El clamor que se levanta | David Wilkerson

Nuestro Señor tiene un remanente santo en cada nación, y ahora mismo está preparando a un pueblo que se ha movido a aferrarse de Él. En pequeñas iglesias y reuniones en todo el mundo en China, India, Europa, África, América del Norte y del Sur - un clamor se está levantando y se está haciendo más intenso:

"¡Oh, Dios, baja! ¡Envía tu fuego del Espiritu Santo! Desvanece toda carne y manifiesta Tu presencia."

Ellos saben que las palabras de Jesús a Sus discípulos se aplican también a ellos: "Mi Espíritu cambiará todo, en un momento. Todas las montañas de dureza e incredulidad se derretirán, y todos los que han estado contra ti vendrán ahora a reunirse". Cuando todo esto suceda, no habrá publicidad del acontecimiento ni cámaras de televisión, ni evangelistas destacados, ni organizadores montando un "avivamiento". En lugar de eso, tan sólo habrá un pueblo desesperado y hambriento esperando que el Señor se revele en Su gloria y poder salvador.

EL MUNDO FUERA DE CONTROL

El pueblo de Dios sabe que Él es la única fuente de sustento en estos tiempos preocupantes, y pronto el mundo también lo sabrá. A medida que la economía se hunde más en todo el mundo -y a medida que Irán y Rusia se vuelven más amenazantes, y ocurren calamidades mundiales - la gente no tolerará un mensaje de realización personal, sino que exigirån conocer la realidad de Dios en un mundo que está fuera de control.

La promesa que Dios dio a Isaías se aplica hoy:

"Fuera de ti, desde tiempos antiguos nadie ha escuchado ni percibido, ni ojo alguno ha visto, a un Dios que, como tú, actúe en favor de quienes en él confian" (Isaias 64: 4, NVI, cursivas añadidas).

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