Aprendiendo a afrontar la tentación | Justin Burkholder

Aprendiendo a afrontar la tentación | Justin Burkholder

«Dios nunca te dará más de lo que puedes soportar». Creo que todos hemos escuchado esta frase en algún momento, por lo general, en medio del sufrimiento. De hecho, muchos han abrazado este concepto dando por sentado que Dios les quitará el sufrimiento o el dolor cuando lleguen al punto donde ya no lo puedan soportar más.

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¿Qué es lo que nos está diciendo la Biblia aquí? En los versículos anteriores al texto que estamos viendo, Pablo resume parte de la historia de Israel. Después de esa introducción, Pablo da una serie de mandamientos o advertencias que tienen que ver con el pecado en particular. Lo que queda claro es que el pueblo de Israel había rechazado la roca de la que habían bebido.

Ellos habían rechazado el pacto que Dios había guardado con fidelidad, y buscaron satisfacer sus antojos carnales con cosas terrenales. Y Pablo está usando la experiencia de Israel para llamar la atención de los corintios sobre el hecho de que ellos no tienen en sí mismos la fuerza para enfrentar el pecado, pues para ello se requiere una fuerza sobrenatural. Y es en ese contexto que Pablo escribe la promesa tan bella del versículo 13.

Es posible que todos caigamos en la trampa de pensar que lo que nosotros estamos enfrentando es único. Sin embargo, Pablo inicia este versículo explicando que la tentación a la idolatría es común a todos, como ya lo había demostrado en los versículos anteriores.

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Primero, es importante reconocer que todo el contexto de este pasaje se refiere a la tentación hacia el pecado. Segundo, Pablo arraiga la promesa de cuánto seremos tentados no en nuestra fuerza, sino en la fidelidad de Dios. Sí, Pablo dice que no seremos tentados más allá de lo que podemos soportar, pero inicia esa misma frase diciendo que Dios es fiel.

Es decir que nuestra fuerza para soportar la tentación viene directo de la fidelidad de Dios. Lo que Pablo quiere decir en este versículo es que todo el poder, toda la fuerza para combatir el pecado ya nos lo ha dado Dios en Cristo. Nosotros podemos soportar la tentación porque Dios es fiel en cumplir con todo lo que ha prometido, no porque nosotros somos fuertes.

Y más importante que todo eso, Dios siempre provee una salida. Él proveyó la salida de la pena del pecado en la cruz. Él proveyó la salida del poder del pecado en la cruz. Y Él proveyó Su Espíritu que obra en nosotros, llevando a cabo la santificación en nuestro corazón. Eso significa que en cualquier momento de tentación, todo lo necesario está disponible.

Serás tentado más de lo que puedes soportar con tus propias fuerzas, pero nunca serás tentado más de lo que la fidelidad de Dios puede soportar. Él siempre cumplirá sus promesas. Dios hará en ti todo lo necesario. Te dará siempre el poder para decir «¡No!» a la tentación. Si caemos, no es porque no lo pudimos soportar: es porque nosotros, al igual que los israelitas, buscamos satisfacer nuestros antojos carnales con otras cosas terrenales que no son Cristo.

1 Corintios 10:13-23 RVR1960 “No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana; pero fiel es Dios, que no os dejará ser tentados más de lo que podéis resistir, sino que dará también juntamente con la tentación la salida, para que podáis soportar.”.

Originalmente publicado por Lifeway Recursos

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