EL REGALO DEL PADRE AL HIJO

Al creyente le resulta fácil entender que Jesús ha sido el regalo de Dios para nosotros, pero ¿has considerado alguna vez que tú eres un regalo de Dios para Jesús?

Cuando Jesús estaba orando por Sus discípulos, Él le dijo al Padre: «Eran Tuyos y me los diste... Yo ruego por ellos; no ruego por el mundo, sino por los que me has dado» (Juan 17:6,9).

Durante una ceremonia de bodas, el pastor pregunta: «¿Quién entrega a esta mujer para que se case con este hombre?». El padre de la novia, o alguna persona que esté en su lugar, responde: «Yo». Después, el padre toma la mano de la novia y se la da al novio, y así la novia es «entregada a su esposo. De la misma manera, la iglesia, que es la novia de Cristo, es entregada por Dios Padre a Su Hijo Jesucristo.

Tómate un momento para pensar en todo lo que Jesús sufrió a lo largo de Su vida y también durante Su muerte en la cruz. Luego hazte la pregunta: «¿Qué recibió Jesús de todo esto?».

La respuesta es que ite recibió a ti! Tú eres el fruto del sufrimiento de Su alma, y la Escritura dice que cuando Cristo ve el fruto que produjo Su sufrimiento, Él está satisfecho (Isaías 53:11).

Resulta muy significativo que el regalo del Padre al Hijo no sea el mundo. De hecho, cuando Jesús fue tentado por tercera vez en el desierto, Satanás le mostró los reinos del mundo y le dijo: «Todo

esto te daré» (Mateo 4:9). A pesar de esto, Jesús le dio la espalda a la oferta de Satanás.

Jesús no quería ganar el mundo con Su sufrimiento, Él te ganó a ti. Esto significa que tú eres más valioso que todo el mundo.

Durante muchos años, George Beverly Shea sirvió junto a Billy Graham dirigiendo los cantos en sus cruzadas. Una de las canciones más populares que entonaba contenía estas palabras:

Prefiero a Jesús antes que la plata o el oro,

Prefiero ser Suyo antes que poseer riquezas incalculables, Prefiero tener a Jesús antes que casas o tierras,

Prefiero ser guiado por Su mano traspasada por los clavos,

antes que ser el rey de un vasto dominio, Y ser dominado por el pecado.

Prefiero tener a Jesús antes que cualquier cosa que este mundo ofrece hoy.

Muy seguramente, como creyente entonarias esta canción, pero ¿alguna vez has pensado que Jesús podría cantarla pensando en ti? Tú eres el regalo del Padre a Su Hijo Jesucristo, y para Él significas más que el mundo entero. Cuando lo entiendas, no volverás a pensar que eres ordinario o insignificante.

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