Lugar que tiene la Doctrina de Dios en la Teología Sistemática o Dogmática
La Dogmática comienza con la doctrina de Dios, en todas sus ramificaciones, desde el principio hasta el fin, un estudio detallado de Dios. Aunque sólo la primera parte se ocupa de Dios directamente, en tanto que las siguientes lo hacen indirectamente. Emprendemos el estudio de la teología con estas dos presuposiciones:
- Dios existe.
- Él se ha revelado en su divina Palabra.
Prueba Bíblica de la Existencia de Dios
Para nosotros la existencia de Dios es la gran presuposición de la teología. No tiene sentido hablar del conocimiento de Dios, a menos que se admita que Dios existe. Hay un Ser personal, del que se originan todas las cosas, que transciende toda la creación, aunque a la vez es inmanente en cada parte de ella. La prueba bíblica acerca de este punto está, quizá, en Hebreos 11: 6, "... porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan". La Biblia testifica que Dios hace todas las cosas según el consejo de su voluntad, y revela la realización gradual de su gran propósito de redención. Se contempla a Dios en casi cada página de la Santa Escritura a medida que se revela en palabra y acciones. Esta revelación de Dios es la base de nuestra fe en la existencia de Dios.
Pruebas de la Existencia de Dios conocidas como racionales
Algunos argumentos para probar racionalmente la existencia de Dios:
- Argumento ontológico. Anselmo de Canterbury, dijo: Dios es el ser más perfecto que se puede concebir; luego tiene que existir; de lo contrario, podríamos concebir algo mayor que Él, es decir, algo existente. Pero es completamente evidente que no podemos inferir una existencia real de un pensamiento abstracto.
- El Argumento Cosmológico. Todo lo que existe en el mundo debe tener una causa adecuada, y siendo así, también el universo la debe tener, es decir, una causa indefinidamente grande. Este argumento no alcanza a probar la existencia de Dios. Si todo lo que existe debe tener una causa, esto también tiene que aplicarse a Dios, con lo cual nos internamos en una cadena sin fin.
- El Argumento Teleológico. "La evidencia teleológica", dice Wright, "indica solamente la probable existencia de una mente que está encargada, cuando menos de una gran parte, del control de los procesos del mundo, en suficiente medida para justificar la suma teleológica que se descubre en él.
- El Argumento Moral. Aunque este argumento señala la existencia de un ser santo y justo, no obliga a la creencia en Dios, el Creador, de infinitas perfecciones.
- El Argumento Histórico o Etnológico. Su forma principal es la siguiente: Entre todos los pueblos y las tribus de la tierra se encuentra un sentimiento de lo divino, que se manifiesta en culto externo. Siendo universal este fenómeno, debe pertenecer a la misma naturaleza del hombre. Y si la naturaleza del hombre tiende a la adoración religiosa. Esto sólo hallará explicación en un Ser superior que dio al hombre una naturaleza religiosa. Evaluando estos argumentos racionales se debe indicar ante todo que los creyentes no los necesitamos. No depende de ellos nuestra convicción de la existencia de Dios, sino de que aceptamos con fe la revelación que de sí mismo ha hecho Dios en la Escritura.
Nuestro conocimiento de Dios
Dios es Incomprensible, pero Conocible
La Iglesia Cristiana confiesa, por una parte, que Dios es el Incomprensible, y por la otra que conocerlo es un requisito absoluto para ser salvo. Los Padres de la Iglesia primitiva hablaron del Dios invisible como de un Ser que no fue engendrado, inefable, eterno, incomprensible e inmutable. La teología Reformada afirma que Dios puede ser conocido, pero que es imposible que el hombre alcance un conocimiento exhaustivo y perfecto de Dios en todo sentido. verdadero El conocimiento de Dios sólo puede adquirirse mediante la divina revelación que de sí mismo ha hecho Dios, y lo adquirirá solamente quien acepte esa revelación con la fe.
La revelación que Dios hace de Sí mismo, es requisito de todo conocimiento de Dios
El conocimiento de Dios, lo comunica al hombre Él mismo Dios
El hombre puede conocer a Dios únicamente hasta donde Dios se hace conocer. Todo nuestro conocimiento de Dios, se deriva de la revelación que Dios ha hecho de Sí mismo en la naturaleza y en la Santa Escritura.
La Revelación General y la Especial
La Biblia da testimonio de una doble revelación de Dios: una revelación tanto en la naturaleza que nos rodea, como en la conciencia humana y en el providencial gobierno del mundo. La otra revelación se encuentra incorporada en la Biblia como Palabra de Dios.
Fundándose sobre estos datos bíblicos se acostumbra hablar de revelación natural y de revelación sobrenatural. El contenido de la revelación se ha considerado como natural si puede adquirir por medio de la razón humana aplicada al estudio de la naturaleza, y se considera sobrenatural cuando no lo revela ni la naturaleza, ni la razón por sí misma.
Sin embargo, una distinción más común que gradualmente ha ganado actualidad, es la conocida como revelación general y especial. La primera tiene por objeto reconocer y satisfacer la necesidad natural de las criaturas de conocer a su Dios; la segunda, rescatar del pecado y sus consecuencias a los caídos y deformados pecadores. Esta revelación especial no fue el producto de un pensamiento posterior, sino que estuvo en la mente de Dios desde el principio.
La revelación de Dios fue dada una vez por todas, en Jesucristo. Dios continúa hablando a individuos pecadores por la revelación en Cristo, mediante la Biblia y la predicación.
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