DEFINICIÓN DE IGLESIA

1. Dificultad de una definición exacta.

Después de todo lo que llevamos dicho sobre el concepto de iglesia, parece obvio que podemos pasar ya a definir teológicamente lo que es la Iglesia. Sin embargo, es difícil dar una definición exacta de la Iglesia. La razón de esta dificultad estriba en que una definición escueta puede resultar demasiado simplista, como la de K. Barth: «La Iglesia es la comunidad viva del viviente Señor Jesucristo.».

Por otro lado, una definición suficientemente descriptiva habrá de ser demasiado larga y, aun así, imprecisa, puesto que la Iglesia, a pesar de ser una noción sencilla de captar, es un misterio difícil de describir con exactitud; y si se deja de señalar algún aspecto importante de su concepto, hay peligro de formarse de la Iglesia una idea inadecuada.

DEFINICIÓN DE IGLESIA

2. Dos tipos de definición de Iglesia.

A falta de fórmulas más claras para una definición de Iglesia que sea aceptable (al menos dentro de nuestro marco confesional), creemos que son bastante acertadas las dos definiciones que Pendleton nos ofrece y que, con ligeros retoques gramaticales, copiamos a continuación: ación:

2.1. Definición esencial: «Una iglesia es una congregación de discípulos de Cristo bautizados," unidos en la creencia de lo que Él ha dicho y comprometidos a hacer lo que Él ha mandado.

2.2. Definición descriptiva: «Una iglesia es una congregación de discípulos de Cristo bautizados, que le reconocen a Él como su Cabeza, que confían en Su sacrificio expiatorio para la justificación delante de Dios, que dependen del Espíritu Santo para la santificación, que están unidos en la creencia del Evangelio y comprometidos a mantener Sus ordenanzas y a obedecer Sus preceptos, reuniéndose para el culto y cooperando para la extensión del reino de Cristo en el mundo.»

3. Definición católico-romana de Iglesia.

Para conocer el fondo del concepto católico-romano de iglesia y, por tanto, para saber a qué atenerse en un diálogo ocasional sobre este punto, estimamos conveniente presentar la que, durante cerca de cuatro siglos, ha sido la definición «oficial» dentro de la Iglesia de Roma: «La Iglesia es la congregación de todos los fieles que, habiendo sido bautizados, profesan la misma fe, participan de los mismos sacramentos y son gobernados por sus legítimos pastores, bajo una sola cabeza visible en la tierra.» Como puede verse, dicha definición recalca suficientemente la constitución jerárquica de la Iglesia Romana.

Una definición descriptiva de Iglesia, dada reciente y oficialmente por Roma, sólo se puede obtener leyendo atentamente los 16 primeros puntos de la Constitución Dogmática sobre la Iglesia, del Concilio Vaticano II. Pero quizá sea lo bastante expresiva, dentro de su concisión, la que nos ofrece el párrafo 1. de dicho documento, que dice así: «La Iglesia es en Cristo como un sacramento, o sea, signo e instrumento de la unión intima con Dios y de la unidad de todo el género humano.» Analicémosla brevemente, pues hay en ella cuatro aspectos dignos de observación:

3.1. «La Iglesia es en Cristo como un sacramento», o sea, así como la naturaleza humana. de Cristo es vehículo de salvación, también lo es la Iglesia «por una notable analogía con el misterio del Verbo Encarnado».

3.2. «La Iglesia es.. un sacramento», es decir, un signo sensible que simboliza y confiere (según la doctrina de Roma) la gracia de la salvación. Como dice Semmelroth, la Iglesia es como una mano gigante con siete dedos (los siete sacramentos), con los que toma al hombre y lo pone en contacto con la salvación divina.

3.3. «... instrumento de la unión intima con Dios»; sólo por medio de la Iglesia -no sólo como proclamadora del mensaje, sino como conducto sacramental- Dios toma al hombre con Su gracia, y el hombre se encuentra con el Dios Salvador.

3.4. «... y de la unidad de todo el género humano», lo cual implica que toda persona de buena voluntad (ateos incluidos) se halla en el camino que lleva a la salvación y pertenece, de algún modo, a la Iglesia.

4. Diversos aspectos dentro del concepto de Iglesia.

4.1. Iglesia Invisible e Iglesia Visible.

Al hablar de este modo no pretendemos insinuar que haya dos iglesias diferentes o que la iglesia conste de dos partes, sino sólo distinguir dos aspectos de una misma realidad, la cual es invisible en cuanto a su íntima esencia espiritual, ya que es invisible la regeneración que nos imparte la vida divina, como invisibles son tambiénlas operaciones del Espiritu en los creyentes y en la Iglesia, y la comunión de los fieles con el Señor y entre sí. Pero esta realidad invisible toma forma concreta visible en los hombres que la componen, en el lugar de reunión, en los actos de culto y testimonio y en la organización y gobierno de las comunidades locales.

4.2. Iglesia-organismo e iglesia-organización.

En una perspectiva similar, vemos que la iglesia como organismo es algo vivo espiritualmente, donde los diversos órganos y funciones esenciales vienen dados por el hecho de la unión vital con Cristo y de la participación en los dones del Espíritu, mientras que la iglesia como organización es como el andamiaje o caparazón por el que dicho organismo se manifiesta al exterior en determinadas formas de administración y de gobierno. Para distinguir bien entre ambos aspectos téngase en cuenta lo siguiente:

a) como organismo, la iglesia es la comunidad de los creyentes, unidos a Cristo por el Espíritu; como organización, es una agencia divina para la conversión de los pecadores y la edificación de los fieles; b) como organismo, la iglesia está dotada de carismas o dones que posibilitan el ministerio común de cada miembro de iglesia; como organización, adquiere forma institucional y funciona a través de los oficios y demás medios convenientes para su buen funcionamiento; c) como organismo, la iglesia tiene dentro de sí misma el objetivo de su constitución: hacer de los inconversos (aunque ya elegidos por Dios), por la Palabra y el Espíritu, cristianos que crezcan hasta la medida de un varón perfecto (Ef. 4:13); como organización, es un medio para. el perfeccionamiento de los santos (Efesios 4:11-12).

El hecho de que la iglesia como organismo preceda lógicamente a la iglesia como organización (puesto que la experiencia del «nuevo nacimiento» es anterior a la agregación a la Iglesia no somos salvos por pertenecer a la Iglesia, sino que pertenecemos a la Iglesia por ser salvos-; cf. Hech, 2:41), arroja suficiente luz para disipar muchas confusiones, notorias no sólo en el campo catolicorromano, sino aun entre los llamados «protestantes». Ya dijimos anteriormente que la Iglesia no consta de iglesias, sino de creyentes. Pero hay otras dos principales fuentes de confusión:

1) mantener un concepto de «iglesia» como de una personalidad abstracta, un algo distinto de los miembros que la componen, siendo así que la iglesia no es sino la comunidad de los creyentes (como si dijéramos «la suma de los sumandos») ligados a la Cabeza-Cristo en la unidad del Espíritu (cf. Mat. 18:20; Ef. 4:3-6). 2) El identificar la iglesia con los que ejercen un oficio o un ministerio específico en la misma, y que se expresa (especialmente entre los católicos) en frases como hay que obedecer a la Iglesia», «pregúnteselo a la Iglesia», «con la Iglesia hemos topado», etc., como si no fueran «iglesia» igualmente todos y cada uno de sus miembros.

Esta confusión induce a muchos a sentirse súbditos de otros hombres en el terreno espiritual y a mirar a los ministros de Dios como los profesionales de la religión», a quienes compete el conocimiento de la Biblia y la responsabilidad exclusiva en los asuntos de iglesia, y a quienes se acude de la misma manera que se va al abogado, al médico, etcétera, en materias de la respectiva competencia; como si la Palabra de Dios y los carismas del Espíritu estuviesen bajo la exclusiva de una casta, o como si el pastor de una iglesia hubiese de cargar con todas las. responsabilidades de la congregación.

4.3. Iglesia militante e iglesia triunfante.

La primera, a la que con mayor propiedad se aplica el nombre de iglesia (Cuerpo de Cristo en edificación), es la comunidad cristiana que peregrina por el desierto de esta vida hacia la nueva Tierra Prometida y a la que llamamos militante, no porque haya de adoptar un talante ofensivo, sino porque cada cristiano debe estar armado con la panoplia de Dios, para estar firme contra el demonio (cf. Ef. 6:12 y ss.). La iglesia triunfante es el grupo incontable de creyentes trasplantados al Cielo, tras cambiar la espada corta («machaira») por la palma; las lágrimas, por el cántico; la cruz, por la corona."

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