"Ni murmuréis, como algunos de ellos murmuraron, y fueron destruidos por el destructor", (1 Corintios 10:10).
Consideren que la murmuración hace la vida del hombre espiritualmente miserable. Cada murmurador es su propio verdugo. La murmuración aflige el corazón, desgasta y desgarra el corazón, enfurece e inflama el corazón, hiere y apuñala el corazón. Cada murmurador es su propio mártir. Y cada murmurador es un asesino mata a muchos a la vez, es decir, su alegría, su consuelo, su paz, su descanso y su alma.
Ningún hombre es más internamente miserable como el murmurador; ningún hombre tiene tales quejas y angustias internas como él, tal amargura y pesadez interna como él, tales disputas y combustiones internas como él. Cada murmurador es su propio atormentador. La murmuración es un fuego interior que lo quemará todo, es un terremoto interior que lo derrumbará todo, es una enfermedad interior que lo infectará todo, es un veneno interior que lo consumirá todo.
Nota del editor
Enseñanzas bíblicas sobre la murmuración
1. La murmuración es un pecado: La Biblia enseña que la murmuración es un pecado que puede llevar a la destrucción y la separación de Dios (1 Corintios 10:10).
2. La murmuración puede dañar a otros: La murmuración puede dañar a otros y crear un ambiente negativo y tóxico (Judas 1:16).
3. La murmuración puede ser un indicio de una actitud incorrecta: La murmuración puede ser un indicio de una actitud incorrecta y de una falta de confianza en Dios (Números 14:2).
4. La murmuración puede ser superada: La murmuración puede ser superada mediante la oración, la reflexión y la acción positiva (Filipenses 2:14).