ATAQUES A LA ORTODOXIA EN LOS SIGLOS XVIII Y XIX

H oy día se pone sistemáticamente en tela de juicio la fe del cristianismo. Hay una gran falta de respeto hacia todo lo que tiene que ver con la Biblia, con Dios y con su trato con el hombre. ¿Qué y quiénes influyeron en estas tendencias? ¿Por qué tiene el hombre contemporáneo tan poco respeto a la Biblia? ¿De dónde vienen estas ideas tan contrarias a las enseñanzas bíblicas?

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La guerra contra la ortodoxia se presentó en varios frentes. En primer lugar, el frente del humanismo; en segundo lugar, el pensamiento filosófico; en tercer lugar, el liberalismo teológico, y por último las teorías de la ciencia y el materialismo. Los ataques de afuera y dentro de la Iglesia contra la ortodoxia amenazaron la existencia misma de la fe histórica del cristianismo. Veamos ahora a los enemigos de la orto- doxia cuyos principios fueron absorbidos por el liberalismo.

3.1. EL HUMANISMO

Los pensadores heterodoxos (no ortodoxos) del siglo XVIII dan evidencias innegables de la influencia del espíritu del Renacimiento que inundó el mundo occidental. El Renacimiento produjo la renovación literaria, artística y científica en Europa en los siglos XV y XVI. En su sentido más general, el humanismo se refiere al interés en los asuntos de este mundo y en particular a la importancia del hombre en la construcción de su propio destino.

Los grandes humanistas de la época del Renacimiento mostraron una fe optimista en la capacidad del hombre para resolver sus problemas y alcanzar alturas cada vez mayores Centraban su atención en las culturas antiguas de Grecia y Roma. Empezaban a ver las ideas y los escritos con

ojos mucho más críticos. Para ellos, el hombre tenía que buscar su propia

salvación; poca necesidad tenía de una revelación de Dios. Así comenzaron a depender de la razón humana más que antes. De esta forma prepararon el camino para el racionalismon

3.2. EL RACIONALISMO

Después de doscientos años de esta nueva manera de contemplar al mundo y la vida, no nos sorprende el surgimiento de la filosofía del racionalismo, la cual rechaza la revelación y pretende explicarlo todo mediante la razón. Así fue cómo se bautizó al siglo XVIII con el nombre de "Siglo de las luces". En el principio, los racionalistas no se declaraban antirreligiosos, pero no podían aceptar muchas doctrinas de la ortodoxia. Enseñaban que todo debía someterse al juicio de la mente. Abogaban por el establecimiento de una religión que existiera y probara sus

postulados sólo dentro de los límites de la razón. La lista de los pensadores que abrazaban este sistema filosófico es larga. Presentamos sólo algunos de ellos.

3.2.1. René Descartes (1596-1650)

Descartes es el primero de los grandes filósofos racionalistas. Este pensador católico francés afirmó que se debe dudar de todo hasta que sea probado, y que la prueba tiene que ser tan lógica como una demos- tración matemática. Puesto que el principio de todo conocimiento es la duda, hay que encontrar una base; un punto de partida del cual no se pueda dudar. Esa base la halla Descartes en su propia existencia como ser pensante. Aun al dudar, "pienso, luego existo". Es obvio que tal actitud niega el principio cristiano expresado por Agustín de Hipona: "Cree para que puedas entender."

Además, Descartes desarrolló un sistema de pensamiento en que varios axiomas (verdades evidentes) podían ser conocidos con certeza matemática. Sostenía que hay ciertos conceptos innatos del raciocinio humano, tales como el tiempo y el espacio, los cuales capacitan la mente para organizar los datos que vienen por los sentidos. Creía que la razón por sí sola, podía comprobar la existencia de Dios y del alma. 2

Fue creador de la metafísica moderna, atacó los principios escolásti- cos e impuso un nuevo método de raciocinio, y a pesar de ser apenas una teoría, le puso como nombre "el método de la duda metódica".

3.2.2. Francis Bacon (1561-1626)

Este hombre desarrolló el método científico, que consiste en una investigación científica independiente del principio de autoridad y del razonamiento escolástico y deductivo; toda investigación debe partir de la inducción para así descubrir la razón de existir. Bacon creó este método para combatir la tendencia de aceptar cualquier idea científica o filosófica sólo porque una autoridad lo diga. En esta teoría, el científico

hace primero una hipótesis basada sobre sus observaciones, y luego la verifica probándola varias veces. Otros siguen probándola y finalmente la idea toma el carácter de ley si siguen resultando afirmativas las pruebas.

3.2.3. Gottfried Wilhelm Leibniz (1646-1716) y Baruch Spinoza (1632-1677) Estos dos filósofos ampliaron las ideas de Descartes y así fortalecieron la creencia de que el hombre puede alcanzar el conocimiento por medio de la razón y el uso del método científico.

3.2.4. Isaac Newton (1642-1727)

Además de haber descubierto la ley de la gravedad universal y la de la descomposición de la luz, también fue impulsor de la filosofía racio- nalista de Descartes, Leibniz y Spinoza. Las leyes científicas que él descubrió tendían a producir la confianza de que el hombre, por medios científicos, podía descubrir las leyes de la naturaleza y vivir en armonía con ellas. 3

El resultado de esas ideas fue el desarrollo del deísmo, la doctrina de que Dios creó el universo, le dio cuerda como un reloj, poniendo en marcha las leyes naturales y luego se fue sin admitir la necesidad de revelarse ni de que se le rindiera culto. Todas estas ideas debilitaron la creencia en la autoridad de la Biblia y en la necesidad de una revelación divina,

3.2.5. David Hume (1711-1776)

Este escéptico escocés puso en tela de juicio la validez de los argumentos clásicos acerca de la existencia de Dios como la causa general de todo. Fue el padre del empirismo, filosofía que coloca la experiencia como la base del conocimiento, sin necesidad de corroborar la experien- cia con teorías ni con el razonamiento lógico.

También Hume atacó la creencia en los milagros. Afirmó que la creencia debe ser proporcionada a la evidencia. La experiencia humana atestigua la uniformidad de las leyes naturales mucho más fuertemente que el testimonio humano referente a los milagros. Además, si el cristiano pudiera comprobar que ocurrió algo que no armoniza con las leyes naturales, tendría que probar que fue realizado por el poder divino, lo cual es una tarea difícil.

Este escéptico escocés no estaba dispuesto a considerar las contun- dentes evidencias de la resurrección de Cristo. Hume tuvo gran influen- cia en su tiempo y en su generación; sus escritos produjeron mucho escepticismo.

3.3. EL IDEALISMO

Se conoce como idealismo a la doctrina filosófica que niega la realidad individual de las cosas distintas del "yo" y no admite más que las ideas. También puede significar la visión de todas las cosas por su lado bueno y bello, sin consideraciones prácticas. A esta manera de pensar, también se le conoce como romanticismo.

3.3.1. Emmanuel Kant (1724-1804)

El pensamiento del Siglo de las Laices llegó a su clímax con la filosofía de Kant, natural de Königsberg, fuerte centro pietista en la Prusia Oriental. Sus ideas tuvieron gran influencia, tanto en la teología protes- tante como en la filosofía, y representan el enlace entre el idealismo y el viejo racionalismo. Kant rechazó el concepto de que por la "razón pura" se puede demostrar la existencia de Dios. Atacó cruelmente las pruebas clásicas de causa y efecto, fuera del argumento teleológico, o sea el argumento de designio. Partiendo de la duda, reconstruyó por medio de la razón práctica, la certidumbre de la ley moral y concluyó en favor de la existencia de Dios y de la inmortalidad del alma.

Este filósofo quería conservar la creencia en Dios, pero negó la necesidad y validez de la revelación divina. Para Kant, Jesús fue simple- mente un gran maestro de moral. Redujo la religión a una ética teísta y así preparó el camino para el liberalismo.

En sus diferentes obras concibe las siguientes ideas: La teoría del conocimiento idealista y crítico. La ley moral que presupone la libertad, la inmortalidad, la existencia de Dios, aunque la razón no pueda justificar estas nociones primordiales para el ser humano.

3.3.2. Federico Schleiermacher (1768-1834)

Este fue el teólogo alemán más influyente que surgió del movimiento idealista. Muchos historiadores consideran que fue el padre del libera- lismo. Quería defender la religión, aunque no estaba de acuerdo con la ortodoxia. Estaba harto de tantas discusiones sobre credos y doctrinas. Aceptó la idea de Kant de que la metafísica, lo abstracto, no tiene lugar en la religión. La religión en sí, no es un cuerpo de doctrina.

Para Schleiermacher, la única base de la religión se halla en lo interior, en los sentimientos, en un sentido de absoluta dependencia. Esta experiencia interior no es sólo del individuo, sino también de la comu- nidad cristiana, Además es común a todas las religiones. El objeto de éstas es "tender un puente sobre el abismo entre lo universal y lo finito; poner al hombre en armonía con Dios... Por lo tanto, no deben dividirse las religiones en verdaderas y falsas, sino de acuerdo con su grado relativo de eficacia. "4

Según Schleiermacher, Dios es lo absoluto que está en todo; sus críticos lo acusan de ser panteísta. Otro de sus pensamientos es: El pecado consiste en no sentir dependencia; y Cristo es el hombre que dependía totalmente de Dios, en todo pensamiento, palabra y acto. La misión de Cristo fue comunicar a los demás este sentido de depen- dencia.

Un siglo después, varias de sus ideas volvieron a aparecer en los escritos de Paul Tillich y John Robinson. A pesar de las acusaciones que sobre él pesaban, tanto de parte de los racionalistas como de los ortodoxos, su pensamiento influye fuertemente en la teología contem- poránea.

3.3.3. Jorge Guillermo Federico Hegel (1770-1831)

Filósofo alemán, Hegel también tuvo una influencia profunda sobre la teología y el desarrollo de la crítica literaria de la Biblia. Para Hegel, Dios es espíritu; es el absoluto, la única realidad. "El universo es el constante desarrollo del Absoluto... por medio de la lucha y el esfuer- zo."5 La historia, la naturaleza y el pensamiento humano son aspectos del Espíritu Absoluto que llega a la conciencia de sí mismo. Dios no es trascendente (por encima del universo) sino inmanente (dentro del universo). Dios se manifiesta en la historia por medio de un proceso de reconciliaciones de contradicciones (dialéctica). Este constante proceso consiste de la tesis (proposición), la antítesis (la oposición), y la síntesis (una conciliación o fusión de la tesis y antítesis). Este proceso evolucio-

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nario sigue formando perpetuamente nuevas tesis, antítesis y síntesis. El principio anterior de tesis, antítesis y síntesis, lo aplicó a la identificación de la naturaleza con el espíritu con un principio único, la idea, que se desarrolla por el proceso dialéctico arriba descrito.

Hegel también formuló una especie de teoría de la evolución en el proceso religioso que él consideraba correcto. Creía que las religiones avanzan del animismo al politeísmo y finalmente al monoteísmo; de una religión natural a una religión moral y luego a una fe espiritual. Consi- deraba como mitos las doctrinas de la encarnación, la expiación y la Trinidad.

3.3.4. Albrecht Ritschl (1822-1889)

Teólogo alemán, que tuvo enorme influencia en la teología y en la interpretación de la historia de la Iglesia primitiva en su parte social. Echó los fundamentos para el evangelio social. Siguió las pisadas de Schleiermacher, rechazando tanto la teología natural como la revelada. Al igual que el padre del liberalismo, Ritschl procuró extraer la esencia del cristianismo de la experiencia cristiana, pero no estaba de acuerdo

con el concepto de Schleiermacher de que la religión consiste en sentir la dependencia absoluta. Más bien, según Ritschl, se manifiesta en la moralidad. También Ritschl pensaba que la conciencia religiosa sosteni- da por Schleiermacher era demasiado individual. Reside no tanto en el individuo como en la comunidad cristiana, o sea la Iglesia.

Ritschl no creía que el fin de la religión debe ser una lista de doctrinas o' una aceptación de hechos probados científicamente, sino una jerarqui- zación de valores. Para él, Cristo asignaba valores a todos los componen- tes de la vida, y eso es lo que le da tanto valor.

Según Ritschl, la misión de Jesús fue fundar el reino de Dios entre los hombres, y así fue el "portador del señorío ético sobre los hombres". No murió por los pecados, sino como la suprema prueba de su vocación. La religión es esencialmente un asunto práctico. El amor de Dios inspira a los hombres a "trabajar para hacer de toda la sociedad el reino de Dios, donde la voluntad de Dios vista en Cristo sería hecha perfectamente". 6 En cuanto a la teología, el liberalismo iba tomando forma. Le faltaban sólo algunas corrientes de pensamiento más para tomar su forma final.

3.4. EL CRITICISMO BÍBLICO.

Se conoce con este nombre a la ciencia que se dedica al estudio concienzudo de la Palabra de Dios; la Biblia. Esta disciplina es diferente al criticismo kantiano que es una filosofía que procura determinar los límites entre los cuales puede ejercerse legítimamente el razonamiento humano.

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Pudiéramos identificar el criticismo bíblico con la corriente que juzga las obras literarias o artísticas para emitir un juicio sobre ellas. Es también el examen exhaustivo de un documento para probar su veracidad y destruir mitos y errores. Esta manera de estudiar la Biblia tiene dos ramas: baja y alta crítica.

3.4.1. La baja crítica

Durante mucho tiempo, los eruditos de la Biblia se habían ocupado del estudio de los manuscritos antiguos de la Biblia con el propósito de determinar con toda la exactitud posible el texto original de las Escri- turas. Se procuraba descubrir cualquier desavenencia con lo que se cree que decía el autógrafo, o sea, el texto original. Como no existe ahora ningún autógrafo, y como en los manuscritos que tenernos se ven pequeñas diferencias en algunas palabras y frases, no cabe duda de que el estudio de los textos trae gran beneficio para todos, al fijar textos dignos de confianza. A esta manera de examinar la Biblia se le llama la crítica baja o textual. Las investigaciones de la crítica textual no han hecho gran daño a la ortodoxia. Más bien, en casi todos los casos han

3.4.2. La alta crítica

El racionalismo del Siglo de las Luces y la filosofía idealista de Hegel fueron las fuentes de inspiración para eruditos que desarrollaron la alta crítica en los siglos XVIII y XIX en las universidades alemanas. Este nuevo enfoque intentó destruir el carácter sobrenatural de la Biblia y convertirla sencillamente en la historia de la evolución de la religión hebrea. Esta manera de pensar y estudiar la Biblia, ha hecho estragos en la fe de muchos cristianos y sigue teniendo una influencia negativa enorme en los estudios bíblicos, tanto protestantes como católicos.

La nueva crítica de los siglos XVIII y XIX, fue más allá de la investigación de los manuscritos antiguos. En las universidades alemanas se aplicaron a la Biblia métodos de investigación y análisis que los historiadores habían desarrollado para reconstruir el pasado. Se pregun- taron: ¿Por quiénes fueron escritos los documentos bíblicos? ¿Cuándo? ¿Cuáles son las fuentes originales que emplearon los autores? ¿Son dignas de confianza? ¿Hay causas históricas que pueden explicar los desarrollos registrados en las Escrituras?

¿Hay algo inmoral en seguir tales métodos de estudio para arrojar más luz sobre las enseñanzas de un libro? Lo debemos hacer todos, pero el problema está en hacerlo con ideas y prejuicios que influirían mucho en las conclusiones. Convencidos de que la ciencia había comprobado que no suceden milagros como tales, decían que hacía falta sacar los elementos milagrosos de lo que narra la Biblia. Dejaron a un lado el concepto tradicional de que la Biblia es un libro inspirado. En términos generales llegaron a las cinco conclusiones que se exponen a continuación.

3.4.2.1 La teoría de la evolución religiosa

Aceptaron la teoría ideada por Hegel de que la religión hebrea había ido evolucionando. Según esta noción, Israel en el principio creía en muchos dioses; luego fue desarrollando la creencia en un solo Dios y más tarde llegó a la fase sacerdotal con todos sus ritos y ceremonias.

religiosa como uno de los métodos para distinguir los supuestos docu- mentos y darles fechas.

3.4.2.2 La teoría documentaria J.E.D.P.

Cuando les parecía que cierto documento tenía una teología más abstracta que otro, llegaban a la conclusión de que había sido redactado en una fecha posterior, ya que la religión se complicaba cada vez más. Según ellos, los documentos más antiguos fueron designados "J" y "E", porque empleaban los nombres divinos Jehová y Elohim, respecti- vamente. Esos escritos se remontan a los siglos XIX-VIII a.C. Son las tradiciones sobre los orígenes del mundo y del pueblo hebreo. En su mayor parte son una colección de mitos cananeos adaptados por los hebreos.

Luego fue escrito el Deuteronomio, "D", por los sacerdotes quienes emplearon ese fraude para promover un despertamiento religioso en el reinado de Josías (2 Reyes 22:8).

El último documento, "P" (para designarlo "priestly" o sacerdotal), habría tomado cuerpo durante el cautiverio babilónico y sería el que dio el plan general del Pentateuco. Pone interés en la organización del tabernáculo, el culto y los sacrificios.7

Esta teoría se llarna "hipótesis Graf-Wellhausen", por los apellidos de los dos eruditos alemanes que la desarrollaron a fines del siglo XIX, pero se conoce más popularmente como "la teoría documentaria J.E.D.P.". Este esquema de pensamiento fue aceptado como la base de la alta crítica.

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3.4.2.3 Paternidad literaria múltiple en libros del Antiguo Testamento

Los críticos racionalistas atribuyeron el libro de Isaías a dos autores separados entre sí por más de un siglo. Hicieron el intento de mostrar que muchas de las predicciones del futuro que se hallan en los profetas, se escribieron después de los acontecimientos que describen, pues los eruditos no creían en la posibilidad de que hubiera profecía inspirada. Uno de los libros que muchos han señalado es Daniel, el cual dicen que fue escrito en el siglo segundo antes de Cristo, después que se cumplie- ron las profecías de dicho libro.

3.4.2.4 La personalidad de Jesucristo

Otro problema serio que expuso la alta crítica fue su acusación de que el Jesús que se presenta en los evangelios está envuelto en un paño de mitos. Suponiendo que los elementos milagrosos los habían añadido personas supersticiosas que escribieron después de la muerte de Jesús, soltaron las riendas de su imaginación para pensar cómo sería en realidad aquel humilde maestro. Muchos escritores hacían biografías de esaLos críticos literarios desarrollaron la teoría de que el Pentateuco no fue escrito por Moisés, sino que es una recopilación de documentos redactados probablemente en la época de Esdras o un poco antes. Llegaron a esta conclusión por medio de un análisis cuidadoso del estilo literario, del uso de los diferentes nombres de Dios, de lo que les parecía sér la repetición de relatos, tales como los de la creación y el diluvio, y la variación en los conceptos religiosos. Usaron la teoría de la evolución

supuesta persona, de ese "Jesús histórico". Decían que separaban los dichos y hechos auténticos de los mitos; que el Señor nunca enseñó que era el Mesías, ni que volvería al mundo para reinar. Algunos llegaron a sugerir la idea de que Jesús nunca existió; que más bien era un personaje mítico creado por la Iglesia primitiva.

3.4.2.5. Contradicciones en el Nuevo Testamento

También algunos críticos pensaban que ciertas partes del Nuevo Testamento revelan distintos "puntos de vista" e indicaban que habían existido partidos diferentes y a veces antagónicos en la Iglesia. Por ejemplo, consideraban que el Evangelio según San Mateo representa la idea de la comunidad judeocristiana; es decir, que el cristianismo es una continuidad del judaísmo. En cambio, Lucas abogaría por el concepto de Pablo de que Cristo reemplaza y hace innecesaria la obediencia a la ley judía. Así Lucas escribe un evangelio para los gentiles, mientras que Mateo lo hace pensando en la continuidad de la influencia judía en la Iglesia. Los críticos empleaban la dialéctica de Hegel para desarrollar su teoría. La doctrina de Pedro y Mateo es la tesis; la cristología y doctrina, de gracia paulina, la antítesis; y se encuentra la síntesis en la iglesia posterior.

No cabe duda de que los adherentes a la alta crítica levantaron tormentas turbulentas en el campamento de los ortodoxos. Sin embargo, con todos sus argumentos y prejuicios no han llegado a presentar pruebas fehacientes para comprobar sus conjeturas.

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3.5. LA CIENCIA Y LA TEORÍA DE LA EVOLUCIÓN

No fueron los críticos los únicos que causaron graves problemas a la ortodoxia. Hubo ataques de todas partes y de diferentes puntos de vista,, entre ellos, la ciencia y la teoría darviniana, quienes se propusieron demostrar lo absurdo de la religión.

3.5.1. La teoría de la evolución

Un concepto que amenazaba hacer insostenible el cristianismo para la mente bien informada, fue la obra de Carlos Darwin (1809-1882) titulada Del origen de las especies por medio de la selección natural. Parecía que la teoría de la evolución dejaría anticuado el relato bíblico de la creación y arrojaría dudas sobre la integridad de toda la Biblia. De acuerdo con eso, no sería necesario creer en Dios. Con esta idea de la evolución progresiva, el hombre era un eslabón más en la cadena de los seres vivientes. Era un miembro del reino animal, aunque claro, estaba mucho más evolucionado que los demás. El concepto de la creación que exponía Darwin no era un acto especial realizado por un Dios inteligente

y amoroso, sino una lucha eterna entre las especies, siendo las sobrevi- vientes las más aptas o las más fuertes.

La idea de la evolución trajo como consecuencia la esperanza de que el hombre poco a poco se podía superar por sus propios esfuerzos. Muchos se suscribían al concepto de que, con cada nueva invención y avance de la tecnología, había un progreso. La consigna era "adelante hacia un porvenir cada vez más glorioso".

3.5.2. La ciencia

Las ciencias naturales comenzaron simultáneamente a lanzar ideas muy diferentes a las de la Edad Media sobre el origen del hombre y de la vida. Desde entonces, la lucha con frecuencia ha sido amarga. La ciericia ha tildado a la religión de "anticientífica". Desafortunadamente, muchas religiones se colocaron en una postura defensiva ciega. Equivo- cadamente, asociaban con la ortodoxia muchas de las ideas adquiridas a través de su cultura. A veces no aceptaban evidencias de ninguna clase ni querían usar la razón.

Por ejemplo, en los siglos pasados el postulado de Nicolás Copérnico (1473-1553) había causado consternación entre los religiosos. Este científico demostró que los planetas giran alrededor del sol y tienen movimiento propio. Esto dejó a los clérigos pasmados, ya que hacía de esta tierra como un grano de arena en un inmenso universo, en vez de ser el centro de todo, como se predicaba. La conclusión a que llegaron muchos, era que Dios no iba a tomar interés en algo tan insignificante.

Los descubrimientos de la ciencia tuvieron por resultado un ataque contra la fe. La astronomía y la geología desacreditaban la cronología que el erudito arzobispo Ussher había formulado. Éste había puesto la fecha de la creación en el año 4004 a.C. Para algunos lectores de la Biblia, ésta había perdido credibilidad. Muchos científicos cristianos repudiaban la fe o creían que era de poca importancia.8

Como resultado, la religión, que había sido una fuerza tan poderosa en la vida del hombre, llegó a perder la confianza de los hombres cultos. La ortodoxia se encontraba en crisis.

3.6. EL LIBERALISMO Y SU PENSAMIENTO TEOLÓGICO La lucha también se libró dentro de la Iglesia misma. El liberalismo incorporó en su sistema muchas de las ideas de estos enemigos de la fe y se metió en la Iglesia como una especie de "caballo de Troya". La raíz del escepticismo moderno viene directa o indirectamente del liberalis- mo de los siglos XVIII y XIX. En efecto, el liberalismo de aquella época ha dejado huellas tan profundas en la teología contemporánea, que no

se puede entender ésta cabalmente sin conocer aquel estilo de pensa- miento.

El liberalismo era un intento de acomodar las doctrinas cristianas a las corrientes de pensamiento de los siglos XVIII y XIX; es decir, al racionalismo, al romanticismo, a la crítica literaria de la Biblia y a las teorías de la ciencia. Se redujo la fe cristiana a aquellos elementos "esenciales" que podían ser defendidos "racionalmente".

Los liberales describían este espíritu como "el espíritu de mentalidad amplia, de tolerancia, de humildad, de devoción a la verdad dondequiera que se halle".9 Estaban abiertos a corrientes de pensamiento antagónico a la ortodoxia y aun a las ideas de las religiones paganas. Sin embargo, su mentalidad no tenía la amplitud necesaria para aceptar lo sobrenatural del cristianismo bíblico,

Con ese contexto de definición intentaron conservar la religión cristiana, reconstruyendo la teología. A los liberales no les interesaban primordialmente los credos y doctrinas de la ortodoxia. Acomodaron la religión a las corrientes de pensamiento del siglo XIX, aceptando las conclusiones de la alta crítica y la teoría darviniana de la evolución. Llamándose "nuevos teístas", incorporaron a la religión ideas de los filósofos Kant Y Hegel. Siguieron la pauta de los racionalistas, descar- tando la creencia en los milagros. Reinterpretaron las doctrinas cristia- nas, aceptando las reconstrucciones teológicas de Schleiermacher y Ritschl.

Aunque los conceptos de los liberales divergían tanto, podemos notar algunas ideas que la mayoría tenía en común.

3.6.1. La Biblia

Los liberales estaban de acuerdo en reconocer que la Biblia es un libro de grandes enseñanzas, pero que no es una revelación infalible de Dios. Contiene supersticiones y mitos. Tiene la inspiración que tiene cualquier literatura elevada. La interpretación de la Biblia se subordina a la opinión religiosa individual de uno mismo. No es tanto lo que es o dice el Evangelio según San Mateo o Lucas, sino lo que uno interpreta en él. La Biblia registra la búsqueda de Dios por el hombre, más bien que una revelación de Dios.

3.6.2. Dios

Algunos liberales creían que Dios es una persona, pero otros lo negaban. Todos estaban de acuerdo en decir que Dios es una fuerza del bien que ama a todos. Dios no es trino. Ellos exponían la idea de la inmanencia de Dios, o sea que Dios satura el universo. Aunque Dios y el mundo no son idénticos, Dios se limita a actuar a través de la

naturaleza. Si esta idea se lleva a un extremo, llega a ser panteísmo, o sea, que Dios es todo lo que el mundo es, y el mundo es Dios. En cambio, la doctrina de la trascendencia significa que Dios tiene una existencia independiente del mundo. Dios es "más verdaderamente conocido en Cristo, pero su revelación no es distinta en especie de todo otro conoci- miento de Dios", 10 Los liberales estaban de acuerdo con Kant y Schleier- macher, en que la revelación viene de adentro y la experiencia religiosa se halla "en la mente y la conciencia, más que en alguna voz especial de afuera", 11

3.6.3. Los milagros

Para los liberales no hay lugar para los milagros, pues serían intrusio- nes en el orden natural o violaciones de las leyes naturales creadas por Dios. Les gustaba la teoría de la evolución porque se prestaba para decir que Dios, a través de la naturaleza, va mejorando tanto el reino animal como la humanidad. Toda la naturaleza es una revelación divina.

3.6.4. La persona de Jesucristo

El liberalismo distingue entre el "Jesús histórico" y "el Cristo de los credos". Según los liberales, las especulaciones metafísicas del apóstol Pablo oscurecen y aun pervierten "la majestad y sencillez del evangelio". Debemos volver al Cristo humano de los evangelios sinópticos. Advierte el liberal Harnack: "No debemos tropezar en asuntos tales como mila- gros, la creencia en demonios, o en el elemento apocalíptico (es decir, la creencia en que está cercano el fin catastrófico del mundo). "12 Estas son.cosas que pertenecen a la época en que fueron escritos los evangelios,

pero no presentan la esencia del evangelio.

La verdadera religión no se refiere a Jesucristo, sino que consiste en la fe del Maestro y sus enseñanzas. Él fue el primer cristiano, un hombre que vivía continuamente en la presencia de Dios.

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3.6.5. El hombre y el pecado

Según Harnack, el mensaje de Jesucristo fue que Dios es Padre de todos los hombres y el alma humana tiene valor infinito. Dentro de toda persona hay una "chispa divina", idea insinuada por la filosofía de Kant. Aunque el hombre tiene algo de la naturaleza de Dios, debe desarrollarla. Hay que mirar adentro para encontrar a Dios.

El hombre no ha caído, ni tampoco hereda la culpa del pecado original. Sí existe el pecado, pero se atribuye a "impulsos de la naturaleza animal del hombre", una fase inevitable en el proceso evolutivo. No se necesita una expiación por el pecado, pues Dios perdona generosamen- te. El hombre es capaz de obedecer a Dios sin recibir ayuda sobrenatural. La vida futura se interpreta como "inmortalidad del espíritu", más

que "resurrección del cuerpo". El concepto del infierno es "inmoral". Al ser un Padre bondadoso, Dios no enviaría sus hijos al infierno; los castigos de Dios "tienen siempre un propósito correctivo, nunca vengativo o retributivo". 13

3.6.6. El reino de Dios y su advenimiento

Los liberales quitaron toda dimensión escatológica del concepto bíblico del "reino de Dios". No se refiere a algo que llegará por la segunda venida de Cristo, sino al "advenimiento del gobierno de Dios a los corazones humanos". Se refiere a la "calidad ética y espiritual.de la vida de Jesús".

Además, es algo social más que individual. La teología liberal incor- poraba el énfasis de Schleiermacher y Ritschl sobre la naturaleza social o corporativa de la vida cristiana; recalcaba la teología de los valores, del "carácter absolutamente ético del evangelio", elaborada por Ritschl. No se preocupaba tanto de los pecados individuales, como de la injusticia social.

Los liberales tenían gran optimismo respecto al hombre y su futuro. Puesto que el hombre es bueno y capaz de desarrollarse moralmente, él por sí solo podrá solucionar sus problemas. El uso de la teoría de la evolución en la interpretación de la historia, los adelantos políticos e industriales del siglo XIX y los logros por medio del método científico, todo parecía indicar que la lucha contra la naturaleza y las guerras entre naciones pronto terminarían en un triunfo final. Era inminente la época en que los hombres podrían vivir en armonía y libres de necesidad física. Así sería la venida del reino de Dios según esos señores.

Con todo, debemos recordar que la mayoría de los liberales estima- ban que en la Biblia se hallan las raíces del pensamiento cristiano, y que Dios sí existe. Para ellos Cristo era un hombre singular y debe ser Señor de la vida del hombre.

El liberalismo continuó con fuerza durante los primeros años del siglo XX. Tendremos más que decir al respecto en el próximo capítulo.

3.7. LA INFLUENCIA MATERIALISTA CONTEMPORÁNEA A

La ortodoxia fue atacada también por un materialismo que se hacía compañero del racionalismo. En ese frente hubo tres grandes adversarios de la fe cristiana, cuyas ideas han causado gran daño a la Iglesia en el siglo XX.

3.7.1. Carlos Marx (1818-1883)

Si el hombre se iba a salvar él mismo, entonces era lógico pensar que se crearía una sociedad terrena que traería paz y satisfaría las necesidades de cada ciudadano, a la vez que cada persona contribuiría a esa sociedad

todo lo que podía. Marx llegó a ser el representante más conocido de ese movimiento. Tomó la dialéctica de Hegel para desarrollar sus conceptos. La religión para él era un obstáculo en el camino hacia la revolución y la transformación posterior de la sociedad, pues es "el opio del pueblo", es decir, quita la atención de la persona de la necesidad de levantarse para librarse del yugo explotador. La religión anestesia la sensibilidad de los oprimidos, enseñándoles a soportar la injusticia porque su recompensa és futura. Es un medio por el cual los ricos pueden mantener sujetos a los pobres.

La visión marxista de una utopía material captó el corazón de mucha gente hasta después de entrado el año de 1991, y lanzó a millones de seres humanos a una lucha cruenta para realizar su visión en la tierra; empeño que se derrumbó. Ciertos teólogos consideraron que el marxis- mo fue una forma de religión; y, mientras tuvo poder, llegó a ser tal vez el más formidable competidor del cristianismo.

3.7.2. Federico Nietzsche (1844-1900)

Este filósofo alemán también atacó a la religión, pues la consideraba obsoleta, fuera de tono y lugar. Como algunos pensadores anteriores, creía que el hombre mismo debía construir su propio destino, dejando a un lado al Dios de la revelación y creando su propio Dios de acuerdo con su código ético.

Sentenció para sepultar todo vestigio de Dios: "Dios ha muerto." Al final de sus días, su mente se fue dañando hasta que llegó a la locura. El libro Así hablaba Zaratustra muestra una mente desquiciada, que más tarde lo llevó al suicidio. Su doctrina se fundó en el vitalismo metafísico y la voluntad de poderío que llega a su culminación en el superhombre.. Sus aforismos tuvieron gran influencia entre los defensores del racismo germánico.

3.7.3. Sigmund Freud (1856-1939)

Médico austriaco llamado "padre de la psiquiatría, el psicoanálisis y de la doctrina del subconsciente"; Freud lanzó palabras fuertes contra la religión. Sus teorías acerca de la religión se basaban en la afirmación positivista de que todo conocimiento viene por medio de la ciencia. Describió la religión como "una neurosis obsesiva universal de la huma- nidad". La neurosis es un conflicto entre las distintas partes de la mente y trae por consecuencia tensión o ansiedad. Según él, una parte de la mente procura reprimir el temor o culpa de la otra parte, proyectando la figura del padre en una escala infinita. La figura de Dios sustituye a la del padre humano. Como el padre terrenal proporciona protección y ayuda, así el concepto de Dios inventado por la mente consuela y da

seguridad a la persona insegura y afligida. Freud creía que la religión impide que una persona progrese, porque crea ilusiones en vez de ayudar a enfrentarse con la realidad.

Las obras de Freud han llegado a tener una difusión universal en el siglo XX, y su teoría de la religión fue acogida por innumerables intelectuales de su era.

3.8. EFECTOS Y REACCIÓN DE LA CONFRONTACIÓN

Tanta era la oposición a la religión, que a cualquier intelectual que creía en una religión se le veía como anacrónico. Casi ninguno aceptaba la ortodoxia. Parecía que la ortodoxia sería derrotada.

A pesar de tantos ataques fuertes de todos lados, la ortodoxia siempre tenía quienes la defendieran con vigor. Los grandes teólogos ortodoxos de los siglos XVIII y XIX son numerosos, entre ellos podemos mencionar a E. W. Hengestenberg, Carl F. Keil, Franz Delitzsch, J. P. Lange, J. B. Lightfoot, Henry Alford, F. Godet, B. F. Westcott, F. J. A. Hort, H. P. Liddon, Alfred Edersheim, Theodore B. Zahn, entre otros. Sus estudios verdaderamente eruditos fueron hechos para defender la fe.

Así llegamos al final del siglo XIX. Hasta aquí, todo lo estudiado ha servido como una introducción histórica a la teología contemporánea. Propiamente hablando, la teología contemporánea comienza con el siglo XX.

DE LA TEORÍA A LA PRÁCTICA

1. ¿En qué maneras ha ejercido influencia el racionalismo en la cultura

en que vive usted?

2. ¿Cuáles ideas del humanismo y del racionalismo pueden ser útiles para un creyente evangélico?

3. ¿Cuáles ideas ha oído o ha leído usted en su país que se basan en la alta crítica? ¿Qué debe hacer un pastor para ayudar a los creyentes de su congregación a comprender el origen de tales ideas y cómo refutarlas?

4. ¿Qué influencia del evolucionismo halla usted en la Iglesia?

5. ¿Hasta dónde llega en la actualidad la batalla por una interpretación

liberal de la Biblia? ¿Hasta dónde tiene esto influencia en su deno- minación? 6. ¿Cómo puede usted reconciliar la ciencia con la aceptación de los

milagros sobrenaturales? 7. ¿Por qué el hombre natural trata de hacer cambios en la doctrina de

la salvación?

8. ¿Cuáles ideas del liberalismo acerca del pecado son bastante lógicas

para la mente humana, si uno no toma en cuenta lo que enseña la Biblia al respecto?

9. ¿Cuáles evidencias puede dar usted de la influencia del humanismo

en el pensamiento popular de su país?

10. ¿Qué hace el raciocinio humano cuando procura interpretar la

Biblia sin depender del Espíritu Santo? 11. ¿Cómo se puede ayudar a la juventud a ver que la Biblia es aplicable

a su vida y pertinente a la situación actual, aun cuando algunos intelectuales la desprecian? reino de Dios ha hallado

12. ¿Cuáles ideas liberales sobre la doctrina del usted en su país, dentro y fuera de la iglesia evangélica? marxistas acerca de la naturaleza pecarninosa del

13. ¿Qué creían los hombre natural? ¿De qué manera echa a perder el sueño del marxismo la doctrina bíblica de la pecaminosidad del hombre?


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