Este fue un momento crítico en la vida de la iglesia primitiva. Gálatas 2 nos cuenta la historia de un desacuerdo entre dos gigantes de la iglesia primitiva: Pedro y Pablo.
Algunos comentaristas modernos han sugerido que Pablo y Pedro predicaron mensajes diferentes, debido a que supuestamente Pedro se centraba más en las obras, mientras que Pablo se centraba más en la gracia. También mencionan que estas dos versiones del evangelio se remontan al principio y, por consiguiente, ambas tienen su origen en la iglesia. Sin embargo, dicen, los evangélicos prefieren a Pablo que a Pedro.
¡Esto no puede ser! El evangelio no vino por un invento del apóstol Pablo, ni por tradición de la iglesia, sino por la revelación de Jesucristo; y esta es la razón por la cual sólo hay un evangelio. Podría haber muchos inventos de diferentes líderes, así como muchas tradiciones de diferentes instituciones, pero sólo puedes tener un evangelio y este viene de Jesucristo.
Gálatas 2 nos habla de un momento en el que este evangelio tuvo que ser defendido; no porque Pedro no lo creyera, sino más bien porque él actuó de una manera que no era coherente con el evangelio.
La historia nos recuerda que el evangelio necesita ser defendido, no sólo en el mundo, sino también en la iglesia. Nada le gustaría más a Satanás que la propia iglesia malinterpretara el mensaje del evangelio o actuara de forma incoherente con él.
¿Alguna vez se ha tenido que defender el evangelio en tu iglesia? ¿Cómo lo solucionaron los líderes de la iglesia? ¿Cómo lo solucionaste tú?