Redescubriendo la importancia de la adoración en familia | Josué Barrios

Estoy almorzando rápido porque me siento muy atareado como para comer con tranquilidad. ¡Tengo tantas cosas urgentes por atender hoy! Entonces me levanto de la mesa dejando a mi esposa y a mi hijo para ir rápido a mi oficina, cuando mi hijo de dos años me mira y dice: «Papá: escuchar, orar y cantar.

Me asombra cómo el hábito se forma en él y anhela «escuchar, orar y cantar». Así describimos nuestro tiempo diario de culto familiar justo luego del almuerzo leemos y escuchamos la Biblia (un par de versículos tomados de mi lectura privada más temprano), y comparto una reflexión corta sobre el texto, luego oramos en respuesta a lo que escuchamos y entonces cantamos alguna canción de las que entonamos el domingo pasado en la iglesia. Como mi hijo es pequeño, hacemos esto en menos de cinco minutos.

Pero hoy las cosas urgentes tienen para mi un peso más inmediato, además de que atenderlas brinda un fruto visible con más rapidez, Entonces se desencadena una batalla de pensamientos en mí, mientras debo decidir: ¿tendremos el tiempo devocional familiar ahora o lo dejaré para más tarde?

Días como este evidencian que necesito recordarme una y otra vez la importancia eterna del tiempo de adoración en familia. Ya sea que también lo practiques. en tu hogar o no, o que tengas apoyo de tu cónyuge o no, quiero alentarte (jy alentarme!) a priorizar esta disciplina familiar, porque es un llamado divino sobre nuestras vidas con un impacto mayor del que imaginamos.

Un llamado divino sobre tu vida

Desde el inicio de la historia de redención es claro que Dios desea y ordena que Su pueblo instruya la verdad a sus hijos en el hogar. Por ejemplo, Abraham fue escogido por Dios para que enseñara a su descendencia a guardar el camino de Jehová (Gn 18:19). Más adelante, Dios ordena algo similar a Israel por medio de Moisés:

Oye, Israel: Jehová nuestro Dios, Jehová uno es. Y amarás a Jehová tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas. Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón, y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes... (Dt 6:4-7).

Este texto tiene relevancia para los creyentes hoy. El. pasaje completo nos habla sobre el valor de enseñar a nuestros hijos de manera constante quién es Dios y lo que Él ha hecho por nosotros (Dt 6:20-25). Si esto era vital para el pueblo de Israel, ¿cuánto más deberíamos los creyentes hablar a nuestros hijos sobre Dios y Su obra redentora, conscientes de la salvación tan grande que tenemos en Cristo?

Mucho después, en el Nuevo Testamento, somos Ilamados a perseverar en la lectura de la Escritura: en la adoración corporativa en la iglesia y de manera individual (Col 3:16; 2 Ti 3:14-17). Esto tiene implicaciones para la vida matrimonial y la crianza. No hay forma de amar y servir a nuestro cónyuge como Dios quiere que lo hagamos (Ef 5:22- 33) y criar a nuestros hijos en disciplina y amonestación del Señor (6:4), si la Biblia no tiene un lugar central en el hogar y si no modelamos la adoración a Dios como respuesta correcta a Su Palabra.

Estos pasajes bíblicos y muchos otros nos apuntan a un llamado divino, dado por el Dios del universo y Señor sobre nuestras vidas, a poner la Biblia en el centro de la vida familiar. Ahora bien, esto implica ser disciplinados en esta tarea, pues ¿cómo lo haríamos de manera específica, constante y práctica, sin al menos apartar momentos. regulares para la lectura bíblica y la adoración en familia?

Un impacto mayor del que imaginas

Al mismo tiempo, es en el hogar que la piedad de nuestras familias es más fortalecida o socavada. Nuestro hogar es el primer lugar donde debemos buscar vivir a diario lo que escuchamos los domingos en la iglesia. Es el lugar principal donde nos recordamos la Palabra de Dios y nos alentamos a la fe como familia.

También es donde sembramos semillas de la Palabra en el corazón de nuestros hijos con la esperanza de que Dios produzca fruto en ellos y sean parte de una generación que glorifique a Dios y alumbre en la sociedad.

¿Has pensado en por qué Satanás atenta sin cesar contra la familia en nuestros días? Lo hace no solo porque es una institución creada por Dios y donde debemos. atesorar la Escritura, sino también porque es el mayor lugar de influencia verdadera que cada crevente tiene, tanto en su cónyuge como en su descendencia. Si estamos casados o con hijos, nuestro hogar es el lugar donde más somos influencers para la eternidad.

Así como la madre y la abuela de Timoteo tienen en la historia de la iglesia y del mundo un impacto mayor del que pudieron imaginar, debido a que enseñaron la Escritura a Timoteo (2 Ti 1:5, 3:14-15), reflexiona en lo que Dios puede obrar en el futuro cuando Su Palabra está en el centro de nuestros hogares hoy.

No es de extrañar que Matthew Henry, el gran puritano y comentarista de la Biblia, dijera que es en el hogar que la Reforma debe comenzar.

Escuchar, orar y cantar

Por la gracia de Dios, la mayoría de los dias en que estoy muy ocupado logro recordar que lo urgente (la tarea más inmediata en mi lista de cosas por hacer) no debe distraerme de lo más importante (como adorar a Dios junto a mi familia). Pero también confieso que a veces cedo ante la presión de lo urgente... una vez más.

La buena noticia es que si hemos fallado en ser intencionales con la adoración en familia, en Cristo tenemos el perdón que necesitamos y la gracia para perseverar con gozo. Por tanto, oremos que Dios nos conceda recordar a diario el valor de este llamado y su impacto. Que podamos entender que el camino más directo para cambiar el mundo empieza de manera tan sencilla como escuchar, orar y cantar.

Extraído del libro La Biblia en el centro: Cómo exaltar la Palabra de Dios en tu vida, familia e iglesia.

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Sobre el autor

Josue Barrios sirve como Director Editorial en Coalición por el Evangelio. Es licenciado en comunicación y cursa una maestría de estudios teológicos en el Southern Baptist Theological Seminary. Sirve en la Iglesia Biblica Bautista Crecer como líder de jóvenes.

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