"En todo les mostré que así, trabajando, deben ayudar a los débiles, y recordar las palabras del Señor Jesús, que dijo: «Más bienaventurado es dar que recibir» (Hechos 20:35)".
Pablo se llama a sí mismo un esclavo de los hombres, dando a entender que su vida la pondría al servicio de los demás (1 Co 9:19). A partir de su conversión, él buscaría servir, bendecir y edificar a las personas. Consideraba que el evangelio le imponía una obligación hacia los demás. Por eso decía: «A griegos y a no griegos, a sabios y a no sabios soy deudor» (Ro 1:14).
Reflexionemos en esto y combinemos este sentir de Pablo junto con las palabras de nuestro Señor: «Más bienaventurado es dar que recibir» (Hch 20:35). Darse, entregarse y ofrecerse es, según Jesucristo, la manera para experimentar una dicha mayor.
Es inevitable hacer la conexión entre el gozo, la alegría y el deleite por un lado, y la ayuda, el sacrificio y el servicio por el otro. Nuestro Señor une ambas realidades.
Me pregunto: ¿será que nuestro gozo y deleite en Dios no es más profundo ni más extenso porque hemos descuidado el servicio y la entrega hacia los demás? ¿Será que a veces nos consumimos tanto en nuestras luchas y dificultades para hundirnos en la tristeza, angustia y monotonía?
¿Será que deberíamos levantar la mirada con más frecuencia para ver a quién podemos ayudar, a quién podemos servir, y así experimentar más el gozo cristiano?
«Más bienaventurado es dar que recibir». Una dicha mayor se experimenta cuando ponemos nuestra vida a disposición y al servicio de otros. Cuando ofrecemos nuestro tiempo, energías y recursos para que otros reciban alivio, aliento y ayuda estamos colocándonos ante la oportunidad de un gozo mayor. Eso fue lo que Cristo hizo. El hombre más feliz del mundo también se dio por los demás.
Quizá nuestro gozo que es débil y esporádico necesita un poco de generosidad, servicio y sacrificio para renovarse. La abnegación y la entrega por el bien de otras personas hacen más fuerte y más frecuente nuestra sensación de deleite en el Señor.
«Más bienaventurado es dar que recibir».