Lecturas recomendadas: 2 Reyes 18:13-37, 19:1-37; Isaías 41.
"Pues yo te sostengo de tu mano derecha; yo, el Señor, tu Dios. Y te digo: "No tengas miedo, aquí estoy para ayudarte." (Isaías 41:13, NTV)
Los creyentes estamos llamados a proclamar nuestra fe en un mundo incrédulo, siendo hacedores de las promesas de Dios, tanto ahora como en el futuro. Sin embargo, en ocasiones las circunstancias nos hacen dudar del poder de nuestro Dios. Lo que genera sentimientos de miedo, desánimo y confusión.
¿Alguna vez te has enfrentado a situaciones que ponen a prueba tu fe? ¿Qué circunstancias te han hecho dudar de la soberanía de Dios? ¿Confías en Sus promesas aún cuando tus enemigos cuestionan tu fe?
Esto le ocurrió a los habitantes de Judá, cuando el rey de Asiria, Senaquerib, había invadido a Judá y estaba asediando la ciudad de Jerusalén (2 Reyes 18:13-37). El rey Ezequías estaba preocupado por la seguridad de su reino, mientras que el pueblo estaba temblando de miedo. En ese momento de dificultad, Dios habló con el profeta Isaías y le dio un mensaje de consolación.
Animó al pueblo a no dejar que el temor los dominara, asegurándoles que Él mismo se encargaría de protegerlos y hacer justicia en Su nombre. El Señor Todopoderoso les concedería la victoria sobre sus enemigos, demostrando que nadie puede desafiar Su autoridad sin enfrentar las consecuencias de Su ira.
Isaías 41, es un capítulo que destaca la soberanía de Dios, la importancia de la fe y la confianza, y la promesa de salvación y justicia para su pueblo.
Esta historia nos recuerda que el Dios que liberó a Su pueblo de la opresión y el miedo en el pasado, es el mismo Dios al que nosotros adoramos y servimos en el presente. Por lo tanto, no debemos de temer cuando las aguas turbulentas de la vida quieran ahogar nuestra fe.
La Biblia enseña que la mano de Dios dirige nuestra vida, pero ¿qué significa esto en la práctica? ¿Cómo podemos discernir la guía de Dios en nuestras vidas? La fe es una fuente de ánimo y fortaleza, creer en las promesas de Dios nos permite mantener la serenidad en tiempos de dificultad.
ORACIÓN
"Señor, concédeme mantener la serenidad en los tiempos de dificultad. Ayúdame a confiar en tu soberanía y protección cuando mis enemigos quieren asolarme. No permitas que la duda y el temor invadan mi mente y mi corazón. Porque de ti proviene la victoria, Dios de mi salvación. En ti, espera mi alma y descansa mi fe confiada. Solo el Señor es Dios. Amén."