Este padre de la iglesia sabía predicar (Crisóstomo) | Stephen Nichols

Este padre de la iglesia sabía predicar (Crisóstomo) | Stephen Nichols

El nombre de Juan Crisóstomo quiere decir «Juan boca de oro». ¿Cómo obtuvo este título? En este episodio de 5 Minutos en la Historia de la Iglesia, Stephen Nichols nos habla del don que tenía este padre de la iglesia para enseñar la Palabra de Dios con claridad y persuasión.

Transcripción

Bienvenidos a 5 Minutos en la Historia de la Iglesia, un podcast de los Ministerios Ligonier con Steve Nichols.

En este episodio viajaremos al pasado, a la época de la Iglesia primitiva, para hablar de Juan Crisóstomo. Nació en el año 347 y murió en el 407. Crisóstomo nació en la ciudad de Antioquía. Y sabemos la importancia de esta ciudad, ya que fue allí donde a los seguidores de Cristo se les llamó «cristianos» por primera vez. Y este fue el hogar de Crisóstomo. Inicialmente Crisóstomo estudió retórica y literatura, y parecía que iba a hacer carrera como retórico, como gran orador. Pero, en lugar de eso, quedó cautivado con la teología, y comenzó a estudiar divinidad y teología. Así inició su trayectoria hacia el ministerio.

Crisóstomo fue ordenado diácono y luego presbítero, es decir, un anciano predicador. Incluso durante un corto tiempo vivió básicamente como un ermitaño. Y durante algunos años se dedicó por completo a estudiar y memorizar la mayor cantidad de porciones de la Escritura que le fue posible. Como vemos en su vida y ministerio que vendría más tarde, recurrió a ese fundamento de estar simplemente inmerso en el texto por el resto de su vida. Bueno, sirvió por unos diez años como presbítero allí en Antioquía, y comenzó a hacerse de una gran reputación como orador. De hecho, el nombre Crisóstomo, significa «boca de oro».

Es decir que este no era el nombre que sus padres le habían puesto. Ellos no miraron a este pequeño bebé y dijeron: «Oh, vamos a llamarte Juan boca de oro». Fue un título que le dieron por su capacidad de hablar. Y no es solo que fuera sofisticado o que pudiera impresionar con su retórica, es que era muy claro, muy convincente. Conocía la Palabra de Dios y sabía cómo presentarla a su congregación, cómo hablar con poder y claridad.

Bueno, todo esto atrajo la atención de aquellos que se encontraban en Constantinopla y lo invitaron a ser arzobispo de esta ciudad. Y así es designado como arzobispo en Constantinopla en el año 397. Y en su predicación tenía también una manera de decir la verdad. Y a veces no nos gusta escuchar la verdad, ¿cierto? Y una de las personas de la congregación a la que no le gustaba escuchar la verdad que predicaba era Elia Eudoxia.

Ahora bien, Elia Eudoxia no era cualquier persona en la congregación. Elia era la esposa del emperador; por lo tanto, tenía mucho poder, y se sintió muy ofendida por algunas de las cosas que Juan Crisóstomo decía. Y de alguna manera la estaba desafiando a ella y a algunas de sus políticas, porque aparentemente a Elia Eudoxia le gustaba la riqueza y acumular tanto como pudiera para ella. Y no era conocida por ser una persona amable, o alguien que ayudara a servir a los demás, sino más bien como una persona entregada a una vida de extravagancia y ostentación.

Así que Crisóstomo predicaba en contra de esto a veces, y ella lo tomó como algo personal y se sintió muy ofendida por ello. Y como era la esposa del emperador, sencillamente lo desterró. Y así, desde el año 404 hasta el 407, el predicador Juan boca de oro fue desterrado.

Al repasar uno de sus sermones, hay uno que me encanta y viene del adviento. Se llama «Sobre el nacimiento de Cristo», y déjame leerte una parte. Esto es lo que dice Crisóstomo:

¿Cómo les describiré este nacimiento? Porque esta maravilla me llena de asombro. El Anciano de Días se ha hecho un niño. El que está sentado en el trono sublime y celestial yace ahora en un pesebre. Y Aquel que no puede ser tocado – porque es el Espíritu perfecto – ahora yace sujeto a las manos de hombres pecadores. Aquel que ha roto las ataduras de los pecadores, ahora está atado con pañales para bebés. Pero ha decretado que la ignominia se convierta en honra, la infamia se vista de gloria y la completa humillación sea la medida de Su bondad.

Permíteme recomendarte los sermones de Juan Crisóstomo. En ellos vemos a alguien que dijo la verdad, que la dijo de manera convincente y persuasiva. Leamos los sermones de Juan boca de oro.

Originalmente publicado por Ministerios Ligonier

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