SU PALABRA PERSONAL
Cuando David cayó en derrota, se alentó a sí mismo, volvió a su lucha e inmediatamente actuó en fe. Cuando regresó a su espíritu de lucha, mandó traer algo conocido como el efod. Este era un tipo de prenda que incluía dos piedras guardados en el pectoral del sacerdote. De vez en cuando Dios hablaba a través del efod y David estaba determinado a obtener una palabra de dirección del Señor.
"Y dijo David al sacerdote Abiatar... Yo te ruego que me acerques el efod. Y Abiatar acercó el efod a David. Y David consultó a Jehová, diciendo: ¿Perseguiré a estos merodeadores? ¿Los podré alcanzar?" (1 Samuel 30:7-8, cursivas añadidas).
RECIBIENDO LA DIRECCIÓN DE DIOS
Considera lo que David hizo aquí. Después de haber llorado, y después de haber recuperado su lucha, este hombre fue directamente a sus rodillas. El Señor le dio la palabra de dirección que necesitaba:
"Él le dijo: Síguelos, porque ciertamente los alcanzarás, y de cierto librarás a los cautivos" (30:8, cursivas añadidas).
La dirección de Dios para David fue: "Anda. Serás victorioso". En otras palabras: "¡Lucha!"