ENVIADOS AL MUNDO

Continuando con Su extraordinaria oración por Sus discípulos, Jesús dijo: «Y por ellos Yo me santífico, para que ellos también sean santificados en la verdad» (Juan 17:19).

Cuando Jesús afirmó: «Yo me santifico», por supuesto que no estaba hablando de un proceso progresivo de santificación. El es el Santo, así que nunca hubo un momento en Su vida en el que no cumpliera con la santidad perfecta y tampoco hubo un momento en el que se desviara del camino. Jesús cumplió con todo lo que el Padre le llamó a hacer a lo largo de toda Su vida.

Cuando Jesús habló de santificarse, Él estaba hablando de entregarse a Su llamado especial, que era morir en la cruz. Jesús se entregó a la impresionante, suprema y aterradora obra de cargar con los pecados del mundo.

Cuando Jesús se entregó a esta obra, oró para que nosotros, Sus discípulos, nos entregáramos también a esta obra: «Y por ellos Yo me santifico, para que ellos también sean santificados en la verdad. La obra de Cristo fue ir a la cruz, nuestra obra es ir al mundo.

Dios Padre cumplió Su obra en el mundo enviando a Jesús, y Cristo cumple Su obra en el mundo enviándonos ia ti y a mí! Jesús les repite: «Como el Padre me ha enviado, así también Yo los envíο» (Juan 20:21). Una vez que lo comprendas, nunca tendrás motivos para dudar de la importancia o el propósito de tu vida.

Cuando Cristo ve la necesidad que hay en una escuela secundaria, te envía a ti. Cuando Cristo ve el caos en la profesión en la que te desempeñas, te envía a ti. Cuando Cristo ve a una persona sin hogar que tiene frío y hambre, te envía a ti. No nos envía a todos a los mismos lugares, pero cada uno es enviado a algún lugar. Al igual que Jesús se entregó a Su obra, Él ruega para que nos entreguemos a la nuestra.

Jesús dijo a Sus discípulos: «Ustedes son la luz del mundo» (Mateo 5:14). Si estás en Cristo y asistes a la escuela, tú eres la luz de la escuela. Si estás en Cristo y tienes un negocio, tú eres la luz de ese negocio. Tú eres la luz en medio de tu familia, la luz de tus amigos, y si tu luz se apaga, todo quedará en una profunda oscuridad.

Por eso es tan importante que seas quien eres. Tú perteneces a la luz y no a las tinieblas. Vives en el mundo, pero no eres del mundo. Tú le perteneces a Cristo y serás glorificado en Él. Fuiste llamado del mundo por medio Cristo y Él te envía al mundo. Así que isé quien eres!

PREGUNTAS DE REFLEXIÓN

1. «Si estás en Cristo, ya eres santo y fuiste apartado por Dios para un propósito especial». ¿Cómo cambia esta verdad la forma en que te ves a ti mismo?

2. ¿Qué nos dice 1 Juan 3:1-2 sobre cómo nos ve Dios? ¿Cómo nos cambia el hecho de recordar quiénes somos a los ojos de Dios?

3. ¿Qué tan difícil es para ti «estar en el mundo, pero no ser parte de él? ¿Cómo te anima la victoria final de Cristo?

4. Lee Mateo 5:14-16. ¿Cómo te apartó Dios como una luz para Él? ¿En qué áreas de tu vida necesitas pedirle ayuda a Dios para fortalecerte en esta misión?

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