Ningún atajo al calvario | John Piper

Ningún atajo al calvario | John Piper

"Y aconteció que estando ellos allí, se cumplieron los días de su alumbramiento. Y dio a luz a su hijo primogénito, y lo envolvió en pañales, y lo acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en el mesón." (Lucas 2:6-7)

Se pensaría que si Dios gobernara el mundo de tal manera que utilizara un censo de todo el imperio para traer a José y a María a Belén, por seguro pudiera haber reservado una habitación de hotel.

Sí, lo pudo haber hecho. Y Jesús pudiera haber nacido en una familia adinerada. Pudiera haber convertido las piedras en pan cuando estaba en el desierto. Pudiera haber llamado a los 10,000 ángeles para que vinieran a ayudarle en Getsemani. Pudiera haber bajado de la cruz para salvarse a sí mismo. La pregunta no es lo que Dios puede hacer, sino lo que quiere hacer.

La voluntad de Dios era que, a pesar de la riqueza de Jesús, él llegara a ser pobre para nuestro bien. Todos los avisos alrededor del pueblo que decían "No hay lugar" eran para nuestro bien: Porque ya conocéis la gracia de nuestro Señor Jesucristo, que por amor a vosotros se hizo pobre, siendo rico, para que vosotros con su pobreza fueseis enriquecidos. (2 Corintios 8:9).

Dios gobierna todas las cosas —incluso la capacidad de los hoteles— para el bien de sus hijos. El camino al calvario empieza con un aviso de "No hay lugar" en Belén y termina con las bofetadas y burlas de la cruz en Jerúsalen.

Y no debemos olvidarnos de que él dijo. Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame (Mateo 16:24).

Nos unimos a él en el camino al calvario y le oímos decir, Acordaos de la palabra que yo os he dicho: El siervo no es mayor que su señor. Si a mi me ban perseguido, también a vosotros os perseguirán; si han guardado mi palabra, también guardarán la vuestra (Juan 15:20).

Al que grita con entusiasmo, "Te seguiré adondequiera que vayas". (Mateo 8:19). Jesús responde, "Las zorras tienen guaridas, y las aves del cielo nidos; mas el Hijo del Hombre no tiene dónde recostar su cabeza". (Matco 8:20).

Sí, Dios pudo haber tenido una habitación lista para su nacimiento. Pero eso habría sido un atajo en el camino al calvario.

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