Lección 1 | La iglesia es una | R. C. Sproul

Qué es la iglesia - R. C. Sproul

En el capítulo 17 del Evangelio de Juan, Jesús hace la oración más extensa que se haya registrado para nosotros en el Nuevo Testamento. Es una oración de intercesión en la que oró por sus discípulos y por todos los que creerían por medio del testimonio de los discípulos. La oración se denomina la Oración Sumosacerdotal de Jesús. Uno de los temas centrales de esta oración es la petición de Cristo al Padre de que su pueblo pudiera ser uno. Fue una oración por la unidad cristiana. No obstante, aquí estamos, en el siglo XXI, y la iglesia probablemente esté más fragmentada que en cualquier otro momento de su historia. Hemos visto una crisis con la pregunta "¿qué es la iglesia a fin de cuentas?".

Históricamente, a partir del antiguo concilio eclesiástico de Nicea, la iglesia ha sido definida con cuatro palabras clave. La iglesia es: 1) una, 2) santa, 3) católica, y 4) apostólica. A medida que estudiamos la naturaleza de la iglesia, quiero que veamos estas cuatro categorías descriptivas en tanto que definen la naturaleza de la iglesia. En primer lugar, la iglesia es una. ¿En serio? Si exploramos el paisaje del cristianismo actual, la última palabra que podríamos usar para describirlo sería uno o unificado.

¿Cómo debemos entender y responder a la oración de Cristo por la unidad de la iglesia, y a la antigua declaración de la iglesia de que ella es una? A través de la historia, ha habido distintas aproximaciones en este asunto. En el siglo XX, hubo lo que se ha denominado "el movimiento ecuménico". Este fue un intento, mediante el Concilio Mundial de Iglesias y otras organizaciones, de avanzar en dirección a una reformación de los grupos denominacionales escondidos para conformar un cuerpo eclesiástico centralizado.

El gran objetivo del movimiento ecuménico era restaurar la unidad de la iglesia visible. Uno de los resultados que vimos de este empuje hacia la unidad fue un creciente número de fusiones entre denominaciones que antes estaban divididas. Lamentablemente, lo que suele ocurrir cuando dos iglesias o denominaciones se funden es que algunas personas no están de acuerdo con la fusión, y abandonan la recién formada organización para crear una nueva organización que concuerde con sus valores. En consecuencia, en su esfuerzo por tener menos iglesias mediante la unificación, estos movimientos simplemente crean más iglesias.

Además de esto, ha surgido otro problema. Es el problema del pluralismo. El pluralismo es una filosofia que permite que una amplia diversidad de puntos de vista y doctrinas coexistan dentro de una sola corporación. Debido a que al interior de algunas iglesias han surgido muchas disputas doctrinales, dichas iglesias han tratado de mantener la paz y la unidad, y al mismo tiempo albergar posturas divergentes en su interior. Es un intento de albergar puntos de vista en conflicto.

A medida que la iglesia se vuelve más pluralista, aumenta el número de puntos de vista contradictorios que se toleran. Por su parte, la unidad organizacional y estructural se convierte en la preocupación central. Las personas se esfuerzan por mantener la iglesia visiblemente unida a toda costa. Sin embargo, siempre hay un precio que pagar, e históricamente el precio ha sido la pureza confesional de las iglesias.

Cuando comenzó el movimiento protestante en los siglos XVI y XVII, se crearon confesiones. Se trataba de declaraciones dogmáticas que exponían las doctrinas que adoptaban y confesaban estas iglesias en particular. En general, estos documentos confesionales condensan los principios centrales de lo que significa ser cristiano: cosas tales como una creencia en la Trinidad, en Cristo como una persona con dos naturalezas, y la resurrección corporal. Durante siglos, el protestantismo se definía por el cuerpo doctrinal que confesaba cada organización. Pero en nuestros días, parte del impacto del movimiento ecuménico ha sido la relativización de estas confesiones más antiguas. Además, en algunas iglesias se intenta expandir la base confesional en conformidad con el pluralismo a fin de alcanzar la unidad de la iglesia visible.

Si eres parte de una iglesia, ¿por qué perteneces a ella? Durante algún tiempo hasta ahora, he observado que las personas tienen una tendencia a rebotar de una denominación a otra. Tienden a ir donde les gusta el pastor, la predicación, la música, o un programa en particular. A menudo, la gente se siente cómoda yendo de denominación en denominación o de congregación en congregación. 

Lamentablemente, rara vez encontramos personas que pongan atención a lo que la iglesia cree. No obstante, cuando la iglesia fue llamada a la unidad en el Nuevo Testamento, debemos recordar que el apóstol Pablo habló de unidad en estos términos: un Señor, una fe, y un bautismo. Esta unidad no es algo meramente superficial en el sentido de ser una organización unificada o una metodología unificada, sino que, fundamentalmente, es una confesión unificada de fe en la persona y la obra de Cristo. Y en segundo lugar, se debe concordar sobre el contenido de esa confesión. 

Desafortunadamente, la unidad de la iglesia se ha quebrado precisamente allí donde se supone que debe haber unidad, a saber, en el evangelio apostólico.

Fragmento extraído del libro ¿Qué es la iglesia?, por R. C. Sproul

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