"Echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros", (1 Pedro 5:7).
Nunca te avergüences de acudir a Dios para contarle todos tus problemas. De todos modos, ya los conoce.
Por alguna razón ciertos cristianos no creen que es así y eso causa gran desaliento en la vida cristiana. Cargamos con pesos que en realidad no necesitamos acarrear. Dudamos en acudir a Dios y en cuanto a ser francos con Él, como si Dios ya no supiera todo de igual forma. Andamos con la idea de que nadie sabe lo que estamos pasando y que tenemos que pasarlo a solas.
Alguien lo sabe, y muy bien, es el que sufre con nosotros, el que siente nuestro dolor y que recuerda aun sus lágrimas, angustias y dolores. Hoy está a la diestra del Padre todopoderoso, sentado y coronado en gloria, esperando aquel día de la gran coronación que está por venir.
Él no se ha olvidado del sufrimiento humano. Sigue teniendo en sus manos [las marcas de] los clavos de la cruz. No se ha olvidado de las lágrimas, las angustias, los clamores; además, sabe todo acerca de ti.
Cuando acudes a Él, estás ante alguien que te conoce a la perfección; Él sabe de tus cargas y de tus problemas. Pero más que todo eso, ha prometido ante el Padre celestial cargar esos pesos por ti.
Nadie sabe los problemas que he visto,
Nadie lo sabe, solo Jesús.
Nadie sabe los problemas que he visto.
Gloria, Aleluya.
A veces me levanto, a veces decaigo.
Oh, sí, Señor.
A veces estoy casi en el fondo.
Oh, sí, Señor.
CANCIÓN TRADICIONAL ESPIRITUAL AFROESTADOUNIDENSE
"Oh, Señor, en ocasiones siento que a nadie le importa mi soledad. Pero con solo mirar tu bendito rostro, todas mis penas se van. Te doy gracias por guardarme y llevar mis cargas. Amén".