Estas son preguntas cruciales: ¿Cómo recibes el Espíritu Santo? ¿cómo recibes la nueva vida que viene de lo alto? No por la ley, pues la ley no puede impartir vida, sino por el oír con fe. Este es el evangelio y aquellos que creen en el evangelio reciben el Espíritu.
No hay tal cosa como un cristiano que no tenga el Espíritu. Si tienes el perdón, entonces tienes la vida. ¿Por qué? Porque ambos vienen de estar unidos a Cristo, quien murió para perdonar tus pecados y resucitó para darte vida.
No puedes tener solo la mitad de Cristo; no puedes tener el perdón sin recibir la vida, ni la vida sin tener el perdón. Jesús murió por ti, Él resucitó por ti y la promesa del evangelio es que Él perdonará tus pecados y te dará Su Espíritu, si tienes fe en Él.
«Si alguien no tiene el Espíritu de Cristo, el tal no es de Él» (Romanos 8:9). En términos del Nuevo Testamento, si no has recibido el Espíritu, todavía no eres cristiano; así que no afirmes que lo eres.
Para discernir si una persona ha entendido realmente el evangelio, no le preguntes: «¿Eres cristiano?». Para mucha gente esto es lo mismo que preguntar: «¿Eres una buena persona?». La mayoría de las personas con las que hables te dirán que sí y se ofenderán un poco por preguntarles.
Una mejor pregunta podría ser: «¿Has recibido el Espíritu Santo o el Espíritu de Dios vive en ti?» Algunas personas que se consideran cristianas se quedarán perplejas ante esta pregunta y se debe a que realmente no han entendido el evangelio.
¿Has recibido el Espíritu Santo? ¿Vive en ti el Espíritu de Dios?