Normalmente creemos que buscar a Dios se reduce a congregarse en una iglesia, servir en ella, ejercer un ministerio o hacer obras de caridad. Lo cierto es que buscar a Dios no se limita únicamente a estas cosas. Sino que tiene un significado más profundo, que involucra todo nuestro ser.
David era un hombre conforme al corazón de Dios. Desde muy joven buscaba a Dios. Y por medio de su fe, peleó contra osos y leones, y derrotó a un gigante. Las Escrituras contienen la evidencia de la manera en que David buscaba de Dios: hablaba con Él, le escribía versos, le componía canciones, danzaba para Él, se deleitaba en sus mandamientos, y le dedicaba la victoria en sus batallas.
Salmos 119:10-15
Hace unos años atrás, surgieron varios retos en mi vida laboral. Retos que me enseñaron a buscar a Dios con más diligencia. En cada situación difícil, yo clamaba a Dios. Y en los momentos alegres, le daba gracias por estar a mi lado. Dios se convirtió para mí en un refugio. Gracias a tales circunstancias, descubrí que, buscar a Dios es establecer una relación personal con Él.
Hechos 17.27
¿Por qué usamos la expresión "buscar a Dios"? ¿Acaso Dios se nos perdió?
Permíteme explicártelo con la siguiente ilustración: "Buscar a Dios es como buscar un tesoro perdido, en medio de una isla. Los piratas están atentos a cada pista que se halla en el camino o, incluso, fuera de él. Y cuando lo encuentran su corazón se llena de gozo, por las múltiples riquezas que hay dentro del cofre". Asimismo, sucede en una relación personal con Dios. Cuando buscamos a Dios, le dedicamos tiempo, atención, cuidado, amor. Porque nuestra riqueza está en conocerlo y agradarle. Una relación es como una planta, debemos de regalarla y abonarla continuamente para que no se marchite. También debe de haber comunicación para conocerse entre ambos, cuáles son sus gustos e intereses.
Salmos 25:5
Es necesario buscar a Dios todos los días, en todo momento y en cualquier lugar. Involucrarlo en nuestras actividades. Consultar cuál es su voluntad antes de tomar una decisión. Si hacemos a Dios parte de nuestra vida y de nuestras prioridades, tendremos mejores elecciones, más oportunidades, llevaremos una vida integra, llena de fe y esperanza, sabremos aconsejar a otros, y nos será más fácil perdonar.
Recuerda que, cuando oras, hablas con Dios. Y cuando lees la Biblia, Él habla contigo. También, ten presente que, DIOS NO ES RELIGIÓN, ES RELACIÓN.
Isaías 55:6-9
Autora: Madelin Reyes
Fecha: 24 de Septiembre 2022
Ministerio: Yo soy más en Cristo