El milagro de la multiplicación de los panes es uno de los milagros más hermoso que Jesús realiza a su pueblo, pues en este milagro de la multiplicación, Jesús revela un poderoso signo de su amor para con todos los que le siguen.
En este milagro de la multiplicación de los panes, Jesús involucra a sus discípulos para que brinden su ayude y colaboren con el Reino de Dios. Los panes y los peces los ofrece un muchacho, como signo de lo que ofrece el pueblo a Dios. De aquí, es que sabemos que Dios actúa en medio de nosotros, para nosotros, y con nosotros.
Miles de personas que presenciaron este milagro no entendieron completamente el propósito de Jesús de realizarlo, pues, luego de que la gente vio la señal que Jesús había hecho, comenzaron a decir: "Ciertamente éste es el Profeta que ha de venir al mundo". Jesús, sabiendo que tenían la intención de venir y hacerlo rey por la fuerza, se retiró de nuevo a una montaña por su cuenta.
Las personas no entendían el propósito de Jesús con este milagro. Jesús no estaba interesado en impresionarlos para que pudiera convertirse en su rey y derrocar el antiguo gobierno romano bajo el cual vivían. Jesús quería mostrarles la riqueza y la abundancia del Reino de Dios.
En muchos de los milagros que obró Jesús, pedía que las personas pusieran algo de su parte, aunque sea algo pequeño: Para dar de comer a las multitudes pidió unos pocos panes y peces, con eso multiplicó y hasta quedó de sobra (Mt 14:17-21). Al ciego de nacimiento le pidió que fuese a lavarse la cara en el pozo, aún estando ciego (Jn 9:1-7). Al tullido le pidió que se levantara el sólo y que tomara su camilla (Jn 5,6-9). Para proporcionar el vino en Caná, pidió a los sirvientes que llenaran los cántaros con agua (Jn 2:3-10). A leprosos, Jesús les pide que vayan y se presenten con los sacerdotes (Lc 17:11-19).
Hoy en día también Jesús espera de nosotros que pongamos algo de nuestra parte para confirmar así nuestro desprendimiento. Estoy seguro de que Dios, así como realizó el milagro de la multiplicación de los panes y peces, Él también multiplicará lo que le damos hasta setenta veces siete, pero tenemos que entregarle algo, tenemos que confiar en Él.