Encontrando certeza en Jesucristo
«Cristo Jesús, el cual se hizo para nosotros sabiduría de Dios>>> (1 Corintios 1:30, énfasis añadido). La sabiduría es el último aspecto de tu nueva identidad en Cristo, como se menciona en ese versículo. Descubrir la sabiduria que proviene de Él te dará seguridad a la hora de tomar decisiones en un mundo complejo y confuso.
La sabiduría es la habilidad para ordenar las cosas. El Antiguo Testamento menciona a Bezalel, un hombre hábil en la fabricación de los utensilios para el tabernáculo. Bezalel contaba con la destreza para «unir cosas y crear toda clase de arte en madera, metal y piedras preciosas. La Palabra que Dios usó para describir la habilidad de este hombre fue «sabiduría» (Éxodo 31:3-5).
Para que un artesano pueda construir una pieza se requiere de una gran habilidad, pero es mayor la habilidad (o la sabiduría) que se requiere para construir una vida exitosa. Esta sabiduría la puedes encontrar en Jesucristo.
Hay una gran diferencia entre conocimiento y sabiduría. El propósito del conocimiento es reunir información, mientras que la sabiduría la ordena. Mi padre fue policía por muchos años y sirvió como detective en el Departamento de Investigaciones Criminales. Lo primero que un detective hace es reunir las evidencias: se toman huellas dactilares, se revelan las fotos, se registran las
declaraciones y se construye una amplia base de conocimiento. Sin embargo, la verdadera habilidad del detective está en ordenar las evidencias de tal manera que resuelvan el caso.
Basta con ver las series de detectives en televisión para darse cuenta de que la historia sigue la típica estructura, en donde aparecen varias piezas de información sobre un crimen, pero estas no encajan. Hasta que, de repente, se enciende una luz en la mente del detective y, gracias a su sabiduría, logra que las piezas encajen para resolver así el crimen.
La sabiduría siempre se basa en el conocimiento, mientras que el conocimiento no siempre conduce a la sabiduría. Puedes acumular una gran cantidad de conocimiento y, sin embargo, tener muy poca habilidad para establecer prioridades, tomar decisiones y discernir lo que es importante en la vida.