Significado teológico de dicotomía

Significado teológico de dicotomía

Este término que significa una división en dos partes (griego dicha, en dos; temnein, cortar), se aplica en la teología al punto de vista de la naturaleza humana que afirma que el hombre tiene dos partes fundamentales en su ser: cuerpo y alma. Generalmente los dos se presentan en un marcado contraste, considerándose que tienen orígenes diferentes y una existencia independiente. Así, la pregunta que se levanta como crucial es la relación que hay entre el cuerpo y el alma.

Platón enseñaba que el cuerpo era de materia perecedera pero que el alma existía en el mundo celestial en una forma pura o idea antes de su encarnación en el cuerpo humano. El alma era por lo tanto increada e inmortal: una parte de la deidad. El cuerpo es la prisión del alma; el alma está encerrada en el cuerpo como una ostra en su concha. En la muerte, el alma abandona el cuerpo para regresar al mundo celestial o para reencarnarse en algún otro cuerpo.

Aristóteles adaptó la idea de Platón dividiendo el alma en sus aspectos animal y racional, lo cual a su vez fue desarrollada en la doctrina católica romana a través de Tomás de Aquino, quien enseñaba que el alma era creada en el cielo y puesta en el cuerpo probablemente en el momento de la concepción en el vientre de la madre. La nueva filosofía, después de Descartes, afirmó que el origen independiente del cuerpo y del alma, suponían que la aparente unidad de ellas en la personalidad humana se debía a la correlación coincidente que sucede momentáneamente, como cuando los péndulos de relojes separados suenan al unísono. La teología contemporánea generalmente rechaza este punto de vista, afirmando que la unidad de cuerpo-alma en el hombre se afirma en el pensamiento hebreo: «Y fue el hombre un ser viviente» (Gn. 2:7).

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