La autoridad divina de las Escrituras | Jeff Pollard

La autoridad divina de las Escrituras

La revelación especial es esencial para la existencia del cristianismo.

Cristo edifica sus iglesias sobre la autoridad absoluta de la verdad de Dios. Lo oímos de los labios de nuestro Salvador. Poco antes de su crucifixión, Jesús oró a su Padre celestial en nombre de sus discípulos: "Santificalos en tu verdad: tu palabra es verdad" (Jn. 17:17). Así pues, toda iglesia verdadera es, necesariamente, "columna y baluarte de la verdad" (1 Ti 3:15). Y aunque la Palabra de Dios revela grandes misterios espirituales, leyes sagradas, profecías cumplidas y por cumplir, hermosa poesía, cartas instructivas, enseñanza doctrinal, visiones apocalípticas y mucho más, su mayor revelación es la salvación de los pecadores por la fe sola en el Dios-hombre Jesucristo, crucificado y resucitado. Esa revelación nos llama a creer en Cristo para el perdón de los pecados y el don de la vida eterna. Pero, querido lector, rechazar el llamado autoritativo de la Biblia es condenar el alma para la eternidad. ¡Cree, oh, cree en la revelación de Cristo Jesús por el bien de tu alma!

El Espíritu Santo da testimonio de la autoridad de las Escrituras.

Queda una pregunta: En un mundo que desprecia la autoridad, en general, y al Dios de las Escrituras, en particular, ¿cómo pueden los creyentes estar seguros de la autoridad de las Escrituras? La Confesión de Fe Bautista de Londres de 1689 responde:

"La autoridad de las Sagradas Escrituras, por la que debe ser creída, no depende del testimonio de ningún hombre o iglesia, sino enteramente de Dios (quien es la verdad misma), el Autor de ella... Nuestra plena convicción y certeza de su verdad infalible y su autoridad divina, provienen de la obra interna del Espíritu Santo, Quien da testimonio en nuestros corazones por medio de la Palabra y con ella".

John Owen estuvo de acuerdo: "El Espíritu de Dios evidencia el origen divino y la autoridad de la Escritura por el poder y la autoridad que Él pone en ella y por ella, sobre las mentes y las conciencias de los hombres, con su operación de efectos divinos sobre ellas. Esto afirma el Apóstol, expresamente, que es la razón y causa de la fe".

Finalmente, las Escrituras hablan, autoritativamente, a toda la sociedad. "Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia" (2 Ti. 3:16). Así, la Confesión de 1689, declara majestuosamente: "Las Sagradas Escrituras constituyen la única regla suficiente, segura e infalible de todo conocimiento, fe y obediencia salvadores". A medida que nuestra cultura trastornada y desordenada desciende a las profundidades de la rebelión demoníaca, la anarquía y la perversión, ¡necesita la regla infalible del conocimiento salvifico en Cristo! Y con fe y obediencia a Cristo, que su pueblo en todas partes, ordene sus familias, las iglesias y los gobiernos, de acuerdo con la norma inmutable de Dios: La autoridad divina de las Escrituras.

Fragmento extraído del Folleto: Portavoz de la Gracia - Autoridad- [Número 46] - Comentario de Jeff Pollard

Publicar un comentario

Gracias por comunicarte con nosotros.

Artículo Anterior Artículo Siguiente