¿Todos los cristianos son hipócritas? | Josué Barrios

¿Todos los cristianos son hipócritas? | Josué Barrios

Yo era de esos que rechazaban a la iglesia porque decía que «todos los cristianos son hipócritas». Muchas de las personas más deshonestas que he conocido dicen seguir a Jesús. Esto es lamentable: los falsos cristianos hacen más daño a la expansión del evangelio que los ateos.

Pero por la gracia de Dios, llegué a creer en el evangelio. Hoy amo a la iglesia y no me avergüenzo de ser cristiano. Es por eso que te invito a considerar las siguientes cuatro verdades si rechazas el cristianismo porque crees que todos los cristianos son hipócritas, o no sabes cómo responder a esta acusación,

1) No todo el que dice ser cristiano lo es 

Jesús es explícito al respecto cuando afirma: Muchos me dirán en aquel día: «Señor, Señor, ¿no profetizamos en Tu nombre, y en Tu nombre echamos fuera demonios, y en Tu nombre hicimos muchos milagros?». Entonces les declararé: «Jamás los conocí APÁRTENSE DE MÍ, LOS QUE PRACTICAN LA INIQUIDAD» (Με 7:22).

En la Biblia hay llamados a que nos examinemos ante ella para saber si en verdad hemos creído el evangelio (2 Co 13:5). Dios reprende a quienes profesan la fe pero no son genuinos (Ap 3:16).

Habrá trigo creciendo al lado de la cizaña hasta que Jesús vuelva. La iglesia visible es un cuerpo mixto formado de creyentes genuinos y creyentes falsos. Pero gracias a Dios existe una iglesia verdadera en todo el mundo, formada por todos los cristianos genuinos en donde sea que estén.

Más aún, en la Biblia hay instrucciones a apartarnos de los falsos creyentes, muchos de los cuales traen vergüenza a las congregaciones (1 Co 5; Mt 7:16; 2 Jn 9-10). Debo confesar que pienso que es evidente que muchas congregaciones en el mundo han sido algo negligentes en esto último y oro a Dios pidiendo que tenga misericordia.

2) Todos en la iglesia somos pecadores

En la iglesia visible hay legalistas, como el hermano mayor de la parábola del hijo pródigo, que se visten de falsa piedad y amor a Dios, pero todo cristiano es como el hermano menor de esa parábola (Lc 15:11-32). Un cristiano es un pecador que reconoce su necesidad profunda del Dios verdadero.

Por tanto, no debe sorprenderte que en la iglesia de Cristo haya personas con serios problemas en sus corazones (algunos más visibles que otros). Como alguien decía, «la iglesia no es un museo de los santos, sino un hospital para pecadores». Jesús vino a llamar a pecadores, no a personas justas (Mr 2:17).

El hecho de que los cristianos sean pecadores salvos por gracia, en quienes Dios está obrando para santificarlos, no significa que sean hipócritas al no mostrar vidas perfectas (solo Jesús vivió sin pecar; 2 Co 5:21). La verdad es que Dios no ha terminado de construir Su iglesia (Fil 1:6).

C. S. Lewis tiene razón cuando dice que «un cristiano no es un hombre que nunca hace mal, sino un hombre que está capacitado para arrepentirse».

3) La iglesia real no sigue a un falso Jesús

Gandhi en una ocasión dijo: «Me gusta Cristo pero no me gustan tus cristianos. Tus cristianos son muy diferentes a tu Cristo». Entiendo el punto, pero si pudiera conversar con Gandhi, le preguntaría: «¿Podrías ser más específico al Respecto?».

En la vida cristiana debe haber frutos (Ga 5:22-23). Amor a Dios y al prójimo (1 Jn 4:8). Pero esto muchas veces no es como el mundo espera que luzca. El verdadero Jesús no es un hippie cósmico que cree que todo está bien con nosotros, como la mayoría de la gente parece pensar y muchos falsos cristianos predican. Jesús confronta nuestras vidas. Si el Cristo que predicamos es amado por todos, podemos estar seguros de que no predicamos al verdadero (Jn 7:7).

Los cristianos seguimos a Cristo. Eso significa que debemos ser humildes, pacientes, cordiales y generosos, pero también que debemos ser firmes al proclamar la exclusividad del evangelio y señalar la realidad del pecado, llamando a las personas al arrepentimiento. Esto resultará ofensivo e intolerante para muchas personas, pero Jesús nos demuestra una y otra vez que es parte del verdadero amor al prójimo.

Dios enseña en Su Palabra que muchos falsos cristianos serán rechazados por ser hipócritas, pero todos los verdaderos cristianos serán rechazados por ser de Cristo (Jn 15:19; 2 Ti 3:12). Además, Jesús llegó a decir que alguien que no ama a Su iglesia no lo ama a Él (cp. Lc 10:16).

Es cierto que muchas personas en la iglesia visible son legalistas desagradables que confrontan al mundo no por amor, sino para parecer superiores, pero los verdaderos cristianos sí confrontan por amor. El mundo necesita la Palabra de Dios.

4) En Cristo hay gracia para hipócritas

Dios en Su misericordia me ha guiado a conocer Su verdad, pero fui un falso creyente antes de ser uno verdadero lo cual he dicho antes, y conozco a muchas personas que han pasado por lo mismo. Esto me lleva a no condenar por completo a los hipócritas en la iglesia visible. En Cristo hay gracia y esperanza para falsos cristianos.

Pero más allá de todo lo que he mencionado, Cristo enseñó que en última instancia nadie en realidad lo rechaza a Él por el mal testimonio que dan los falsos cristianos o las fallas de los verdaderos cristianos. El mundo rechaza a Jesús simplemente porque el mundo odia a Dios y ama lo malo (Jn 3:18-21).

Esto suena bastante radical, pero la Biblia enseña que el corazón del hombre natural está corrompido por el pecado. Todos sabemos que hemos pecado y por eso, separados de la gracia de Dios, ninguno de nosotros se acerca al Dios verdadero porque no quiere que su pecado sea expuesto (Ro 1:18-20, 2:12-15, 3:10-18).

Somos peores de lo que creemos pero también somos más amados. Lo sé porque Cristo vino a salvar a pecadores del castigo que merecen. Él vino a redimir personas. Esa es una noticia asombrosa y cada uno de nosotros es responsable de cómo responde ante ella.

Sería absurdo decir que vamos a despreciar la salvación que hay en Cristo solo porque existen «cristianos hipócritas», al menos que usemos la falsedad de algunos «cristianos» como excusa para no humillarnos ante Dios, no arrepentirnos de nuestra maldad y no creer en Jesús. Tal excusa también nos hace hipócritas, lo cual en realidad es absurdo porque necesitamos salvación. Rechazar a Jesús no tiene sentido de ninguna manera.

Mi corazón se conmueve ante la misericordia de Dios. Doy gracias a Él porque en Cristo hay gracia para hipócritas. Tú también deberías agradecer por eso. «Los que están sanos no tienen necesidad de médico, sino los que están enfermos; no he venido a llamar a justos, sino a pecadores» (Mr 2:17).

Fragmento extraído del libro Enfocado en Cristo: 10 reflexiones sobre la centralidad del evangelio, por Josué Barrios.

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