Biografía de Thomas Watson


Thomas Watson (1620–1686)

Estudió con ahínco en el Emmanuel College de la Universidad de Cambridge, llamada la “Escuela de los Santos”, porque allí recibió su educación universitaria un número elevado de los llamados Puritanos, o teólogos evangélicos reformados del siglo XVII.

Comenzó un pastorado a los 16 años de edad en St. Stephen's, Walbrook. Donde su ministerio atraía muchos congregantes, debido a la calidad espiritual y práctica de sus predicaciones. Watson mostró fuertes puntos de vista presbiterianos durante la guerra civil.

A diferencia de la mayoría de los puritanos, Watson protestó contra la ejecución del rey Carlos I de Inglaterra. Es más, ayudó a volver a traer a Carlos II, para que fuera restaurada la monarquía. Sin embargo, tan sólo dos años después, en 1661, Watson fue obligado a dejar la iglesia de la que era pastor, como lo fueron otros dos mil ministros del Evangelio, entre los que se encontraba Thomas Goodwin (v.), por no poder, en buena conciencia, firmar el Acta de Uniformidad.

Desde entonces predicó donde buenamente pudo, hasta que, diez años después, en 1672, gracias al Acta de Indulgencia, fue invitado por un “no conformista” de alto rango en la sociedad inglesa, Sir Jonn Langham, a ser el predicador y pastor de éste y su casa en Crosby House de Londres. Aquí predicó durante años y tuvo la ayuda del otro gran puritano Stephen Charnock (1628-80). Ambos ofrecieron un completo sistema teológico basados en los atributos soberanos de Dios.

Sabemos que murió repentinamente en el condado de Essex, probablemente en 1689 o 1690.

Su principal obra escrita es su Body of Divinity (Compendio de teología), que consiste en 176 sermones, en los que hace una excelente exposición del Catecismo de Westminster; a la que C. Spurgeon (v.), consideraba una de las perlas más preciosas de los Puritanos: “Hay en él una feliz unión de doctrina sana, experiencia de profunda piedad y sabiduría práctica.”

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"Como ser humano. “Eres el más hermoso de los hijos de los hombres…” (Sal 45:2). El hebreo enfatiza en la forma, lo cual denota excelencia en la belleza: pues aunque se dijo que no había hermosura en Él (Is 53:2), se decía en cuanto a sus aflicciones, que tanto le desfiguraban, y por así decirlo, dibujo un velo sobre su gloria. Sin embargo, y sin duda alguna, la persona de Cristo fue incomparablemente hermosa, como observan Jerónimo y Crisóstomo; y si su cuerpo sobre la tierra fue tan hermoso, ¡cuán hermoso será ahora en los cielos! El apóstol lo llama “uncuerpoglorioso” (Fil 3:21). Si Cristo puede hacer a un lirio del campo más hermoso que Salomón en todo su esplendor ¿Cuán precioso es Él en sí mismo? ¿Cuán blanco es el lirio que crece en el paraíso?" —Thomas Watson 


Fuentes Bibliográficas:

https://www.clie.es/autor/watson-thomas

https://hmn.wiki/es/Thomas_Watson_(Puritan)

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