La Ayuda de Booz | Serie Rut - Parte 11

 

Booz y Rut

"Entonces Booz dijo a Rut: Oye, hija mía, no vayas a espigar a otro campo, ni pases de aqui; y aquí estarás junto a mis criadas. Mira bien el campo que sieguen, y síguelas; porque yo he mandado a los criados que no te molesten. Y cuando tengas sed, ve a las vasijas, y bebe del agua que sacan los criados. Ella entonces bajando su rostro se inclinó a tierra, y le dijo: ¿Por qué he hallado gracia en tus ojos para que me reconozcas, siendo yo extranjera?
Al percatarse que la joven que trabajaba en sus campos era Rut, la nuera de Noemí, Booz se dirigió a ella y le dijo: "Oye, hija mía, no vayas a espigar a otro campo..." (v.8). La llama, "hija mia", indicando la diferencia de edades que había entre ellos. Rut era una mujer joven, mientras que Booz ya tenía sus años (ver Rt. 3:10). Viéndola como si fuera su hija, Booz la animó a no ir a otros campos a trabajar, sino a quedarse en sus tierras cerca de sus criadas.

Booz era un hombre de solvencia económica y tenía hombres y mujeres que trabajaban por él. Los varones cortaban la cosecha y las mujeres juntaban las gavillas. Dado a que había mujeres trabajando en el campo, Rut estaba más segura. De todos modos, Booz se mostró preocupado por ella y expresó su preocupación en varias maneras:

En primer lugar, le indicó que mientras ella trabajaba en sus campos, Rut estaría junto a sus criadas y por lo tanto disfrutaría de cierta protección (v.8b). Estas palabras señalan la consideración de Booz.

En segundo lugar, Booz le animó a Rut a seguir a sus criadas al siguiente campo cuando terminara de espigar en el campo donde estaba en ese momento (v.9a). Lejos de incomodarse por estar tomando parte de su cosecha, Booz le incitó a Rut a seguir espigando en sus tierras, mostrando así su generosidad.

Como extranjera, Rut estaba expuesta a los insultos y a los comentarios negativos de la gente, particularmente a las insinuaciones molestosas por parte de los varones. Para cuidarla de todo eso, Booz ordenó a sus criados a no molestar a Rut (v.9b), mostrando así su protección.

Finalmente, Booz le dijo a Rut: "Y cuando tengas sed, vé a las vasijas, y bebe del agua que sacan los criados" (v.9c). Esas palabras evidencian el deseo que Booz tenía de proveer todas las necesidades de Rut.

La actitud de Booz hacia Rut refleja el cuidado que el Señor Jesús tiene de Su Iglesia. Él considera las necesidades de Su pueblo, les ofrece protección y provisión, y es generoso en todo lo que hace a favor nuestro. Meditemos por un momento en estas cuatro cosas: la consideración, la generosidad, la protección y la provisión que hemos experimentado por parte de Dios, y démosle gracias por todo ello.

Ante tanta consideración y generosidad, Rut respondió con humildad y reverencia: "bajando su rostro se inclinó a tierra" (v.10a). No hay nada aquí inapropiado. Rut no se portó como una mujer coqueta que intentaba sacar provecho de la situación, haciendo el mejor uso de sus atractivos femeninos ante un varón de mayor edad. A pesar de ser una mujer de Moab, actuó con hermosa delicadeza y decencia.

Su humildad se manifestó no sólo en sus acciones sino también en sus palabras. Con asombro se dirigió a Booz y le preguntó: "¿Por qué he hallado gracia en tus ojos para que me reconozcas, siendo yo extranjera?" (v.10b). Rut era consciente de que no merecía el trato que estaba recibiendo. ¡Era una mujer extranjera! Quizá en los días anteriores Rut había experimentado cierto grado de rechazo por parte de otras personas en Belén, precisamente por ser de Moab; sin embargo, Booz era muy diferente en su trato hacia ella y Rut quedó asombrada por ello.

En el idioma original, el verbo "reconozcas" es 'nakar' que significa "mirar" (ver Gn. 31:32; 37:32). Rut se quedó maravillada por la atención que recibió de Booz. Al pasar por los campos, él se fijó en ella, la contempló atentamente y se puso a meditar en sus necesidades. Rut siente que halló gracia ante sus ojos, un favor que jamás esperaba encontrar en esa tierra extraña.

En nuestra vida personal, muchas veces sentimos que nadie se interesa en nosotros. Nos identificamos con los sentimientos que David experimentó cuando estaba en una cueva, huyendo de Saúl, y le dijo a Dios: "Mira a mi diestra y observa, pues no hay quien me quiera conocer ('nakar'); no tengo refugio, ni hay quien cuide de mi vida." Salmo 142:4

A pesar de lo que podríamos sentir, es muy importante recordar al Señor en momentos de desaliento espiritual, y considerar el cuidado que tiene de nosotros: "Clamé a Ti, oh Jehová; Dije: Tú eres mi esperanza, Y mi porción en la tierra de los vivientes." Salmo 142:5

Si en este momento sentimos que nadie se interesa en nosotros, pensemos en el amor del Señor y en la gracia que hemos recibido de Él. Debemos humillarnos ante Dios en adoración y darle gracias por Su favor inmerecido. Rut lo hizo ante Booz, siendo ella "extranjera"; nosotros debemos hacerlo ante Dios, porque somos pecadores.

Para concluir nuestro estudio, meditemos sobre Isaías 63:16, donde el profeta exclama: "Pero Tú eres nuestro padre, si bien Abraham nos ignora, e Israel [= Jacob] no nos conoce ('nakar'); Tú, oh Jehová, eres nuestro padre; nuestro redentor perpetuo es Tu nombre". Si somos verdaderos creyentes, aunque nuestros padres terrenales nos abandonen, con todo Jehová nos recogerá y pensará en nosotros. Alegrémonos por Su amor inmerecido, incondicional y eterno.

Fuente: Publicado originalmente por Grupo Editorial PleromaDabar con el título La Novia de Cristo Comentario Bíblico sobre el libro de Rut © 2018 por Alex Donnelly.

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