"Y el Dios de la esperanza los llene de todo gozo y paz en el creer, para que abunden en esperanza por el poder del Espíritu Santo" (Romanos 15:13).
Cuando escuchamos la frase «nada es imposible para Dios», casi siempre lo relacionamos con la capacidad que tiene el Señor para hacer obras extraordinarias. Viene a nuestra mente Su poder para hacer cosas imposibles: un milagro, una sanidad, una respuesta a una petición o cosas por el estilo. Los creyentes sabemos que Dios es poderoso para hacer todo lo que se propone. Su poder no tiene límites.
No obstante, Pablo habla del poder divino en este versículo como la fuerza que nos vigoriza desde adentro. El apóstol ve al poder de Dios como aquella capacidad que llena nuestros corazones de gozo y paz.
Estas palabras son una mezcla de deseo y oración. Lo que Pablo quiere y pide para estos creyentes es que sean visitados por el poder del Espíritu y experimenten de maneras nuevas, abundantes y más profundas, la paz y el gozo que necesitan.
Esto no solo es un modelo de oración, también es un testimonio de la reserva inagotable del poder del Espíritu Santo, quien nos invita a refugiarnos en Él cuando nos falta gozo y paz.
Cuando los creyentes estamos llenos de temor y tristeza por las situaciones que atravesamos, debemos recordar que el mismo poder que sanó enfermos, sostiene el mundo y levantó a Jesús de los muertos, está disponible para nosotros.
Los hijos de Dios podemos acercarnos a Él y orar para que Su Espíritu nos llene de gozo y paz en medio de la angustia, la congoja y el desaliento. Tenemos un poder eficaz e ilimitado a nuestra disposición. Podemos elevar nuestra oración diciendo:
"Oh Dios de esperanza, llénanos de todo gozo y paz mientras confiamos en Ti, para que abunde la esperanza. Oh Santo Espíritu, ven con Tu poder y echa el temor, la angustia y la tristeza fuera de nuestros corazones, y llénalo de Tu gozo y paz. En el nombre de Jesús. Amén."