Matthew Slater, receptor abierto seleccionado en la posición número 158 en el draft de la NFL de 2008, ha decidido retirarse. A lo largo de su carrera, logró la hazaña de ganar tres Super Bowls con los New England Patriots.
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En su anuncio de retiro, destacó su fe como parte fundamental de su trayectoria deportiva.
“He peleado la buena batalla, he terminado la carrera, he mantenido la fe”, dijo Slater en su anuncio de retiro, citando la Segunda Carta de Pablo a Timoteo del Nuevo Testamento.
Slater, de 38 años, ha pasado 16 temporadas con los Patriots, destacándose en equipos especiales y siendo reconocido por su excelencia en la cobertura de despejes y saques de salida. Considerado por Bill Belichick como un «jugador perfecto», ha ganado el respeto de sus compañeros y oponentes tanto en el campo como fuera de él.
Además de su éxito en el campo, se han hecho predicciones de que algún día podría unirse a su padre, Jackie Slater, en el Salón de la Fama del Fútbol Americano Profesional. Fuera de la cancha, es alabado por su trabajo como buen ciudadano en el vestuario y la comunidad, mostrando una actitud positiva y ejemplar para sus compañeros, entrenadores y fanáticos.
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“Nuestra liga y nuestra cultura ponen mucho en juego para ganar, perder y ser campeones”, dijo Slater, quien creció en una iglesia no denominacional y ahora asiste a una iglesia evangélica de tendencia reformada.
“Si te aferras a cosas que al final van a desaparecer, te sentirás muy, muy decepcionado. Perder ese Super Bowl, sí, fue decepcionante. Pero me permitió volver a centrarme en las cosas que importan en la vida”, añadió.
Slater habla sobre la importancia de su fe en su vida y en su carrera como futbolista. Para él, la fe es la base de cómo ve el mundo y las relaciones que ha tenido. Siempre se ha visto a sí mismo como un cristiano que juega al fútbol, y ha tratado de aplicar los principios del evangelio en su vida, como el amor, la paz, el perdón y la bondad.
Para él, trabajar duro en el fútbol y en cualquier otra cosa de su vida es una manera de demostrar su compromiso con su fe.
“En términos de cómo el fútbol ha impactado mi fe, creo que el fútbol es un gran maestro de vida. Experimentas el poder del trabajo en equipo, el poder de la disciplina, el poder de las relaciones, el poder del trabajo duro. Una de las cosas más importantes que aprendí fue cómo lidiar con la adversidad. La Biblia nos dice que la vida estará llena de adversidades. Para mí el fútbol fue un campo de entrenamiento”, dijo.
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El deportista comentó, como cristiano, he aprendido que encontrar significado y propósito en las tareas cotidianas “es posible si tienes la perspectiva adecuada. La Biblia enseña que cada persona tiene un papel importante en la vida y que es fundamental cumplirlo con excelencia, tal como el entrenador Bill enseñaba a sus jugadores. Es importante trabajar duro y aspirar a roles más destacados, pero también es crucial encontrar alegría y satisfacción en lo que haces en el presente”.
Asimismo, dijo la autenticidad en la fe y el amor de Cristo son la base de su vida, “La gracia y misericordia de Dios nos acompañan a diario, recordándonos la importancia de servir a los demás y aprender de ellos. El verdadero liderazgo se encuentra en la humildad y la capacidad de ayudar a otros a alcanzar su máximo potencial”.
“Mi vocación ha sido el fútbol, pero eso no define quién soy. No lleva el peso de mi alma. Sólo Jesús puede hacer eso”, finalizó.