La Admiración de Booz | Serie Rut - Parte 12

Booz - Rut y Noemí
"Y respondiendo Booz, le dijo: He sabido todo lo que has hecho con tu suegra después de la muerte de tu marido, y que dejando a tu padre y a tu madre y la tierra donde naciste, has venido a un pueblo que no conociste antes. Jehová recompense tu obra, y tu remuneración sea cumplida de parte de Jehová Dios de Israel, bajo cuyas alas has venido a refugiarte. Y ella dijo: Señor mio, halle yo gracia delante de tus ojos, porque me has consolado, y porque has hablado al corazón de tu sierva, aunque no soy ni como una de tus criadas."
La respuesta de Booz a la pregunta de Rut, "¿Por qué he hallado gracia en tus ojos....?", está en el v.11. Aunque el v. 5 indica que no la había reconocido en el campo, sin embargo la verdad es que Booz ya sabía algo de Rut. Él le dice, "He sabido todo lo que has hecho con tu suegra después de la muerte de tu marido..." (v.11a). No sabemos cómo conocía eso, pero lo más probable es que lo había oído de algún aldeano, puesto que Belén era un pueblo pequeño y las noticias correrían rápidamente.

Los tres detalles que impactaron a Booz y quizá a otros en la comunidad fueron los siguientes:
  1. Luego de la muerte de su marido, Rut había dejado a su padre y madre para vivir con Noemí.
  2. También dejó su tierra natal para acompañar a Noemí.
  3. Rut fue a la tierra de Israel; como lo expresó Booz: "a un pueblo que no conociste antes" (v.11b). Israel no sólo era un pueblo que ella no conocía, sino que probablemente era menos culto y desarrollado que el suyo.
El comportamiento de Rut trajo a la mente lo que Abraham hizo siglos antes cuando salió de Ur de los Caldeos. Quizá por eso, las acciones de Rut provocaron la generosidad de Booz. Aunque Rut las hizo por el bien de Noemí, él las tomó como un favor hecho a la familia de Elimelec y a toda la nación de Israel.

Al dirigir la pregunta a Booz (v.10), Rut usó la palabra "gracia". La respuesta de Booz indica que los favores que él ahora le estaba brindando no era asunto de gracia (algo inmerecido), sino de recompensa. En el caso del creyente, los favores que recibimos de Dios sí son de gracia porque no hemos hecho nada por merecer Sus bendiciones (ver Ef. 1:3-14). Si tomamos la pregunta de Rut, "¿Por qué he hallado gracia en tus ojos...?" (v.10), y la hacemos nuestra, dirigiéndola a Cristo, la respuesta sería: "por la elección de Dios el Padre" (ver Ef. 1:3-5).

A pesar de sus palabras generosas y la preocupación que evidenció por el bienestar de Rut (ver vv.8-9), Booz no estaba satisfecho con lo que había hecho, quería hacer algo más para Rut. Por eso, procedió a bendecirla en el nombre del Dios de Israel. "Jehová recompense tu obra", le dijo (v.12a). Complementa ese deseo con las palabras: "y tu remuneración sea cumplida de parte de Jehová Dios de Israel" (v.12b). Booz está seguro de que, aunque Rut era moabita el Dios de Israel vio lo que había hecho y no sería tan injusto como para no recompensarla. Como dijera el ángel a Cornelio, otro gentil que favoreció al pueblo de Dios, "...tus limosnas han subido para memoria delante de Dios" (Hch. 10:4). ¡Lo que hacemos a favor del pueblo de Dios no carecerá de una recompensa celestial!

Al dejar a sus padres y a su tierra para acompañarle a Noemí, Rut estaba haciendo mucho más que simplemente cumplir un deber humano. Estaba haciendo una obra espiritual, expresando su confianza en el Dios de Israel. Booz describe la fe de Rut, haciendo uso de una imagen poética muy hermosa: "bajo cuyas alas has venido a refugiarte" (v.12c). Esas palabras indican que Rut ya se había convertido a la fe judía. Tomó la decisión, no sólo de dejar a sus padres y a su tierra, sino también de dejar a los dioses falsos en los que antes creía para depositar toda su confianza en Jehová, el Dios de Israel.

Los dioses de Moab le habían fallado. Su esposo había muerto y ella no fue bendecida con hijos. Al dejar la tierra de Moab para ir a la tierra de Israel, Rut estaba confesando su deseo de refugiarse bajo las alas de un Dios mucho más poderoso que los dioses de Moab, y ese Dios no la decepcionó. Booz pronunció una bendición profética sobre su vida, sin darse cuenta de que él mismo sería el instrumento en las manos de Dios para cumplir esa bendición (Rt. 4:13). Es más, al desear la bendición de Rut, él estaba buscando su propia bendición, porque por medio de Rut Booz llegaría a ser uno de los ancestros, no sólo de David, el futuro rey de Israel, sino también del Mesías.

Cuando damos tiempo para considerar lo que otros hacen a favor de Dios y de Su pueblo, y expresamos el deseo de que Dios les bendiga, nos bendeciremos a nosotros mismos. Lo que damos a otros, aunque sea sólo en la forma de un deseo sincero, lo cosecharemos después en alguna bendición espiritual de parte de Dios.

Las palabras de Booz impactaron el corazón de Rut. ¡Nunca había escuchado palabras como esas, tan llenas de amor y buenos sentimientos! Quedó casi sin aliento. Por eso se dirigió a Booz, diciendo: "Señor mio, halle yo gracia delante de tus ojos; porque me has consolado, y porque has hablado al corazón de tu sierva..." (v.13). Para ella fue un momento muy tierno cuando quizá comenzó a sentir algo por Booz, que luego se transformó en amor. Rut sabía que no tenía derecho alguno del favor de Booz, como lo confesó diciendo: "no soy ni como una de tus criadas" (v.13b). Sin embargo, reconoció que estaba disfrutando de un cuidado muy especial por parte de este hombre rico que aún no conocía.

Traigamos a la memoria la primera vez que escuchamos la voz del Señor hablando a nuestro corazón y lo que sentimos en ese momento. Nosotros éramos menos que siervos; éramos enemigos de Dios. Sin embargo, el Señor vino a nuestro encuentro para bendecirnos y para animarnos a refugiarnos bajo la sombra de Sus alas. ¡Qué tremendo amor nos mostró! ¿Cómo anda nuestro amor por Él ahora? Tomemos un momento para reflexionar sobre nuestra experiencia espiritual y demos gracias a Dios por habernos amado en la Persona de Su Hijo.

Fuente: Publicado originalmente por Grupo Editorial PleromaDabar con el título La Novia de Cristo Comentario Bíblico sobre el libro de Rut © 2018 por Alex Donnelly.

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