Que Dios reina supremo en el Cielo, se admite generalmente; pero que reina supremo sobre esta tierra, se niega casi universalmente, si no directamente, sí indirectamente. Cada vez más hombres relegan a Dios a un segundo plano en sus filosofías y teorías.
Tomemos el ámbito material. No solo se niega que Dios lo haya creado todo mediante una acción personal y directa, sino que pocos creen que se preocupe de regular las obras de sus propias manos. Se supone que todo está ordenado según las impersonales y abstractas «leyes de la Naturaleza». Así, el Creador es desterrado de Su propia creación. Por lo tanto, no debemos sorprendernos de que los hombres, en sus concepciones degradantes, lo excluyan del ámbito de los asuntos humanos.
En toda la Cristiandad, con una excepción casi insignificante, se sostiene la teoría de que el hombre es «un agente libre», y, por lo tanto, el hombre es el dueño de sus fortunas y el determinador de su destino.
¿Quién regula los asuntos en esta tierra hoy: Dios o el Diablo?
¿Qué dicen las Escrituras? Si creemos en sus declaraciones claras y positivas, no queda lugar para la incertidumbre. Afirman, una y otra vez… que Dios está en el trono de Su universo; que el cetro está en Sus manos; que Él dirige todas las cosas «según el designio de su voluntad». Efesios 1:11
Las Escrituras afirman, no solo que Dios creó todas las cosas, sino también, que Dios está gobernando y reinando sobre todas las obras de Sus manos. Afirman que Dios es el Todopoderoso, que Su voluntad es irreversible, que Él es soberano absoluto en cada reino de todos sus vastos dominios..Y seguramente debe ser así. Solo hay dos alternativas posibles: Dios debe gobernar o ser gobernado; Dios debe dominar o ser dominado; Dios debe cumplir Su propia voluntad o ser frustrado por Sus criaturas.
Aceptando el hecho de que Él es el «Dios Altísimo», el único Potentado y Rey de reyes, investido de sabiduría perfecta y poder ilimitable, la conclusión es irresistible: Él debe ser Dios de hecho, así como de nombre.
En vista de lo que hemos mencionado brevemente arriba, decimos que las condiciones actuales exigen a gritos un nuevo examen y una nueva presentación de la omnipotencia de Dios, la suficiencia de Dios y la soberanía de Dios. Desde todos los púlpitos del país es necesario que truene: ¡Dios todavía reina! Lo que se necesita ahora, como nunca antes, es una exposición completa, positiva y constructiva de la divinidad de Dios. Las enfermedades drásticas exigen remedios drásticos. No conocemos nada que esté más calculado para infundir vigor espiritual en nuestras almas, que una comprensión bíblica del carácter pleno de Dios.
«Nuestro Dios está en los cielos. Él hace todo lo que le place». Salmo 115:3
«El Señor hace lo que le place en todos los cielos y en la tierra, en los mares y en sus profundidades». Salmo 135:6
«Todos los pueblos de la tierra son considerados como nada. Él hace lo que quiere con las potestades del cielo y con los pueblos de la tierra. Nadie puede detener Su mano ni decirle: ¿Qué has hecho?» Daniel 4:35
«¡Aleluya! Porque nuestro Señor Dios Todopoderoso reina». Apocalipsis 19:6
* A.W. Pink (1886 - 1952), fue un teólogo, evangelista, predicador, misionero, escritor y erudito bíblico inglés, conocido por su firme postura calvinista y su gusto por las enseñanzas de las doctrinas puritanas.