Nuestras aflicciones son temporales | Thomas Watson

Nuestras aflicciones son temporales | Thomas Watson

“He aprendido a contentarme, cualquiera que sea mi situación. Sé vivir humildemente, y sé tener abundancia; en todo y por todo estoy enseñado, así para estar saciado como para tener hambre, así para tener abundancia como para padecer necesidad”, (Filipenses 4:11-12).

Cualquier prueba o aflicción con el que se enfrente un hijo de Dios, es todo el infierno que tendrá. Cualquier cosa que pueda eclipsar su nombre o su patrimonio, no es sino una pequeña nube que pronto se irá, y entonces su infierno habrá pasado.

Con la muerte para el impío comienza su infierno, pero pone fin al infierno de un hombre piadoso. Mediten, ¿qué es mi aflicción? No es más que un infierno pasajero: de hecho, si todo nuestro infierno está aquí, no es más que un infierno fácil. ¡Qué es la copa de la aflicción comparada a la copa de la condenación! Lázaro no podía conseguir una migaja; estaba tan enfermo que hasta los perros se apiadaron de él, y como si hubiesen sido sus médicos, lamieron sus llagas; pero esto era un infierno fácil, los ángeles rápidamente lo sacaron de este estado.

Si todo nuestro infierno se encuentra en esta vida y, sin embargo, en medio de este infierno poseemos el amor de Dios, entonces ya no es más un infierno sino un paraíso. Si nuestro infierno está aquí, y podemos ver el final de este; no es más que superficial, no puede tocar el alma, es un efímero infierno; después de una noche sombría de aflicción, viene la brillante mañana de la gloria; dado que nuestras vidas son cortas, nuestras aflicciones no pueden ser largas; así como nuestras riquezas toman alas y vuelan, así mismo nuestros sufrimientos; entonces aprendamos a contentarnos cualquiera que sea nuestra situación.

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