10 cosas que los cristianos olvidan cuando salen de la iglesia el domingo por la mañana | Lindsey Van Sparrentak

10 cosas que los cristianos olvidan cuando salen de la iglesia el domingo por la mañana | Lindsey Van Sparrentak

El cristianismo se ha topado con un problema. Nos hemos acostumbrado a poner nuestras vidas espirituales en una caja con la etiqueta «Sólo los domingos por la mañana», que volvemos a poner en la estantería en cuanto llegamos a casa de la iglesia. Pero no debemos compartimentar nuestras vidas en dos categorías diferentes, «Jesús» y «Todo lo demás en la vida». En cambio, nuestra relación con Jesús debe ser la unidad de almacenamiento que mantiene todo lo demás en su lugar.

Pablo nos recuerda esto en Colosenses 1:9-10 cuando dice: «Por lo cual también nosotros, desde el día que lo oímos, no cesamos de orar por vosotros, y de pedir que seáis llenos del conocimiento de su voluntad en toda sabiduría e inteligencia espiritual, para que andéis como es digno del Señor, agradándole en todo, llevando fruto en toda buena obra, y creciendo en el conocimiento de Dios;». Fíjate cómo la oración de Pablo no es vivir solo domingos que sean dignos del Señor. ¡Eso sería demasiado fácil! En cambio, necesitamos vivir los siete días con la paciencia, el amor y la alegría que vivimos los domingos.

Así que sin más preámbulos, aquí está mi lista de las 10 cosas que los cristianos olvidamos cuando salimos de la iglesia.

1. Paciencia

Sales por la puerta de la iglesia. El sol brilla, los pájaros cantan y sabes que va a ser un día precioso. Hasta que la nube de miseria llamada «tráfico en el aparcamiento de la iglesia» se posa sobre ti.

¡¿Qué está haciendo ese honda azul?! ¡¿Por qué la mujer del escape negro está ahí sentada?! ¡¿De verdad ese camión está dejando pasar otro auto delante de él?! ¡Tienes que estar bromeando!

A nadie le gusta estar sentado en el tráfico. Créeme, lo entiendo. Pero no hay razón para dejar que un tráfico congestionado te robe la paz del Espíritu que fue abundantemente derramada por el Señor sobre ti en la iglesia. Respira profundamente, agradece a Dios que tu iglesia tenga una congregación próspera y recita algunas Escrituras.

2. Oración

En mi humilde opinión, una de las mejores partes del domingo por la mañana es la oración. Orar en comunión con mi pastor y mis hermanos es algo que llena mi corazón hasta desbordarlo. Pero a menudo, nuestra vida de oración termina cuando salimos de la iglesia. Cuando se nos recuerda «orar sin cesar» en 1 Tesalonicenses 5:17, nos abruma la idea de pasar 24 horas al día de rodillas ante el Señor.

Pero la oración no es más que comunicación con Dios, y podemos hablarle de cualquier cosa y de todo. Dios es el Creador de nuestras vidas y quiere formar parte de ellas. Y siendo un Dios que se preocupa por los detalles, nada es demasiado pequeño para compartirlo con Él.

3. Alegría

¡Llegas al trabajo y ves una pila de carpetas de proyectos en tu escritorio, cada una marcada con «URGENTE!!!!!» y 72 correos electrónicos sin leer que de alguna manera llegaron entre las cinco de la noche de ayer y las ocho de la mañana de hoy. ¿Es que aquí nadie duerme?

Acudes a tu primera reunión, tu departamento no alcanza los objetivos de ventas y la presión sigue aumentando. Para cuando llega la hora de comer, ya no te queda ni un gramo de alegría.

Con el estrés del trabajo (o las facturas o las relaciones fracasadas o la enfermedad o cualquier otra cosa), es tan fácil olvidar que nuestra alegría viene del Señor. Nada puede quitarte ni una pizca de tu alegría cuando la pones firmemente en Él.

4. Servicio

Lo sé, lo sé. La vida es muy ajetreada. Entre equilibrar el trabajo, la vida familiar, mantenernos sanos y perseguir otros objetivos, a menudo no nos queda tiempo para nada. Nos enfrascamos tanto en todas las tareas del día a día que olvidamos que uno de los mejores regalos que podemos hacer a los demás es nuestro tiempo.

He aquí un reto: intenta servir al menos una hora a la semana. Puede ser en la iglesia, en la biblioteca o tal vez en una escuela local. Es una buena manera de vivir tu vida como cristiano y de conocer gente nueva en la comunidad. Además, al servir voluntariamente a los demás, nuestro corazón se acerca más al de Dios y estamos en comunión con él. ¡Me parece un gran uso de una hora a la semana!

5. Amor

La mayoría de nosotros tenemos al menos una persona en nuestra vida a la que es difícil amar. Tal vez es una persona que constantemente está empeorando tu día, haciendo que maldigas en voz baja cada vez que la ves venir. Tal vez sea la vecina del piso de arriba que juras que debe tener un elefante nocturno como mascota o el compañero de trabajo que siempre se toma la última taza de café sin preparar más.

¿Con qué rapidez olvidamos que debemos amar a las personas más difíciles de amar? Jesús nos dice en el Sermón del Monte: «Pero yo digo: ¡amad a vuestros enemigos!». (Mateo 5:44)

Así que, aunque la becaria de la oficina se lleve el último donut y deje la caja en el mostrador todos los viernes, tenemos que demostrarle nuestro amor y, tal vez, llegar a los donuts antes que ella la próxima vez.

6. Evangelismo

Jesús fue muy claro cuando envió a los discípulos en Marcos 16:15. Les dijo: «Id por todo el mundo y predicad el Evangelio a toda criatura». Pero a veces nos olvidamos de hacer precisamente eso.

Hablar a los demás de tu fe puede dar miedo. Mucha gente tiene miedo al rechazo o simplemente a encontrarse en una situación incómoda.

¿Qué pasa si en tu charla diaria con el empleado del gimnasio hablas de Jesús y a partir de ese momento todo es incómodo? Nadie quiere eso.

7. Paz

La lavadora ha causado un lago en su cuarto de lavado, suena el teléfono y es la escuela de su hijo que le deja saber que está en detención por tercera vez esta semana, y su marido regresa temprano del trabajo, solo para hacerle saber que ha sido despedido.

La vida puede ser muy dura, y lo peor es que Dios no promete que vaya a ser fácil. De hecho, la Biblia nos dice con frecuencia que vamos a tener luchas y dificultades. Pero lo único que Dios promete es que su paz siempre estará disponible para nosotros.

8. Generosidad

Los hermanos de su estudio bíblico deciden salir a cenar juntos un viernes por la noche, así que los 12 se dirigen a un restaurante local. Ocupáis la mesa más grande del local, pedís cuatro aperitivos y 12 platos principales. Durante las tres horas que están allí se la pasan charlando sobre Romanos 8. Al final de la noche, pagan la cuenta de 200 pesos dejando 10 centavos de propina.

Además de ser un maleducado, has perdido una gran oportunidad de ejemplificar la generosidad de Dios con un camarero muy trabajador. Te ha oído hablar de Dios y ha despertado su interés, pero tu mezquindad le ha impedido visitar tu iglesia el domingo.

La situación podría haber sido completamente diferente si le hubieras dejado una propina generosa.

9. Descanso

¿Alguien más siente que la vida es solo ir, ir, ir, o enfrentarse a la consecuencia de quedarse atrás? En el acelerado mundo de hoy en día, es posible que sufras de MAPA (miedo a perderse algo).

¿Qué pasa si te saltas la noche en la ciudad con tus amigos y se convierte en la noche de la que todo el mundo habla durante años? O tal vez te preocupa que tus hijos no consigan ninguna beca si no están en todos los clubes o en todos los equipos deportivos itinerantes. O tal vez tienes tres trabajos para llegar a fin de mes.

Pero Dios fue intencional con su creación, y eso incluye la creación de un día de descanso. Dios sabe que no somos indestructibles. Necesitamos descansar, y siendo un Dios bueno, creó un tiempo para estar en comunión reposada con él una vez a la semana, ¡y tú no querrías perdértelo!

10. Gracia

A medida que la semana avanza y avanza, empezamos a sentirnos abrumados y rápidamente nos presionamos demasiado. Queremos ser perfectos. Esposos perfectos, padres perfectos, amigos y cristianos perfectos. Pero nos quedaremos cortos de la gloria de Dios.

Pero aquí están las buenas noticias: La gracia de Dios es mucho más abundante que nuestros errores. (Difícil de imaginar, ¿verdad?) Y si el Dios del Universo tiene gracia para nosotros, ¡también deberíamos tenerla para nosotros! Recuerda que Efesios 2:8-9 nos dice: «Porque por gracia sois salvos».

Una vez que vivimos una vida cubierta de gracia, nos encontraremos teniendo más gracia para otros. Y creo que a todos nos vendría bien un poco más de gracia en nuestras vidas.

Publicado originalmente www.crosswalk.com Traducido por www.teologiasana.com

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