En Memphis, Tennessee, ha surgido polémica después de que TST anunciara su intención de crear un club para niños desde jardín de infantes hasta quinto grado en una escuela local.
June Everett, ministra del Ministerio Satánico y directora de campaña del After School Satan Club, ha enfatizado que las actividades del club son inofensivas y buscan enseñar a los niños sobre la naturaleza y la ciencia, retratando a Satanás como un símbolo de bondad y compartir.
«No estamos sacrificando niños ni matando cabritos», dijo Everett en un vídeo publicado en la red social X.
TST ha sido objeto de críticas por parte de los Clubes de Buenas Nuevas, que son de base cristiana y están presentes en numerosas escuelas en todo el país. TST ha establecido estos clubes como una respuesta directa a la presencia de los Clubes de Buenas Nuevas.
«Recuerdo a los medios que una buena parte de nuestra población es vegetariana o vegana y normalmente no harían daño ni a una mosca», añadió Everett.
Actualmente, TST cuenta con 10 clubes extraescolares en seis estados y ha iniciado estas iniciativas para contrarrestar los 3.000 Clubes de Buenas Nuevas de Child Evangelism Fellowship en Estados Unidos y 80.000 en todo el mundo.
«Continuó contándome que iba a arder en el infierno. Se lo quitarían a todos los que conocía y amaba, su mamá y su papá, Molly, su perro en ese momento, si no empezábamos a asistir a la iglesia y a aceptar Jesucristo en nuestros corazones», dijo.
«Sólo vamos a distritos escolares donde hay un club de Buenas Noticias u otro club religioso en funcionamiento», admitió.
El vicepresidente ejecutivo de CEF, Moisés Estevez, reconoce que el Evangelio puede resultar ofensivo para algunas personas, pero destaca su importancia.
«Tenemos que ser fieles al mensaje de Cristo», dijo Estévez.
Ambos tipos de clubes están protegidos por una decisión de la Corte Suprema de 2001 que permite a los clubes religiosos acceder a las instalaciones de las escuelas públicas fuera del horario escolar.
Recientemente, TST obtuvo la aprobación para abrir el primer Club Satán de escuela secundaria en un distrito escolar de Kansas, a pesar de la oposición que ha generado.
Estevez sugiere que las decisiones sobre la presencia de estos clubes deben ser tomadas por los padres y la comunidad, y destaca el apoyo de la comunidad y el financiamiento de las escuelas con impuestos como razones por las cuales es poco probable que los clubes sean expulsados de las escuelas.
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