DEFENSA DE LA ORTODOXIA HASTA PRINCIPIOS DEL SIGLO XX

Era de esperarse que no pasaran inadvertidos los intentos de los liberales para acomodar la fe cristiana a las corrientes del pensamiento del siglo XIX. En casi todas las principales denominaciones religiosas surgieron defensores de la fe bíblica que actuaron vigorosamente para contrarrestar al liberalismo que se había introducido en la Iglesia. Los conservadores se dieron cuenta de que los liberales destruirían el cristianismo si se les dejaba que actuaran a su juicio.

EL FUNDAMENTALISMO

En las últimas décadas del siglo XIX, muchas personas deseosas de conservar la pureza doctrinal comenzaron a actuar para proteger la ortodoxia de los ataques de tantos enemigos. Instituyeron conferencias para el estudio de la Biblia, en las cuales instruían a líderes religiosos y laicos sobre las verdaderas doctrinas bíblicas. Formularon seis doctrinas fundamentales en una de estas conferencias celebrada en Niágara, Estados Unidos de América, en 1885.

1. El nacimiento virginal del Señor

2. La divinidad de Cristo

3. El sacrificio expiatorio en la cruz

4. La resurrección de Cristo de entre los muertos

5. La segunda venida de Jesucristo

6. La autoridad e infalibilidad de la Biblia

Fijación de la posición fundamental

En 1910 se libró una ofensiva literaria contra el liberalismo con la publicación de una serie de doce libros titulada The Fundamentals (Los fundamentos). Estos libros fueron escritos por distinguidos eruditos conservadores, y se enviaron tres millones de ejemplares a pastores y seminaristas protestantes en el mundo entero. De esos libros (The Fundamentals) surgieron las famosas "Declaraciones de fe" que eran una base irreductible para establecer fe y conducta en la Iglesia. Pronto, los liberales tildaron de "fundamentalistas" a los que defendían la fe, creían las doctrinas bíblicas y sustentaban que todo creyente debía aceptar la Biblia como fuente de fe y conducta.

El fundamentalismo siempre se ha preocupado por la salvación del alma. Dice que esa cuestión tiene importancia, porque el hombre marcha rumbo al castigo eterno en su estado de pecador. Predica que la muerte de Cristo no salva al hombre hasta que él personalmente acepte a Jesús como el Hijo de Dios y Salvador. Después de ese encuentro con Dios, el creyente recibirá fuerzas sobrenaturales para vencer el pecado y la tendencia hacia él.

El minimo irreductible de la fe

Teniendo en cuenta los ataques y la ambigüedad de la doctrina cristiana, se dedicaron a producir documentos llamados "Declaraciones de Fe" que contienen la expresión de lo que era para ellos un mínimo irreductible de la fe. En general, sostienen los fundamentalistas las siguientes doctrinas:

1. La infalibilidad de las Sagradas Escrituras.

2. La Trinidad.

3. El nacimiento virginal del Señor Jesucristo.

4. La divinidad del Señor Jesucristo y su vida impecable.

5. La muerte expiatoria del Señor Jesucristo.

6. La resurrección corporal del Señor Jesucristo y su ascensión.

7. La caída del hombre y el pecado original.

8. La salvación por la fe en Cristo.

9. La segunda venida premilenaria de Cristo.

10. La vida eterna por medio de Cristo.

11. El eterno castigo de los impíos.

En las anteriores posiciones se basaba la defensa de la sana doctrina por parte de los fundamentalistas que no aceptaban menos de lo que se había escrito y fijado como pautas doctrinales para la Iglesia.

Unión para defender la ortodoxia

Teólogos de diferentes procedencias doctrinales protestantes, aun calvinistas y arminianos, se unieron en una amalgama para protestar por la incursión hecha por los liberales en la ortodoxia. De muchas denominaciones se levantaron defensores para lanzar un contraataque. Como se pudiera imaginar, se produjo mucho ruido y a veces hubo disensión entre unos y otros, pero en general se llamó la atención del cristianismo sobre la necesidad de poner cuidado al sistema de doctrinas de la fe.

La confrontación y sus efectos

El debate ha incluido muchos temas, pero siempre ha girado alrededor de un punto principal: La infalible autoridad de las Sagradas Escrituras. El gran argumento ha sido que si uno comienza a dudar de lo que enseña la Biblia, no hay donde pueda detenerse su desviación de la ortodoxia. Preguntan los fundamentalistas: ¿De qué partes de la Biblia se va a dudar? ¿A base de qué se interpretará? Si negamos la divinidad de Jesús, ¿no llegaremos a dudar también de la salvación? Si eliminamos los pasajes que narran los milagros, ¿no tendremos el derecho de eliminar otros pasajes que no nos gustan? Por consiguiente, ha sido fuerte la insistencia en la autoridad de las Sagradas Escrituras.

Los liberales calificaron a los defensores de la ortodoxia como "amargados" y "de mente estrecha". Consideraron que los fundamentalistas eran "oscurantistas". Sin embargo, los escritores fundamentalistas no eran ni ignorantes ni hostiles a la erudición verdadera, como los habían calificado los adversarios. Los liberales dijeron con arrogancia que sólo había que escoger entre tres posibilidades: el romanismo, el fundamentalismo o el liberalismo. Se presentaron a sí mismos como conciliadores y pacíficos.

La lucha contra el liberalismo arreció en las grandes denominaciones norteamericanas. La controversia entre fundamentalistas y liberales condujo a cismas en varias denominaciones. El lema de muchos fundamentalistas fue "Salid de en medio de ellos".

Aunque los fundamentalistas eran conservadores, se distinguían de éstos por tener ciertas características; eran separatistas, rompiendo toda comunión con los no conservadores; en su mayoría eran dispensacionalistas, aceptando la doctrina de John Darby, que divide la historia del hombre en siete dispensaciones. En general, los fundamentalistas interpretan literalmente toda la Biblia, de tapa a tapa. Por eso podemos decir que el fundamentalismo constituye un grupo dentro del conservadurismo, pero la palabra "fundamentalista" no es sinónima de "conservador".

MEDIOS PARA DEFENDER LA ORTODOXIA

La defensa de la fe cristiana no se limitó a las declaraciones acerca de las doctrinas fundamentales del cristianismo, sino que incluyó otras obras de erudición conservadora, descubrimientos arqueológicos y el establecimiento de instituciones educacionales de doctrina ortodoxa.

La baja crítica biblica

Los conservadores han dado gran importancia a la necesidad de recuperar el texto original de las Escrituras. Les interesa mucho averiguar la confiabilidad de los diferentes manuscritos para llegar al verdadero texto. En su insistencia por la infalibilidad de las Escrituras, han tenido cuidado de afirmar que esta doctrina sólo se aplica a los autógrafos, es decir, a los manuscritos originales de la Biblia. Admiten el hecho de que, con el laborioso proceso repetido miles de veces al hacer copias de los manuscritos, se infiltraron algunos errores cometidos por los copistas. No ha sido así la actitud de los fundamentalistas hacia la alta crítica.

Algunos liberales aceptan el hecho de que tales errores no son tantos, ni de tanta importancia, como para cambiar doctrina alguna del cristianismo, pero los eruditos que emplean los métodos de la alta crítica no tienen como punto de partida la autoridad de las Escrituras. Ellos, además, han tenido una predisposición de rechazar lo milagroso y lo sobrenatural en la Biblia. Al ver, por ejemplo, que muchos años antes de nacer Ciro, Isaías predijo que aquél sería un instrumento en las manos de Dios, los partidarios de la alta crítica decidieron que el pasaje se tendría que haber escrito después de la época de Ciro, proponiendo como resultado la teoría de que el libro tuvo más de un autor.

La baja crítica, o sea el estudio de manuscritos, cada vez ha dado más evidencias a favor de la credibilidad de la Biblia.

El descubrimiento de nuevos manuscritos del Nuevo Testamento, como el Codex Sinaiticus ayudó a los expertos a reconstruir el texto. La exploración del lenguaje y el fondo histórico del Nuevo Testamento arrojó luz sobre el mensaje bíblico y ayudó a descubrir la deformación liberal del evangelio. Se estudió la literatura cristiana del período posterior al siglo primero, y se demostró que el Nuevo Testamento fue escrito en el siglo primero después de Cristo, y no en el segundo, como había afirmado el crítico Baur.

El descubrimiento de los rollos del mar Muerto es muy importante, ya que nos da un texto hebreo de la mayor parte del Antiguo Testamento, que tiene unos mil años más que cualquiera de los que antes se conocían. Los rollos arrojan mucha luz sobre la historia del Antiguo Testamento y ayudan a los expertos a establecer su forma original.

La arqueología y la erudición.

Los descubrimientos arqueológicos han demolido muchas de las conclusiones de la crítica literaria. Por ejemplo, el crítico Wellhausen afirmó que el Génesis constituye una colección de mitos trasmitidos a través de los siglos por la tradición oral. Reflejan ideas de un período muy posterior a la época de Moisés. Negó que los hebreos pudieran escribir en aquel entonces. Sin embargo, en 1904 el arqueólogo Flinders Petrie descubrió inscripciones escritas por esclavos semitas en las minas de turquesa de Serabat el-Khadim, en la península de Sinaí. Las inscripciones se remontan al período de Moisés y son de un idioma relacionado al hebreo. Ahora nadie duda que Moisés podía escribir.

En una multitud de casos, las investigaciones arqueológicas han comprobado la exactitud de muchas referencias geográficas, históricas y de otro tipo que se encuentran en la Biblia y que los detractores de la Biblia habían tildado de erróneas. Las excavaciones en Mari, Nuzí y Ugarit (Ras Shamra), antiguas ciudades del Medio Oriente, muestran que las condiciones descritas en el Génesis eran la situación verdadera del período de los patriarcas, incluso las costumbres, el hecho de que Canaán estaba escasamente poblado y que de veras existía el camino real. En Mari, antigua ciudad situada sobre el río Eufrates, se han encontrado tabletas de arcilla que contienen una forma de los nombres de Abraham, Benjamín, Jacob, Gad, Dan, Leví e Ismael. Antiguas tabletas que se remontan al 1400 a.C. confirman la existencia e influen- cia en Palestina de pueblos como los elamitas, que se mencionan en Génesis 14.

Los eruditos conservadores señalan lo absurdo de las conclusiones de la alta crítica: "Nos exigen que aceptemos como reales un número de documentos, autores y recopiladores, sin el más mínimo indicio de evidencia externa."2 Debido a su predisposición a rechazar lo milagroso, dicha crítica propone la hipótesis de dos autores para Isaías, pero no ofrece manuscrito alguno que compruebe que haya sido así.

Una de las pruebas de que el libro de Isaías puede ser de un solo autor, es la frase "el Santo de Israel", que aparece veintiséis veces en el libro, aun en los capítulos que se ponen en tela de juicio, mientras que aparece en todo el resto del Antiguo Testamento apenas seis veces. Otra prueba es que en los manuscritos encontrados en el mar Muerto no hay espacio divisorio entre los capítulos 39 y 40. El capítulo 40 comienza en el mismo renglón donde termina el 39. Además, una persona con el paso de los años puede cambiar de estilo. Por lo tanto, la idea de los de la alta crítica de que hay un estilo diferente en la segunda parte del libro de Isaías, lo que prueba que fue escrita por otro, carece de fundamento.

4.2.3. Los conservadores y sus escritos

Muchos artículos y libros escritos por famosos eruditos ortodoxos sirvieron para fortalecer la fe de pastores y estudiantes que habían recibido la influencia de las enseñanzas negativas del liberalismo. J. Gresham Machen escribió libros populares, tales como Christianity and Libera- lism (Cristianismo y liberalismo) y el libro de impecable erudición The Virgin Birth of Christ (El nacimiento virginal de Cristo). Otros escrito


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