"Y hará que muchos de los hijos de Israel se conviertan al Señor Dios de ellos. E irá delante de él con el espíritu y el poder de Elías, para hacer volver los corazones de los padres a los hijos, y de los rebeldes a la prudencia de los justos, para preparar al Señor un pueblo bien dispuesto, (Lucas 1:16-17)."
Lo que Juan el Bautista hizo por Israel, el advenimiento puede hacer por nosotros. No deje que la navidad le encuentre desprevenido. Quiero decir no preparado espiritualmente. ¡Su gozo e impacto será mucho mayor si usted está listo!
Para que esté listo...
Primero, medite en el hecho de que necesitamos un Salvador. La navidad es una acusación antes de ser un deleite. No tendrá el efecto esperado hasta que sintamos una necesidad profunda y desesperada por un Salvador. Deje que estas meditaciones de advenimiento le ayuden a despertar un sabor amargo y dulce de su necesidad por un Salvador.
Segundo, realice una auto-confrontación seria. El advenimiento es para la navidad lo que la cuaresma es para la pascua. Examiname, oh Dios, y conoce mi corazón; Pruébame y conoce mis pensamientos; Y ve si hay en mi camino de perversidad, Y guíame en el camino eterno (Salmo 139:23-24). Que cada corazón le prepare un lugar al ser limpio del pecado.
Tercero, edifique una anticipación, expectativa y emoción en su casa que sean centradas en Dios. Especialmente para los niños. Si usted está emocionado con Jesucristo, ellos también lo estarán. Si usted solo puede hacer que la navidad sea emociante con cosas materiales, ¿Cómo desarrollarán los niños una sed de Dios? Esfuerce su imaginación para que haga la venida del Rey del universo visible para sus hijos.
Cuarto, ¡dedique tiempo en las Escrituras, y memorice los pasajes de suma importancia! ¿No es mi palabra como fuego, dice Jehová? (Jeremías 23:29). Reúnanse alrededor de ese fuego durante la temporada de advenimiento. Es caliente. Brilla con colores de gracia. Trae sanidad para miles de heridas. Es luz para sus noches oscuras.