Nueva Esperanza para Noemí | Serie Rut - Parte 14

"Y lo tomó, y se fue a la ciudad; y su suegra vio lo que había recogido. Sacó también luego lo que le había sobrado después de haber quedado saciada, y se lo dio. Y le dijo su suegra: ¿Dónde has espigado hoy? ¿y dónde has trabajado? Bendito sea el que te ha reconocido. Y contó ella a su suegra con quién había trabajado, y dijo: El nombre del varón con quien hoy he trabajado es Booz. Y dijo Noemí a su nuera: Sea él bendito de Jehová, pues que no ha rehusado a los vivos la benevolencia que tuvo para con los que han muerto. Después le dijo Noemí: Nuestro pariente es aquel varón, y uno de los que pueden redimirnos."

Cuando Rut se dirigió a la casa de Noemí ese día, ya era oscuro. ¿Cómo habrá cargado los treinta y siete litros de cebada desde los campos de cultivos hasta la casa de Noemí? ¿Será que Booz proveyó un siervo suyo para ayudarle a cargar lo que había espigado? No lo sabemos, pero si lo hizo no sería una sorpresa, conociendo su carácter generoso y su preocupación por Rut.

El autor del libro dice, "y su suegra vio lo que había recogido" (v.18a). Al parecer, Noemí no había salido de la casa todo el día, ni siquiera para ver cómo le iba a Rut en los campos de cultivo. Ella se quedó en la casa esperando la llegada de su nuera, su mente llena de recuerdos tristes y pensamientos negativos. Al llegar la puesta del sol probablemente se comenzó a preocupar por Rut, aunque el texto no indica que haya salido para buscarla. ¡Grande fue su sorpresa cuando vio a Rut regresar con tanta cebada!

La generosidad de Rut

Además de lo que había espigado, Rut le entregó a Noemi "lo que le había sobrado después de haber quedado saciada" (v.18b); es decir, de la cebada tostada que Booz le había invitado a comer a medio día (v.14). Eso muestra la generosidad de Rut. No guardó nada para sí misma, sino que lo entregó todo a Noemí, sin quejarse.

El comportamiento de Rut indica cómo el verdadero creyente debe actuar cuando es consciente de haber experimentado la gracia de Dios en su vida. Si Dios nos ha perdonado nuestros pecados y ha suplido abundantemente todas nuestras necesidades, debemos ser generosos en cada área de nuestras vidas, perdonando libremente a los que nos ofenden y compartiendo con los necesitados lo que Dios nos ha dado. El grado de nuestra generosidad indica el grado en que hemos experimentado y entendido la gracia de Dios.

Sorprendida y asombrada, Noemí le preguntó a Rut, "¿Dónde has espigado hoy? ¿y dónde has trabajado?" (v.19a). Estaba por escuchar de la generosidad de Booz, pero lo que le llamó la atención fue la evidencia de esa generosidad en la vida de Rut.

¿Tenemos la evidencia de la bendición de Dios en nuestras vidas? ¡Qué lindo sería que la gente nos haga una pregunta similar a la de Noemí! Viendo las diversas maneras en que Dios nos bendice, la gente que nos rodea debe sentir el deseo de preguntarnos: "¿Cómo eres tan bendecido? Explícame, ¿de dónde viene tanta bendición en tu vida?". ¡Qué hermoso sería poder contarles a otros de nuestro Booz! Del "Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo" (Ef. 1:3).

Con qué alegría Rut le contó a su suegra con quién había trabajado" (v.19b), mencionando el nombre de su benefactor. Uno se imagina algo de la emoción que Rut sintió cuando dijo: "El nombre del varón con quien he trabajado hoy es Booz" (v.19d). Enseguida que Noemí escuchó ese nombre, se alegró, diciendo: "Sea él bendito de Jehová, pues no ha rehusado a los vivos la benevolencia que tuvo para con los que han muerto" (v.20a). Sus palabras nos llevan a notar dos cosas importantes:
  1. Noemí no bendice a Dios, sino a Booz ("Sea él bendito..."). Todavía no está dispuesta a ver la mano de Dios obrando a su favor, y lo triste es que, a lo largo del libro de Rut, nunca leemos que Noemí bendice a Dios. Los golpes de la vida parecen haber producido tanta amargura en ella que nunca reconoció explícitamente la bendición de Dios en su vida. ¡Qué triste! ¿Seremos así nosotros? ¿Tenemos tanta amargura en el alma por lo que hemos sufrido que rehusamos reconocer las bondades de Dios en nuestras vidas? Si es así, pidamos a Dios que quite nuestra amargura de espíritu para poder bendecir el nombre de Dios por todas Sus bondades.
  2. Las palabras de Noemí parecen indicar que años atrás, antes de salir de Belén, Booz mostró benevolencia hacia Elimelec y sus hijos ("no ha rehusado a los vivos la benevolencia que tuvo para con los que han muerto"). Si Booz fue generoso con Elimelec antes que él dejara la tierra de Belén, ¿por que no confió más en él? Booz obviamente era un hombre generoso, y según Noemí él mostró esa generosidad hacia Elimelec antes que abandonaran Belén. ¿Será que Elimelec no quiso ser un trabajador en los campos de Booz? ¿Será por eso que se fue a la tierra de Moab? Si es así, es sumamente triste. Si Elimelec y Noemí hubieran sido un poco más humildes, dispuestos a confiar en la misericordia de Booz, se habrían salvado de mucho sufrimiento. Fue por no confiar en la bondad de Booz, que Elimelec se fue a vivir a Moab y sufrió la perdida de todo lo que tenía. ¿Somos así nosotros? ¿Será que hemos tomado decisiones equivocadas por no haber confiado en Dios, y en lugar de ello hemos confiado en nuestros propios esfuerzos? Pidamos a Dios que nos enseñe a confiar, como dice la Biblia, que "veremos la bondad de Jehová en la tierra de los vivientes".

"Hubiera yo desmayado, si no creyese que veré la bondad de Jehová en la tierra de los vivientes. Aguarda a Jehová; esfuérzate, y aliéntese tu corazón; sí, espera a Jehová". Salmo 27:13-14


Fuente: Publicado originalmente por Grupo Editorial PleromaDabar con el título La Novia de Cristo Comentario Bíblico sobre el libro de Rut © 2018 por Alex Donnelly

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