Algunas personas, en los días de Pablo, estaban preocupadas por la idea de la libertad cristiana y no es difícil entender el porqué.
Si es verdad que somos perdonados gratuitamente por la gracia de Dios mediante la muerte de Cristo, y que nuestra entrada al cielo está asegurada y que no depende de nuestras obras, entonces, ¿qué otra motivación hay para vivir una vida cristiana verdadera? Imagina que vas a clase de cálculo y el primer día el profesor te dice: «Tengo una buena noticia para ustedes: el resultado de su examen final ya está asegurado y cada uno de ustedes aprobará esta clase con éxito. Todos obtendrán una calificación sobresaliente y esto no dependerá en absoluto de su calificación»." Ahora, ¿cuánto esfuerzo crees que los estudiantes pondrán en esta clase? Absolutamente ninguno. ¿Por qué? Porque no hay ningún incentivo.
Este fue el gran problema para los falsos maestros en Galacia, pues enseñar que los pecados son perdonados y que el cielo es seguro no era visto como un incentivo. La gente pondría el mismo esfuerzo en Analogía tomada de la enseñanza de Dick Lucas sobre el libro de Gálatas. Su vida cristiana como lo haría un estudiante que ya sabe la calificación final de su clase de cálculo.
Así que los falsos maestros dijeron: «Sólo hay una solución: ¡la ley!». Y este fue su mensaje: «Cristo perdona todos tus pecados pasados contra la ley pero ahora debes ir y cumplir la ley. A ¡empecemos con la circuncisión!». Ellos estaban convencidos de que sólo habían dos alternativas: cumplir la ley o complacer a la carne.
El mensaje de Pablo es muy diferente: «Eres libre. No pierdas tu libertad volviendo a la ley o complaciendo a la carne». ¿Qué debes hacer entonces? Vivir por el Espíritu (Gálatas 5:25).¿Cuál es tu respuesta a la libertad cristiana? ¿Eres más escéptico que los falsos maestros? ¿Estás motivado para vivir una vida piadosa o deseas algo más?