No tenemos que esforzarnos por obtener el favor de Dios; solo necesitamos recibirlo y creer.
Lectura bíblica: Romanos 5.1-6
"Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo; por quien también tenemos entrada por la fe a esta gracia en la cual estamos firmes, y nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios. Y no solo esto, sino que también nos gloriamos en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce paciencia; y la paciencia, prueba; y la prueba, esperanza; y la esperanza no avergüenza; porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado. Porque Cristo, cuando aún éramos débiles, a su tiempo murió por los impíos."
La gracia de Dios es un concepto esencial que los creyentes debemos entender. Él ofrece con generosidad su favor a la humanidad porque el sacrificio del Señor Jesucristo en la cruz concedió perdón y salvación a todo aquel que crea. Sin embargo, muchas personas piensan que están disfrutando de la bondad de Dios cuando lo que en realidad están haciendo es tratar de ganarla. Y el Señor es muy claro al decir que las obras no pueden salvarnos (Ef 2.8, 9).
Servir a Dios con el fin de ganar su favor o asegurarse de que siga bendiciéndole menoscaba la hermosura de la gracia. ¡Usted no puede hacer nada para ganarse su bondad! Él la derrama gratuitamente sobre los creyentes. Así que, recíbala y disfrute de la libertad de saber que, aunque sus esfuerzos son bien recibidos y apreciados por Dios, la gracia es un regalo que Él le ha dado.
Este devocional fue tomado de la Meditación Diaria de Ministerios en Contacto.
Etiqueta:
Devocionales