar.
Señor, tú eres mi Dios. No hay nada que desee por encima de ti. Quita de mi vida todos los ídolos y ayúdame a esperar lo mejor de ti. Amén.