Renunciemos a ese viejo hábito de juzgar las vidas ajenas; seamos sensibles a la condición en que se encuentran. Porque la verdadera bondad no solo se manifiesta haciendo obras de caridad, sino al mostrar compasión por quienes han sido heridos por la terrible espada del pecado. Un corazón benigno sale a la luz cuando proclama gracia, ternura y compasión. Es fácil condenar un alma al infierno; pero ¡qué oscuro se torna el panorama cuando es a nosotros a quienes se nos aplica tal sentencia. La comprensión se considera un abrazo en medio del llanto. Una lección que la vida nos da es que, a quien más hemos herido, suele darnos la mano cuando caemos. ¡Cuán avergonzados no sentimos! No obstante, esto rompe las ligaduras de la soberbia, que venía arrastrándonos desde hace tiempo. Tratemos a los demás, como quisiéramos ser tratados. Porque con la misma vara que medimos, seremos medidos. Y en la misma cantidad que demos, recibiremos. La amabilidad, compasión y gentileza son el reflejo de un corazón donde habita Jesús.
"En cambio, los que tienen la sabiduría que viene de Dios, no hacen lo malo; al contrario, buscan la paz, son obedientes y amables con los demás, se compadecen de los que sufren, y siempre hacen lo bueno; tratan a todos de la misma manera, y son verdaderos cristianos".
Santiago 3:17 TLA
Autora: Madelin Reyes
Fecha: 22 de Octubre 2022
Ministerio: YO SOY MÁS EN CRISTO